La carrera del 12-J: la izquierda se divide y Feijóo olvida a Vox
El PP de Feijóo, al alza en las encuestas, desecha la posibilidad de necesitar los votos de Vox o Ciudadanos para retener la mayoría absoluta en Galicia
El panorama electoral en Galicia ha dado un vuelco a golpe de Covid-19. Un vuelco en el que, por el momento y según las encuestas, el gran beneficiado es el PP de Alberto Núñez Feijóo. Tanto es así que, según fuentes no oficiales del partido comentan a este medio, en la actualidad, los conservadores gallegos creen que serán capaces de retener la mayoría absoluta en el Parlamento gallego sin necesidad de tener que recurrir a los apoyos de Vox o de Ciudadanos, en el hipotético caso de que pudieran llegar a tener representación. Tampoco prevén que los votos que ambas formaciones puedan pescar en su caladero, especialmente la dirigida por Santiago Abascal, vayan a influir en el resultado electoral.
«Ahora mismo hay una gran confianza con respecto a mantener la mayoría absoluta. Una confianza que no había hacer unos meses», comentan estas voces, que aseguran que, en la actualidad, ninguno de los distintos escenarios electorales que baraja la formación de Núñez Feijóo contempla bajar de los 40 diputados. «Es una situación muy distinta, ya que en febrero las encuestas que se manejaban evidenciaban la dificultad para asegurar los 38 diputados«, explican. En aquella altura, los conservadores gallegos miraban por el espejo retrovisor con inquietud tanto a Ciudadanos como, especialmente, a Vox. Ninguno de los dos grupos era una amenaza ya entonces, ni siquiera vaticinaban que llegasen a entrar en el Parlamento gallego pero, no obstante, sí podrían enviar al limbo unas 70.000 u 80.000 papeletas que acabarían sin representación en el Pazo do Hórreo y que impedirían a Feijóo alcanzar los necesarios 38 diputados.
La izquierda se atomiza
Por otro lado, los populares sostienen que el empuje que el PSdeG –arrastrado por la figura de Pedro Sánchez— presentaba antes de la crisis del Covid-19 se ha desinflado y que la subida que casi todas las encuestas auguran al BNG se materializará, pero a costa de Galicia en Común, la coalición liderada por el secretario general de Podemos en Galicia, Antón Gómez Reino.
Pero, más allá del optimismo que en este momento se le supone al PP, la izquierda gallega tiene otro problema más real en este momento. De hecho, se trata de una situación muy similar a la que se le presentaba al Partido Popular gallego a principios de año. Si entonces Feijóo temía que Vox le arrebatase los votos necesarios para asegurar su mayoría absoluta, ahora, el espectro de la izquierda se atomiza con grupos que muy posiblemente no consigan ninguna representación en el Parlamento gallego, pero que sí podrían restar apoyos decisivos al resto de integrantes del bloque progresista.
La ecuación de En Marea
Es una de las lecturas de que se desprende del hecho de que En Marea haya decidido, en último momento, presentarse a las elecciones gallegas mediante la fórmula de una coalición en la que, muy probablemente, estarán presentes tanto Compromiso por Galicia como el Partido Galeguista de Manuel Suárez. Si bien es cierto que, a tenor de sus últimos resultados –cosechó un 1% de los votos en las generales de abril de 2019–, nada hace indicar que puedan lograr un escaño en el Parlamento gallego, la futura coalición sí podría restar representación a Galicia en Común. Al fin y al cabo, ambas confluencias se presentaron unidas a las elecciones autonómicas de 2016. Entonces, con el juez Luis Villares como candidato de consenso y el empuje de las mareas municipalistas, que venían de ganar los ayuntamientos de A Coruña, Santiago y Ferrol, En Marea llegó a ser la segunda fuerza de Galicia con 14 diputados, sobrepasando al PSOE.
El matrimonio, sin embargo, duró poco y no fue bien avenido. En junio de 2019, la formación que se había presentado a las últimas autonómicas se rompió, dando lugar a dos grupos con representación en el Parlamento gallego. Por un lado, con 10 diputados, Grupo Común da Esquerda (del que ahora es heredero Galicia en Común) y, por el otro, con cuatro asientos, los seguidores de Villares, que mantuvieron las siglas En Marea.
La presentación contra pronóstico de En Marea (decidió no concurrir a las elecciones fallidas del 5 de abril), no sólo podría restar votos a Galicia en Común, sino que también podría afectar al reparto de los espacios electorales. El debate parece servido ya que este lunes el actual portavoz de En Marea, Pancho Casal, indicó que «la ley electoral es muy clara». «En Marea se presentó en 2016 y los espacios electorales y políticos le corresponden a En Marea. No tenemos nada que disputar porque lo dice la ley», aseveró.
Ciudadanos lo intenta hasta el último momento
La incógnita de la coalición de En Marea, en todo caso, se tendrá que desvelar antes del viernes, la fecha límite según la Ley Electoral para la presentación de coaliciones a las elecciones autonómicas. Este hecho, por cierto, ha provocado que la pasada jornada, el portavoz adjunto de Ciudadanos en el Congreso, Edmundo Bal, haya vuelto a pedir de forma pública a Núñez Feijóo que el PP gallego concurra a las elecciones de julio coaligado con la formación naranja. «Es necesario que los partidos constitucionalistas se unan para hacer frente al nacionalismo«, dijo Bal, que solicitó «un esfuerzo» al presidente de la Xunta para evitar «que el BNG gobierne tras los comicios del 12 de julio si pacta con el PSOE».
La posibilidad parece remota, teniendo en cuenta que Feijóo ya rechazó a principio de año, cuando la fecha de las elecciones era el 5 de abril, presentarse en forma de coalición con C´s. La negativa de Feijóo le valió el enfrentamiento público con pesos pesados de su partido a nivel estatal, como la propia Cayetana Álvarez de Toledo, que apostaba por una fórmula conjunta de ambas formaciones tanto en Galicia como en Euskadi y Cataluña. Feijóo insistió entonces, como ahora, que se presenta a las eleccines como «un candidato libre» que no es «rehén» de ningún partido, ni siquiera el suyo.