La Xunta vuelve a la carga con la fusión de concellos: «Algunos alcaldes se han interesado»
La directora xeral de Administración Local anuncia la puesta en marcha de un estudio para conocer los resultados de las fusiones de Oza-Cesuras y Cerdedo-Cotobade y abre la puerta a más movimientos de este tipo
La Xunta calienta el debate sobre las fusiones de concellos. El Ejecutivo autonómico ha anunciado que iniciará a finales de este año un «amplio estudio» sobre la experiencia de fusiones de Oza-Cesuras, en la provincia de A Coruña, y Cerdedo-Cotobade, en la de Pontevedra.
El objetivo es medir los resultados que han tenido estos procesos de cara a «aprender» de la experiencia «y efectuar propuestas concretas en los ámbitos legislativo y económico con el fin de incentivar nuevas fusiones municipales». «De manera informal, algunos alcaldes se han interesado por estos procesos, por conocer las ventajas, de ahí la importancia de este estudio», apunta a Europa Press la directora xeral de Administración Local, Natalia Prieto.
Según Prieto, «a día de hoy existen pocos [estudios] de cierto rigor, que analicen en profundidad, desde una perspectiva socio-económica y demográfica, los procesos de fusión que ha habido en Galicia».
Del mismo, avanza que, entre sus fines, estará analizar la repercusión de las fusiones sobre la calidad de los servicios prestados a los vecinos y sobre los presupuestos municipales. «También sobre cuál sería el intervalo poblacional a partir del cual ya se puede hablar de una mejora sustancial de todos los parámetros a la hora de prestar los servicios públicos básicos».
¿Fusiones de concellos para fijar población en el rural?
«Dimensionando adecuadamente el tamaño de los ayuntamientos, mediante procesos de fusión voluntaria, pueden ponerse al servicio de la ciudadanía instituciones más eficaces y eficientes», defienden desde la Administración gallega, que entre 2016 y 2021 destinó a los ayuntamientos de Oza-Cesuras y Cerdedo-Cotobade 10,5 millones del fondo adicional incluido en el de Cooperación Local.
Se trata de las dos fusiones de concellos que ha protagonizado Galicia en la última década. La de Oza-Cesuras tuvo lugar en 2013 y fue la primera en España desde 1981. Después le siguió, en 2016, la de Cerdedo-Cotobade. De cara a 2022, la Xunta prevé destinar la cantidad de 1,5 millones de euros para el fondo de fusiones.
La directora xeral de Administración Local admite que «los procesos de fusión voluntaria y gestión compartida de los servicios públicos no son la solución definitiva a la crisis demográfica» de la Galicia rural, pero apostilla que «no hay duda de que son pasos importantes en la dirección correcta para encontrar formas de solucionar un problema tan complejo como el del envejecimiento y la despoblación».
«Porque parte del problema de la despoblación en las zonas rurales está relacionado con la búsqueda de más y mejores servicios públicos». Por ello, añade que trabajarán para fomentar «fórmulas asociativas municipales» para la prestación de los servicios, según ha defendido.
Choque con la Fegamp
Contra la postura del a Xunta se opone la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp). Su presidente, Alberto Varela, se remite a lo acordado en la asamblea general de esta entidad sobre las fusiones. «El rechazo en caso de que sea de manera obligada ya que una medida de este tipo es incompatible con el principio de autonomía local«.
Con todo, subraya que eso no implica que no pueda acordarse voluntariamente, «siempre precedido de un análisis serio y complejo que deje bien clara la fórmula de cooperación, respondiendo a cuestiones como competencias y servicios, financiación y coordinación y que garantice el éxito a largo plazo».