Hacienda cruje a inspecciones a la SA de Xestión do Xacobeo por el IVA
La sociedad presidida por Nava Castro admite que "es imprevisible el desenlace de los ejercicios abiertos a inspección fiscal", que suman tres años
La Sociedad Anónima de Xestión do Xacobeo está de mudanza. La compañía pública presidida hasta ahora por Nava Castro, la directora de Turismo, pasará a la órbita del conselleiro Román Rodríguez tras los últimos cambios activados por Núñez Feijóo en su equipo. Palanca de actuación de ese gran proyecto que es el Xacobeo de 2021, la sociedad de gestión lleva en su hatillo una capacidad de maniobra limitada durante los últimos años y, sobre todo, problemas recurrentes con Hacienda.
Como toda empresa, la SA de Xestión do Xacobeo tiene abiertos a inspección, sin prescribir, hasta los últimos cuatro años de actividad. Es decir, esos ejercicios son susceptibles de ser investigados por el fisco. Y así ha sido. El IVA es el gran caballo de batalla de la sociedad presidida por Nava Castro desde hace años.
Las inspecciones fiscales
Hacienda activó el año pasado una inspección por el IVA correspondiente a 2016 en la firma pública. Así, el plazo nuevo de prescripción de este impuesto derivado de la investigación abierta se va a 2021. Un año antes, en el 2016, fue el mismo impuesto el motivo de otra inspección, correspondiente en este caso al 2015, ampliando en este caso el plazo de prescripción hasta 2020. Así consta en la memoria que acompaña a las cuentas de la SA de Xestión do Xacobeo depositadas en el Registro Mercantil.
Los gestores de la compañía señalan, en su descargo, que no se han producido diferencias entre las declaraciones presentadas por la sociedad y dichas inspecciones. En otras palabras, las discrepancias residen más en el fondo que en la forma. En 2015 también se había abierto una inspección fiscal a la SA de Xestión do Xacobeo por el IVA, en ese caso correspondiente a 2014. Las explicaciones que da y las incertidumbres que admite la compañía al respecto de sus responsabilidades con el fisco son elocuentes.
Imprevisible desenlace
Los chicos de Nava Castro se cuidan al asegurar que «dadas las múltiples interpretaciones posibles de la normativa fiscal, las distintas actitudes que pueden adoptar los inspectores actuantes en cada caso y los distintos usos que la sociedad decida hacer de los mecanismos de defensa legal existentes, es imprevisible el desenlace final de los ejercicios abiertos a inspección». También explican que no pueden calcular, por tanto, «si se derivarán pasivos adicionales no contabilizados».
Los gestores de la compañía abundan en explicaciones, de acuerdo con la memoria del año pasado. «Debe entenderse, por tanto, que algún coste fiscal puede quedar inevitablemente diferido a ejercicios futuros con la imposibilidad de su estimación actual». Y aclaran que el consejo de administración considera que «los costes adicionales no provisionados no tendrían un efecto significativo sobre el patrimonio neto de la empresa».
El bono para albergues
Todo este lío con el IVA se deriva del propio modelo de negocio en el que se ha especializado la compañía pública. La totalidad de sus ingresos de los ejercicio de 2017 e 2016 se corresponden con las ventas del denominado bono para albergues. Esos ingresos ascendieron a 1,8 millones de euros el año pasado, por encima de los 1,6 millones firmados un año antes. La actividad de la compañía se limita actualmente a la prestación de servicios básicos relacionados con Camino de Santiago, la acogida a los peregrinos y las relaciones con las asociaciones de amigos del Camino.