La Xunta extiende las restricciones de Ourense: ¿Funcionaron allí?
El cierre de la ciudad se decretó el 7 de octubre y todavía no se levantó, aunque la incidencia del coronavirus se redujo progresivamente
El siete de octubre la Xunta decretó el cierre perimetral de Ourense, en la última estación de una escalada de restricciones que comenzaron en septiembre y que ya habían limitado las reuniones de personas y cerrado los bares del barrio de O Couto, que solo podían atender en terrazas al 50% de la capacidad.
Tres semanas después, la ciudad, al igual que el concello limítrofe de Barbadás, continúa cerrada. Aunque la evolución de la pandemia ha ido a mejor en la urbe, aplanar la curva cuesta tiempo y dinero, pues el sector hostelero está roto debido a las restricciones
La incidencia del virus bajó de forma notable
Cuando se decretó el cierre, Ourense sumaba casi 500 casos activos y la incidencia del virus era entre tres y cuatro veces mayor que la media gallega. Desde entonces, la tasa se incrementó en el conjunto de la comunidad y bajó en la Cidade das Burgas.
En las últimas tres semanas la incidencia acumulada pasó de los 417,2 casos por cada 100.000 habitantes a 14 días a 291,7 casos, según el dato que trasladó este viernes la directora xeral de Saúde Pública, Carmen Durán. El mismo parámetro a siete días pasó de 254,7 casos a 134,9.
Los casos activos llevan una semana estables en torno a los 370, aunque llegaron a estar por encima de los 570. La reducción fue muy progresiva y precedida de una fase de estabilización. Un ejemplo de esta dinámica es Verín, cuyo cierre se decretó el 20 de octubre y que no ha sido hasta los tres últimos días cuando ha mostrado un leve descenso de los casos, según explicó Durán.
A pesar de la mejoría, Ourense se mantiene cerrada y la mayor preocupación de la Xunta es la presión asistencial, pues hay 18 personas en UCI, situándose a la cabeza de Galicia en cuanto a pacientes críticos.