La Xunta ‘pincha’ con su plan estratégico 2015-2020: incumple más de la mitad de sus grandes objetivos
Galicia cumple cuatro de los diez puntos de su plan estratégico con la descarbonización y la formación como únicos aprobados y la economía como gran suspenso por la crisis del Covid-19
La Xunta de Galicia cierra su plan estratégico 2015-2020 con más sombras que luces. El Ejecutivo gallego ha cumplido cuatro de los diez grandes objetivos que se fijaban en este documento que establecía metas en materia de crecimiento económico, creación de empleo, demografía, educación, I+D o la descarbonización.
Es precisamente en este último ámbito (el de la descarbonización) en donde la Xunta se encamina hacia sus objetivos por partida doble. Y es que en el plan estratégico 2015-20 se marcaba el reto de «aumentar el uso de las energías renovables hasta un 30% del consumo final«, un porcentaje que se situó en el 38% ya en 2019.
La descarbonización de Galicia
Así se desprende del Balance Enerxético de Galicia que el Instituto Enerxético de Galicia (Inega) ha publicado recientemente. En él se refleja que Galicia consumió en 2020 un total de 6.000 kilotoneladas equivalentes de petróleo, casi la mitad de las de las 11.808 generadas. Esta demanda se cubrió al 38% con tecnologías limpias, con la eólica a la cabeza, seguida de la biomasa y las hidroeléctricas.
En el otro lado de la moneda se encuentran el petróleo y el gas natural, que representan casi tres quintas partes del total en medio del apagón térmico que vive la comunidad que, de rebote, acerca a la Xunta a su objetivo de recortar las emisiones de gases invernadero. La comunidad expulsó a la atmósfera un total de 22,43 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2 a lo largo de 2019). Se trata de una cifra un 24,5% inferior a los 29,73 millones registrados en 2015 y que en 2020 habrían sufrido, previsiblemente, otro recorte que permitiría a la Xunta que se alcanzase su objetivo de reducirlas un 35% en el periodo 2015-2020.
Y es que el dato que ha avanzado el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) para toda España el pasado mes de julio arroja un nuevo recorte del 13,7%, que, en el caso de darse con esta intensidad en Galicia, llevaría sus emisiones de CO2 hasta los 19,4 millones, un 34,8% por debajo de los registros de 2015. En este sentido, el Gobierno atribuye este descenso generalizado a las limitaciones de actividad y movilidad que se pusieron en marcha ante el Covid-19, pero, en el caso de Galicia, a este impacto habría que sumarle el del apagón térmico.
El cierre de las centrales térmicas ha desplomado hasta los 5,96 millones toneladas las emisiones contaminantes de las grandes industrias gallegas, lo que representa su cifra más baja de toda la serie histórica, así como un descenso del 28,2% respecto a 2019.
Los otros aprobados y suspensos de la Xunta
En el resto de materias del plan estratégico de la Xunta, Galicia sí cumple otros dos puntos relacionados con la formación. En concreto, el objetivo del Ejecutivo gallego pasaba por «reducir la tasa de abandono escolar temprano en 3,5 puntos, hasta el 13,5%«. Esta ha descendido del 17% hasta el 12% en los últimos cinco años, en los que, además, la comunidad también ha cumplido su meta de que 47% de la población de entre 30 y 34 años cuente con estudios superiores. Este porcentaje se ha incrementado del 44,4% registrado en 2015 hasta el 50,2% al término de 2020.
Por el contrario, Galicia suspende en materia de demografía y economía. Sobre el primer apartado, la Xunta se marcó como objetivo «acercar paulatinamente a Galicia al promedio de la UE de 1,59 hijos por mujer». Sin embargo, esta ratio ha descendido de 1,1 en 2015 a 1,02 en 2020, un descenso en el que ha ido de la mano del resto de España, en donde la tasa cae de 1,33 a 1,18.
El Covid-19 trastoca los objetivos económicos
Además, el estallido de la crisis del Covid-19 ha apeado a la Xunta del aprobado en el apartado económico. El objetivo del Ejecutivo gallego era «conseguir un crecimiento económico sostenido con un avance anual superior al 2,5%». Esto implicaba que el producto interior bruto (PIB) de Galicia debería dispararse desde los 56.667 millones de euros alcanzados en 2015 hasta los 64.113 millones en 2020. Esta cifra llegó a superarse en 2019 (Galicia alcanzó los 64.430 millones de euros), pero la crisis por la pandemia provocó una caída de la economía gallega del 8,9% el año pasado, haciendo que el PIB retrocediese hasta el entorno de los 58.700 millones de euros, complicándose además una convergencia con la economía comunitaria.
La Xunta se marcó como meta acercarse en ocho puntos al PIB per cápita de la Unión Europea, algo que no se ha producido toda vez que este indicador permanece invariable un 18% por debajo de la media del bloque.
Este frenazo económico se ha trasladado al mercado laboral. El objetivo de la Xunta era «crear 100.000 nuevos empleos y reducir la tasa del paro al 10%». Esta meta estaba cerca de cumplirse al término de 2019, cuando, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), Galicia contaba con 1,096 millones de personas ocupadas, 64.000 más que al término de 2015. Sin embargo, la crisis desatada por el Covid-19 ha reducido esta cifra hasta los 1,08 millones y ha elevado la tasa de paro hasta el 11,7%.
El tercer reto económico de la Xunta pasaba por «duplicar el gasto en I+D y subir al 40% del PIB la exportación en los sectores productivos» entre 2015 y 2020. Sin embargo, la inversión en investigación y desarrollo se incrementó un 26,3% entre 2015 y 2019 (hasta los 627,4 millones de euros), mientras que las exportaciones minimizaron su caída en 2020 y resistieron en los 20.871 millones de euros, una cifra que representa el 35,6% del PIB, quedándose así cuatro puntos por debajo de lo establecido en el plan estratégico.
Por último, la Xunta también se marcaba como objetivo «reducir la población en riesgo de exclusión o pobreza en 100.000 personas» en el último lustro, pero, por el contrario, el porcentaje de población gallega en riesgo de exclusión ha permanecido invariable en el 25,7% durante este periodo.