Gobierno y PSOE pactan mantener el 155 tras la «provocación» de Torra
Ante la "provocación" del Govern anunciado por Quim Torra, Gobierno y PSOE concuerdan en la necesidad de ampliar el artículo 155
El Gobierno de Mariano Rajoy y el PSOE coinciden no sólo en que debe rechazarse el Govern impulsado por Quim Torra, sino también en que la «provocación» de quienes ocupan la Generalitat de Cataluña debe ser correspondida con una extensión del artículo 155.
«Antes que una provocación, que lo es, es un acto de degradación de la institución de la Generalitat perpetrado por su propio presidente», dijo el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en respuesta a la lista de consejeros que Torra presentó el sábado.
La restitución en el Govern de los presos Jordi Turull y Josep Rull y los fugados Antoni Comín y Lluís Puig generó una reacción casi inmediata de la Moncloa, que avisó desde la tarde del sábado de que activará su maquinaria para evaluar la «viabilidad» del equipo de Torra y frenar la toma de posesión de los consejeros si procede.
Rajoy espera que Torra cambie los designados presos y fugados por otros sin causas con la justicia
El Diario y El País informan el domingo de que el gobierno Rajoy no aceptará el nombramiento de los consejeros de Torra y que, en cambio, baraja la opción de congelar el decreto y no publicarlo en el Diario Oficial de la Generalitat para que no entre en vigor.
No publicar el decreto en el diario también supone una ampliación de las medidas de la aplicación del 155 en Cataluña. Fuentes cercanas al Ejecutivo afirman que Rajoy espera que «Torra acepte cambiar los cuatro designados por otros cuatro sin causas con la justicia», según El Diario.
Esta paralización se mantendría en pie hasta que la Moncloa descifre sus próximos pasos, entre los que está la posibilidad de enviar los nombramientos al Tribunal Constitucional para que este órgano los suspenda. Pero para esta opción debe publicarse primero el decreto.
Sea cual sea el escenario final, el gobierno gana tiempo mientras Cataluña permanece en un limbo marcado por el nombramiento de un presidente que aún no tiene el control de la Generalitat por la aplicación del artículo 155.