La confesión de Puigdemont antes de la independencia: «No tenemos nada»
Puigdemont, el 26 de octubre: "No tenemos nada. No tenemos estructuras de estado, no tenemos a los Mossos, no tenemos ningún fondo económico y ningún mediador"
La huida a Bélgica de Carles Puigdemont al poco de declarar la independencia fue la prueba más elocuente de que la república de Cataluña había nacido muerta. Pero vale la pena rebobinar unos días antes para conocer en qué condiciones se procedió al intento de secesión.
La mañana del 26 de octubre, Puigdemont convocó a todos los diputados de Junts pel Sí al auditorio del Palau de la Generalitat para comunicarles que tenía una intención muy diferente a la de aprobar una declaración unilateral de independencia (DUI): pretendía convocar elecciones.
El auditorio del Palau de la Generalitat fue escenario de una tensa reunión de Junts pel Sí
Puigdemont había estado reunido durante buena parte de la madrugada con el denominado «Estado mayor» del procés y estaba prácticamente decantado a firmar una convocatoria electoral para evitar la aplicación del 155, una decisión que provocó enorme contrariedad entre consejeros como Jordi Turull y Josep Rull. «No nos puedes hacer eso», le dijeron.
Los diputados de Junts pel Sí, que no conocían las intenciones de Puigdemont, fueron citados a las 10.30 horas del 26-O para ser informados personalmente de la decisión del president. Una voz se alzó por encima de las demás, la de la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, que se preguntaba cuál era el precio obtenido por renunciar a la declaración de independencia y, sobre todo, qué garantías judiciales se habían logrado para dirigentes como ella, que ya estaban procesadas. «Sólo hemos hablado de la retirada del 155», respondió, sucinto, Puigdemont para indignación de Forcadell.
‘Los entresijos del procés’
El periodista Oriol March narra esta escena en Los entresijos del procés(Catarata), un libro que explica detalles poco conocidos de aquellas jornadas de vértigo y que desnudan la falta de preparativos del gobierno de Puigdemont antes de proceder a la DUI.
Forcadell no dudó en protestar ante las intenciones de Puigdemont de convocar elecciones. La presidenta del Parlament exigió: «Como mínimo, ya que hemos llegado hasta aquí, proclamemos la independencia y luego se disuelve el Parlament». Pero el presidente respondió: «No, este no es el acuerdo».
Forcadell mantuvo un agrio cara a cara con Puigdemont el 26-O
El presidente que debía conducir a Cataluña de la postautonomía a la preindependencia tuvo que soportar las airadas intervenciones de varios diputados de Junts pel Sí que se sentían engañados porque iban a incumplir su épico compromiso de declarar la república.
El líder independentista, escribe Oriol March, se vio obligado a presentar con crudeza la situación: «Para que se entienda: no tenemos nada. No tenemos estructuras de Estado, no tenemos a los Mossos, no tenemos ningún fondo económico, no tenemos ningún mediador internacional».
Por qué no hablaron Rajoy y Puigdemont
Es conocido que Puigdemont acabó cambiando de criterio, renunció a la convocatoria de elecciones y procedió a la DUI. Lo hizo en las condiciones relatadas, sin tener nada ligado. El periodista Oriol March (Piti en círculos familiares y periodísticos) comenta que las revelaciones incluidas en Los entresijos del procés son fruto de las entrevistas con fuentes que vivieron aquellos días en primera fila.
«Lo que queda por resolver es por qué Puigdemont y Rajoy no hablaron personalmente el 26 de octubre y por qué razón exacta no se firmó el decreto de convocatoria electoral entrada la noche del 25 de octubre», expone. Y no descarta un nuevo libro con más detalles.