Las siete ciudades gallegas rechazan los presupuestos de Montoro
La mayoría creen que los principales proyectos quedan al margen, mientras que otras dudan de que la asignación presupuestaria permita llevarlos a cabo
El día que se presentan los Presupuestos Generales del Estado se puede casi comparar con el día de Reyes, cuando los niños abren sus regalos. Muchos ven que se han cumplido sus peticiones, pero el disgusto es mayúsculo cuando esto no es así. Este año el ‘rey’ Montoro ha traído carbón, y los alcaldes de las siete ciudades gallegas no han tardado en poner el grito en el cielo.
En A Coruña, la primera teniente de alcalde y concejala de Medio Ambiente, María García, señaló que los presupuestos «relegan» proyectos necesarios para la ciudad como la estación intermodal o el saneamiento de la ría de O Burgo. En otros, como la ampliación de Alfonso Molina o del puente de A Pasaxe, Fomento no ha tenido en cuenta su adaptación a las directrices que marca el nuevo Plan General de Ordenación Municipal. El gobierno municipal entiende que estas divergencias requerirán una reunión urgente con los ministerios implicados, principalmente el de Fomento, para tratar de «llegar a un consenso».
Más trenes por Ferrol
En la misma línea se ha posicionado el alcalde de Ferrol, Jorge Suárez, para el que las cuentas de 2016 «no solucionan ninguno de los problemas» de una ciudad «muy lastrada por una dependencia secular del Estado». Entre estos problemas menciona la conexión con el puerto exterior de Caneliñas, que se planificó sin contar con los accesos viarios y ferroviarios, y que sigue siendo «un despropósito aún pendiente de solución» en el que Fomento no está teniendo en cuenta las propuestas alternativas planteadas desde el Ayuntamiento y las asociaciones vecinales.
La crisis del naval golpea con dureza en la comarca ferrolana, por lo que al regidor de Ferrol en Común le llama la atención la ausencia de nuevos contratos militaries o la falta de dotación para la construcción del tan demandado dique flotante. Además, en unos presupuestos en los que prima la inversión en alta velocidad, a Suárez le molesta que la suya siga siendo una de las grandes ciudades de Galicia sin conexiones ferroviarias de alta velocidad.
Satisfacción a medias
En Vigo se puede decir que el disgusto no fue tanto. El alcalde, Abel Caballero, recibió con satisfacción la plasmación en las cuentas de los tres compromisos adquiridos recientemente en una reunión que mantuvo con la ministra de Fomento, Ana Pastor, de la que sacó el AVE por Cerdedo, la estación de Tom Mayne y la humanización de la avenida de Madrid. No obstante, el alcalde vigués ya ha anunciado que estudiará las partidas para ver si son suficientes para cubrir estas cuestiones.
Su compañero de filas, el socialista Abel Losada, indicó que la partida para el AVE (1,3 millones de euros) es «muy escasa», por lo que «dificilmente» se podrá licitar el proyecto constructivo, acumulando ya desde el primer momento retraso frente al calendario propuesto por la ministra. También ha criticado que la partida para la A-59, la alternativa libre de peaje a la AP-9, es solo de 5.000 euros, lo que demuestra según él que el Ministerio «se rinde ante Audasa y entierra lo que es una alternativa libre de peaje entre Vigo y la capital de provincia».
Escasa representatividad
En Lugo, el portavoz municipal, Miguel Fernández, afirmó que el Concello se siente «defraudado» por una inversión que solo representa el 3% del total de la provincia y el 0,15% de toda Galicia. En las cuentas para 2016, los socialistas echan en falta partidas para una estación intermodal y más inversión en el nuevo puente sobre el Miño, ya que en 2016 solo cuenta con 1 millón de euros de los 4 que costará levantarlo. Estos son los únicos fondos que aparecen en las cuentas del Estado, aparte de los correpondientes a la segunda fase de los colectores del río.
Preocupación en Santiago
Otra de las plazas en la que echan en falta una intermodal es Santiago de Compostela, aunque sí que tiene partida. Serán 10 millones de euros que el gobierno de Compostela Aberta son «insuficientes» para una estación «de la capital de Galicia». No obstante, lo que les resulta «preocupante» es la dotación presupuestaria para el túnel de Conxo, que debería estar finalizado en diciembre y para el que se presupuesta en 2016 el 40% de la inversión total. Para la alcaldesa en funciones, María Rozas, esta situación obligará a revisar el cumplimiento de los compromisos de Fomento.
También le inquieta que no se sepa nada de la construcción de la depuradora o que la aportación al Consorcio sea de 4,7 millones de euros cuando llegó a ser de 11 millones.
Dudas en Pontevedra
Otra alcaldesa en funciones, Carmen da Silva, se refirió a las cuentas del Estado para Pontevedra indicando que lo único que hacen es recoger compromisos ya adquiridos «que van con cierto retraso». Lo que más dudas le genera son las formas. Por ejemplo, si cuando el documento habla de la PO-11, la carretera de circunvalación, hace referencia o no al proyecto de calmar esa vía, o de cuánto será la inversión en la N-541 a Ourense, que discurre por varios concellos hasta el límite de la provincia. El nudo de bomberos no cuenta con asignación presupuestaria, aunque da Silva no descarta que pueda figurar en otra partida más genérica.
Sensación agridulce
Al ministro Montoro también le arrecian las críticas desde su propia formación. El alcalde de Ourense, el popular Jesús Vázquez, está «descontento» por la falta de compromiso real del Gobierno central con las obras del Museo Arqueológico. Tal es su «desilusión», que ya ha anunciado que enviará un escrito al mismísimo Mariano Rajoy para pedirle una partida «en condiciones» para dichos trabajos.
Vázquez reconoce que los Presupuestos Generales del Estado son positivos para el conjunto de la provincia, pero que en la ciudad se produce «un agravio». Los 100.000 euros que se destinan para el mencionado museo no permitirán si quiera que se puedan iniciar los trabajos, apunta el regidor, al tiempo que alerta de que demorar la construcción retrasará la apertura de la instalación más allá de 2020.