La nueva Santiago vuelve a misa y abandona la tasa turística
El alcalde de Santiago, el socialista Sánchez Bugallo, rechaza la implantación de una tasa turística, pese a admitir problemas de limpieza y conservación
Nuevo estilo en la capital gallega. El alcalde socialista Xosé Antonio Sánchez Bugallo, que derrotó a Compostela Aberta en las últimas elecciones municipales, marca distancias con su predecesor, Martiño Noriega. El primer paso fue la vuelta del regidor de Santiago a la Ofrenda al Apóstol, un acto entre lo religioso y lo institucional del que Noriega prescindió para remarcar la separación entre la Iglesia y el poder político.
Bugallo, quien ya fuera alcalde de la ciudad entre 1999 y 2011, asistió al acto como oferente y pidió, entre otras cosas, que los compostelanos rehuyeran la turismofobia. Su predecesor, ahora en la oposición tratando de sostener los cimientos de Compostela Aberta y la tortuosa relación con Podemos, había impulsado el debate sobre la implantación de una tasa turística.
En nada parecido piensa el nuevo Gobierno socialista. El alcalde recalcó este jueves que Santiago es una «ciudad de peregrinaciones, de acogida y de referencia», por lo que es «muy difícil» poner «cláusulas» en las «puertas de la ciudad». Bugallo rechaza de plano la tasa, aparcando un debate que llegaba en la antesala de la celebración del Año Santo.
¿Quién pagaría la tasa?
El Ayuntamiento sí reconoce la existencia de «un problema de conservación, mantenimiento y limpieza» a consecuencia del número de personas que vienen. «Tenemos que buscar cual es la forma más adecuada para resolver esos problemas sin cortar lo que más nos interesa, los peregrinos y el turismo», matizó Bugallo.
El regidor argumentó también sobre las dificultades de aplicación de la tasa. «No hay que confundir todo con turismo, hay peregrinos, turistas, excursionistas y visitantes, y no es exactamente lo mismo», señaló para luego preguntarse quiénes pagarían esa tasa turística, si los turistas o también los excursionistas y visitantes.