Los jóvenes que harán de cobayas para probar la vacuna ya están listos
Empieza el “desafío humano”, como llaman los ensayos masivos de la vacuna del coronavirus en voluntarios sanos
Desarrollar una vacuna requiere muchos años. Incluso décadas. Sin embargo, con la del covid-19 se están acortando los plazos de las diversas fases de pruebas o, para ser más precisos, se están solapando con el objetivo de tener una vacuna para finales de este año o principios del próximo. El secreto está en lo que los especialistas denominan “desafío humano”: pruebas masivas con humanos que se infectan voluntariamente para comprobar la eficacia de la vacuna. Una gran parte de la comunidad científica y de los guardas de la ética desaprueba esta estrategia.
Algunos científicos abogan por el camino más corto: infectar con el virus a decenas de miles de cobayas humanas que se prestan voluntariamente a las pruebas para determinar la eficacia de una determinada vacuna.
En realidad, salen voluntarios por todas partes. Uno de los principales grupos promotores del “desafío humano”, el norteamericano 1 Day Sooner, ha reunido a más de 30.000 jóvenes voluntarios de 140 países. El pasado 15 de julio enviaron una carta al director de los Institutos Nacionales de Salud de EUA, Francis Collins, para que se iniciasen los ensayos cuanto antes. Estos voluntarios, todos jóvenes y sanos, ya están listos.
El pasado junio, un grupo de investigadores de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se dividió sobre los llamados “desafíos humanos”. Una parte no lo ve seguro porque, si falla la prueba, no existe un tratamiento de rescate, según informa el último número de la revista norteamericana Science. Sin embargo, los ensayos con jóvenes que se infectan de manera voluntaria ya han empezado y, en los próximos días, serán masivos.
Las cuatro primeras posiciones
La farmacéutica Pfizer prevé empezar la próxima semana o, como muy tarde, la primera semana de agosto la tercera fase de su vacuna, con ensayos en los que probará a 30.000 personas de Argentina, Brasil y Estados Unidos.
Precisamente, Pfizer anunció este jueves un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos para producir 100 millones de dosis de la vacuna antes de fin de año por cerca de 2.000 millones de dólares. Aún no tiene la autorización de la FDA, la autoridad en medicamentos de este país, pero ya la están produciendo. En este proyecto, la norteamericana Pfizer va del brazo de la alemana BioNTech.
Según los medios especializados, el proyecto de vacuna de Pfizer-BioNTech es uno de los cuatro más avanzados del mundo junto con el de la también norteamericana Moderna, la china Sinovac y el de la Universidad de Oxford.
Moderna fue la primera en iniciar los ensayos con humanos el pasado mayo. A partir de la próxima semana, iniciaran una prueba masiva con 30.000 voluntarios de Estados Unidos. A la mitad les suministraron una vacuna a partir de un fragmento de virus, mientras que la otra mitad recibirá un placebo.
La china Sinovac ha completado las fases I y II con éxito y, desde hace unos días, ya se encuentra en la última fase de las pruebas con humanos.
La Universidad de Oxford ha realizado ensayos exitosos con cerca de mil personas. Anunció recientemente que prepara otros dos ensayos: uno con 10.000 voluntarios en el Reino Unido y otro con 30.000 que también se realizará en Estados Unidos, Sudáfrica y Brasil. Este último país, el más afectado de Sudamérica, está implicado en los cuatro proyectos.
La capacidad de la industria farmacéutica mundial sería de unos 2.000 millones de dosis anuales en estos momentos. Esto significaría que se tardaría más de tres años y medio en producir dosis suficientes para toda la humanidad.
En el Congreso de los Estados Unidos, los portavoces de las farmacéuticas de este país que buscan una vacuna precisaron esta semana que no piensan venderla a precio de coste.
La obtención de una vacuna eficaz contra el covid-19 tiene un coste estimado de 1.800 millones de euros (2.000 millones de dólares), según la Coalition for Epidemic Preparedness Innovation (CEPI).
Enric Serradell-López, profesor de Economía de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), especialista en el sector farmacéutico, recuerda que, por cada investigación que se culmina con éxito, otras 99 acaban en la cuneta. Cada proyecto, ya sea para una vacuna o un medicamento, es “una carrera de obstáculos con un final incierto”.
Más de un centenar de farmacéuticos toma parte en la carrera para dar con una vacuna eficaz. Cerca de una veintena ya están haciendo pruebas con humanos.