La UE se juega 80.000 millones en la invasión de Ucrania: «EEUU lo tiene más fácil»
Mientras Putin asedia Kiev, el segundo paquete de sanciones a Rusia evita represalias comerciales severas que impacten en los países comunitarios con lazos económicos con Moscú
Con el ejército ruso al asalto de la capital ucraniana, Kiev, entró en vigor el segundo paquete de sanciones de la Unión Europea por la invasión. Las medidas tratan de ahogar la financiación de Moscú, aunque sin aplicar represalias comerciales severas que tengan consecuencias también en los países comunitarios con relaciones económicas con Rusia.
Los líderes de la UE acordaron el alcance de las nuevas represalias en una cumbre el jueves y sus ministros de Asuntos Exteriores confirmaron las sanciones 24 horas después en una reunión extraordinaria. Las medidas entraron finalmente en vigor la pasada noche, después de su publicación en el Diario Oficial de la UE, e incluyeron también al presidente ruso y a su ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, en la lista de sanciones individuales que, desde la Guerra de Crimea en 2014, recoge ya 654 personas y 52 entidades.
Mientras esto sucedía, la invasión progresaba en Ucrania. Las tropas del Kremlin se acercan a pocos kilómetros de Kiev con fuertes enfrentamientos en los alrededores de la capital. Miles de ucranianos huyen hacia el oeste en busca de alcanzar territorio comunitario. El responsable de seguridad rusa, Dmitry Medvedev, dijo que las nuevas sanciones occidentales ayudaron a unir a los rusos e insinuaron una ruptura de los lazos diplomáticos con las naciones occidentales. “Es hora de cerrar con candado las embajadas”, añadió, según recoge Reuters.
“Estados Unidos lo tiene más fácil”
La UE optó por dejar fuera del paquete de sanciones medidas comerciales de calado que, por ejemplo, sí ha adoptado Estados Unidos, puesto que tendrían un «enorme impacto» en la economía de sus Estados miembros, quienes se verían obligados a pagar un «alto precio» por ellas.
Así lo reconocen fuentes comunitarias al subrayar que el bloque tiene una relación comercial con Rusia que multiplica por diez la que tiene Washington: «Estados Unidos lo tienen más fácil. Su relación comercial es de 8.000 millones y la nuestra de 80.000 millones«, enfatizan, para después añadir, no obstante, que los Veintisiete podrían incluir estas sanciones en futuros paquetes si Rusia sigue con la invasión de Ucrania.
La desconexión bancaria
Por el momento, los productos de lujo, la importación de gas o la desconexión de los bancos rusos del sistema de mensajería Swift se quedan fuera de las represalias. Sacar a las entidades rusas de este sistema, como ya ocurrió con algunas entidades iraníes a raíz de las sanciones europeas en 2012, supondría cortar sus lazos financieros con el exterior al impedirles recibir divisas o realizar transferencias por sus transacciones comerciales y tendría un impacto «devastador», según un análisis del centro Carnegie Europe.
El Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, aseguró este viernes que la decisión no está «madura» entre los socios comunitarios, pero que podría adoptarse «en los próximos días» a medida que se resuelven las dudas de algunos de ellos. La Italia de Mario Draghi es uno de los Estados miembros que más reticencias ha mostrado. El presidente Zelenski, no obstante, aseguró en un mensaje compartido este sábado en Twitter que el mandatario italiano estaría dispuesto a dar el paso.
Bloqueo a la financiación de Rusia
Por el momento, la UE prefirió centrarse en cortar los canales de financiación y negar el acceso a los mercados de capitales al Kremlin, sus empresas públicas y los bancos rusos a través de una serie de decisiones en el ámbito financiero
Los bancos privados Alfa Bank y Bank Otkritie y las públicas Sberbank, Vneshtorgbank (VTB), Gazprombank, Russian Agricultural Bank and Vnecheconombank (VEB) se suman a la lista de entidades sancionadas por el bloque, se frena también la financiación de empresas públicas como Kamaz, Rostec o Almaz-Antey y se prohíbe la apertura de nuevos depósitos de más de 100.000 euros a ciudadanos rusos en bancos europeos.
Bruselas estima que estas sanciones afectan al 70 % del sistema bancario ruso y también a empresas “clave” y el objetivo es conseguir que aumenten los costes de financiación de la economía rusa, generen inflación y erosionen la base industrial del país, reduciendo las inversiones extranjeras directas el país.
Sanciones a la exportación de bienes y tecnologías
A las financieras se suman sanciones energéticas que buscan impedir que Moscú tenga la tecnología adecuada para modernizar sus refinerías de petróleo para entorpecer una importante fuente de ingresos de Rusia: en 2019 ingresó 24.000 millones de euros en exportaciones de crudo refinado a la UE.
Por último, la UE prohíbe con estas sanciones exportaciones de bienes y tecnologías del sector espacial y de la aviación, así como de productos de uso dual civil y militar y de tecnologías clave en los sectores de la electrónica, la informática y las telecomunicaciones, entre ellos los semiconductores.