La autopista que Fomento liberó del peaje dispara un 58% su tráfico
Mientras la AP-9 esperará hasta 2048 para revertir la concesión, el tráfico de la autopista Burgos-Armiñón se dispara desde que Fomento retiró el peaje
No hay mejor fórmula para atraer vehículos a las autopistas que retirar los peajes. Eso muestran los datos de tráfico de la AP-1, entre Brugos y Armiñón, que ha incrementado un 58% los usuarios en el mes de diciembre, el primer mes en el que el vial estaba libre de peaje. La autopista fue la primera española en levantar las barreras al concluir el periodo concesional y volver a manos del Estado.
Algo similar tenía que haber ocurrido con la AP-9, la arteria que comunica Ferrol con Tui, vertebrando Galicia de norte a sur. La concesión, actualmente en manos del grupo Itínere, tuvo como primera fecha para su finalización 2018, pero las sucesivas prórrogas concedidas por Gobiernos del PSOE y del PP la alargarán hasta 2048, la fecha que marcó en última instancia José María Aznar.
Mientras los peajes se incrementan en Galicia, en la AP-1 lo que crecen son los vehículos. Hasta 25.516 diarios se contabilizaron durante el último mes de 2018, frente a los 16.703 que registró el mes previo, el de noviembre, el último en el que cobró peaje, según datos del Ministerio de Fomento.
Otras dos autopistas sin peaje el próximo diciembre
La supresión de peaje y su consecuente aumento de tráfico tiene lugar en vísperas de que arranque la subcomisión del Congreso que debatirá sobre el futuro modelo de sostenibilidad de la red de carreteras del país, en la que previsiblemente se sopesará la eventual articulación de un peaje en las autovías para contribuir a su mantenimiento.
La supresión del peaje de esta autopista deriva del compromiso que adquirió el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, de no prorrogar los contratos de las vías de pago a su vencimiento. Esta decisión conllevaría que se levantara el peaje del tramo de la AP-7 entre Tarragona, Alicante y Valencia, y de la AP-4 Sevilla Cádiz en diciembre de este año.
La AP-9 está pendiente de la transferencia de titularidad a la Xunta, si bien queda también por definir en qué términos y si es posible acometer una rebaja en las tarifas, que asumieron el mayor incremento del Estado el pasado año.