Los griegos abofetean a Merkel con la victoria sin matices de Syriza
El líder de la formación de la izquierda radical, Alexis Tsipras, promete que acabará con la "desastrosa austeridad"
Grecia representa el 2% del PIB europeo. No es una amenaza para el conjunto de la economía de la zona euro, pero sí ha abierto una puerta para que se cuestione, en voz alta, la política adoptada desde el inicio de la crisis, entre 2007 y 2008.
Grecia mintió con sus datos, al asegurar, antes del rescate de 2010, que su déficit era del 2,7% del PIB, cuando en realidad alcanzaba el 12,7%, pero en ello participaron las instituciones europeas, y los mismos gobiernos autorizaron la entrada del euro de Grecia. Y lo regaron todo con créditos muy baratos para que creciera la economía, aunque fuera de forma ficticia.
Después llegaron los ajustes, y este domingo los griegos han decidido plantarse y abofetear a la canciller alemana, Angela Merkel, como representante de esas recetas de austeridad, ofreciendo una victoria sin matices a la coalición de la izquierda radical, llamada Syriza, y liderada por Alexis Tsipras.
Unos datos de película de terror
La realidad es que Grecia presenta el siguiente cuadro: un paro del 24%, una caída del PIB en estos años del 25% –una barbaridad—y una deuda pública del 175% del PIB, con un aumento, en este periodo, del 45%.
Es decir, esos números son el resultado, por ahora, de los planes de ajuste que ha dirigido la troica: la Comisión Europea –dominada por el gobierno alemán, que más allá de los nombres de los comisarios ha situado en lugares clave a personas del ámbito germánico—el Banco Central Europeo y el FMI.
Con ese plan, los griegos han ofrecido su apoyo a Syriza, con cerca de un 36% de los sufragios –pendiente del recuento final—lo que deja a la formación de Tsipras con 148-149 diputados, a solo dos de la mayoría absoluta.
Nueva Democracia, aguanta como segunda fuerza
En segunda posición aparece Nueva Democracia, liderada por Antonis Samaras, con el 29% de los sufragios, y unos 78 escaños. Lo curioso de Nueva Democracia es que fue la fuerza política que gobernó en Grecia cuando se produjo esa manipulación de los datos del déficit, presidida por Kostas Karamanlis.
En cambio, el Pasok, que ganó las elecciones en 2009, y que las perdió en 2012, –un referente del socialismo internacional durante tres décadas—casi desaparece ahora del mapa, con un exiguo 5% de los votos. Un aviso para navegantes en otros países.
Aparición seria de Aurora Dorada
Cuando las situaciones son graves, la ciudadanía también se decanta por opciones extremas, antisistema. Y prueba de ello, es que el partido neonazi, Aurora Dorada, queda en tercera posición con un 6,35% de los votos. El cuarto partido, de reciente creción es To Potami –El Río—que podría apoyar a Syriza, y que logra el 5,82% de los sufragios.
También entrarían en el parlamento griego los comunistas del KKE, con el 5,41%, y los socialistas del Pasok, rondando el 5%.
El mensaje de Samaras sobre la pertenencia al euro
Poco después de conocer ya los resultados, Alexis Tsipras, compareció ante los militantes de Syriza para prometer el fin de «la desastrosa austeridad», y asegurar que Grecia «ha pasado página».
Samaras, el actual presidente, no ha querido desaprovechar la ocasión para marcar el territorio. Tras admitir la derrota, ha ofrecido su mensaje: «Hoy dejo un país que sale de la crisis, miembro de la Unión Europea y de euro. Deseo que el próximo gobierno mantenga estos éxitos».
La hora para que Bruselas reaccione, pensando en España
A partir de este lunes, sin embargo, las instituciones europeas deberán reaccionar. Si Grecia pesa poco en la economía europea, otros países podrían seguir la senda de Grecia. Desde Irlanda, hasta España, que representa sobre el 12% del PIB europeo.
De hecho, la campaña griega se ha vivido intensamente en España. Mariano Rajoy viajó a Atenas para apoyar a Samaras, a ahora derrotado. Y Pablo Iglesias estuvo con Tsipras y se dirigió a los simpatizantes de Syriza.
Es la hora de Bruselas, que podría renegociar con el nuevo gobierno que se forme en Atenas, aunque mirando de reojo a Madrid.