Guerra de informes oficiales sobre la calidad del aire en Galicia
El informe anual de Meteogalicia califica la calidad del aire gallego como buena mientras que un estudio del Observatio de Sostenibilidad incluye a Ourense y A Coruña entre las ciudades del país con más cantidad de partículas en suspensión
A Coruña y Ourense se sitúan entre las ciudades de España con peor calidad del aire en partículas en suspensión PM10, según un estudio del Observatorio de Sostenibilidad (OS). Este dato contrasta con la visión ofrecida en el informe anual de Meteogalicia presentado el pasado martes 5 de julio en el que se concluía que puede «calificarse el estado global de la calidad del aire ambiente en Galicia durante el año 2021 como bueno».
En relación a las conclusiones presentadas en dicho informe, la conselleira Ángeles Vázquez aseguró que Galicia tiene una calidad del aire «muy buena» y que la administración autonómica «no se conforma» con estos datos y busca que Galicia «sea un referente» al respecto.
Los datos del estudio del OS, que recopilan la información de las tendencias en la calidad del aire a partir de la Agencia Europea de Medio Ambiente, señalan a la ciudad coruñesa como la segunda urbe nacional con el peor dato registrado en 2021 en partículas de PM10, con una media total de 31,251 ppm, solo superada por Marbella. Trece posiciones más abajo se encuentra Ourense con una media de 24,859 ppm.
A Coruña también se encuentra en el listado de las ciudades con mayor concentración en PM2,5, ocupando la séptima posición, con una media total de 14,4 ppm.
Visión de los grupos ecologistas
Los datos reflejados en el informe de Meteogalicia han provocado reacciones en distintos grupos ecologistas. Desde Arco Iris señalan que «el informe del Laboratorio de la Sostenibilidad en España arroja datos bastante diferentes a los ofrecidos por la Xunta de Galicia». La asociación estima que «la calidad del aire en Coruña ha empeorado, con las lógicas consecuencias que esos valores tienen sobre la salud de ciudadanos asmáticos, bronquíticos o alérgicos y, muy posiblemente, sobre el aumento de la incidencia del COVID en esta ciudad».
Por último, instan a la Consellería de Medio Ambiente a «divulgar la totalidad de los datos disponibles en este campo y no solo los que le interesen». «Faltar a la realidad en materias tan sensibles deja en evidencia la escasa sensibilidad ambiental de quienes tienen la obligación de ser rigurosos en sus apariciones públicas», han puntualizado.
Ecologistas en Acción también ha matizado la calidad del aire de la comunidad gallega en su informe La calidad del aire en el Estado español durante 2021 en el que se señala que «pese a la reducción general de la movilidad y la actividad económica derivada de la lucha contra la COVID-19, las partículas PM10 y PM2,5 y el dióxido de nitrógeno (NO2) continuaron afectando durante 2021 a todo el territorio gallego, superando los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS)». En el estudio también se pone en valor el descenso «notable» de los niveles de dióxido de azufre (SO2) y ozono troposférico «por el cierre de las centrales termoeléctricas de carbón de As Pontes y Meirama«.
El grupo ecologista destaca en su informe que las partículas en suspensión PM10 y PM 2,5 afectaron principalmente a los núcleos urbanos (A Coruña, Ferrol, Lugo, Ourense, Pontevedra, Santiago y Vigo) «donde se registraron superaciones de los valores medios diarios y anuales recomendados por la OMS para ambos contaminantes, aunque en menor medida que en los años previos».
«Como consecuencia, y pese a la significativa mejora de la calidad del aire por efecto de las medidas de lucha contra la COVID-19, toda la población gallega siguió respirando en 2021 un aire perjudicial para la salud según las recomendaciones de la OMS», apunta el estudio que, por otro lado, también destaca el hecho de que «por la drástica caída del ozono, la totalidad del territorio estuvo libre de niveles de contaminación que dañaran la vegetación».
Partículas en suspensión
El Ministerio de Transición Ecológica define las partículas en suspensión como «partículas sólidas o líquidas de polvo, cenizas, hollín, partículas metálicas, cemento o polen, dispersas en la atmósfera, y cuyo diámetro varía entre 2,5 y 10 µm (1 micrómetro corresponde la milésima parte de 1 milímetro)».
Estas partículas están formadas principalmente por compuestos inorgánicos -como silicatos y aluminatos-,metales pesados y material orgánico asociados a partículas de carbono (hollín). Según el Ministerio, un 77,9% de la cantidad total de las partículas en suspensión emitidas proceden del polvo suspendido existente en la atmósfera. La industria, la construcción y el comercio contribuyen un 7% mientras el 6,5% procede del tráfico rodado. Otras fuentes minoritarias de contaminación son las quemas agrícolas (3,7%) o de origen doméstico (3,3%).
Las partículas con un diámetro superior a 5 micras pueden depositarse en las vías aéreas superiores (nariz), en la tráquea o bronquios. Por su parte las que tienen un diámetro inferior tienen una mayor probabilidad de depositarse en los bronquiolos y alvéolos. Estos componentes pueden provocar daños en las vías respiratorias además de alteraciones en la coagulación de la sangre o el ritmo cardiaco, agravando enfermedades de tipo coronario y respiratorio (asma, bronquitis, etc.).