Galicia mueve ficha para esquivar la sequía

Aunque por el momento no hay escasez en la reservas de agua, la sequía prolongada en algunas áreas del norte de la comunidad ha provocado que se hayan tenido que activar medidas de ahorro y restricción de usos para evitar escenarios de desabastecimiento

Gonzalo Mosqueira, gerente de Augas de Galicia

Gonzalo Mosqueira, gerente de Augas de Galicia. Xunta

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Galicia no está por el momento en una situación de riesgo efectivo de desabastecimiento de agua aunque “sí es necesario poner los ojos en la gestión del agua” y que “no haya improvisación”, algo que supone la activación de medidas de ahorro y restricción en los usos del agua en determinadas zonas de la comunidad. 

Son las palabras del gerente de Augas de Galicia, Gonzalo Mosqueira, en una entrevista concedida a Europa Press en la que se refiere a estas medidas de gestión del agua como un “toque de atención”. El pasado lunes, día 7, la Oficina Técnica da Seca decretaba la situación de sequía prolongada en las cuencas de la ría de A Coruña y Betanzos y en los sistemas de abastecimiento de Ferrolterra y A Mariña, esto es, desde el río Mero hasta Ribadeo.

Esta situación, como recuerda Mosqueira, no implica necesariamente bajas reservas de agua, sino que informa de una situación de sequía superior a la habitual en estas fechas, por bajas precipitaciones, con lo que el caudal de los ríos circula también más bajo.

Paralelamente, desde mediados de julio está activada la prealerta por escasez de agua en el sistema del río Mero, Arteixo y ría de A Coruña, en la cuenca del Anllóns y en el subsistema de Baiona. En este caso, la prealerta sí apunta a una bajada de las reservas de agua para consumo, teniendo en cuenta, además, la presión que sufren algunos municipios por el incremento de población durante el verano.

En cualquier caso, desde Augas de Galicia se anima a «estar vigilantes». «El nivel de los ríos está bajando y las demandas en esta época del año son elevadas», recuerda Gonzalo Mosqueira.

Medidas de los concellos

Una vez declarada esta situación, la Xunta informa a los ayuntamientos afectados para que, cada uno, implemente las medidas que puede aplicar en este sentido. Los ayuntamientos grandes, apunta Mosqueira, tienen planes municipales de sequía que ya establecen los pasos a seguir, y los pequeños analizan las posibilidades de ahorro.

En todo caso, es necesario comunicarle a la población la situación para «cuando se tengan que tomar medidas concretas». «Siempre es bueno saber en la situación en la que estamos para concienciar y hacer un uso responsable», apunta.

Con esta información, «algún ayuntamiento puede verse en la necesidad de tomar medidas de restricción o limitación a determinados usos del agua», como la optimización de los riegos u otros usos no imprescindibles.

En el caso del Ayuntamiento de A Coruña, ha ordenado reducir los baldeos y limpieza de edificios y los riesgos en zonas públicas y privadas a lo estrictamente necesario, ha cerrado fuentes ornamentales y limitado el lavado de coches a los establecimientos autorizados. El martes anunciaba también que se hará un «seguimiento de los consumos y control de presiones» en los colectores de la red. El vecino municipio de Culleredo se adhería después a estas medidas, ambas orientadas a garantizar las reservas del embalse de Cecebre.

La búsqueda de fugas o pérdidas de agua en la red también fue anunciada esta semana por el municipio de Arteixo, que ha pedido a la población un uso «prudente» del recurso y en Carballo se ha dado la orden de reducir al máximo posible los riegos.

En Oleiros, el Ayuntamiento ha explicado que remitirá a los hogares junto con la próxima factura del agua una circular con consejos y recomendaciones para ahorrar agua. Paralelamente, se cortará desde el fin de semana el agua de todas las duchas de las playas, aunque se mantendrá la de las fuentes para poder hidratarse.

En la Mariña lucense, por su parte, han sido varios los municipios que ya han activado medidas. Tanto en Alfoz como en Ourol, sus respectivos alcaldes emitieron en los pasados días un bando municipal en el que se prohíbe, hasta nuevo aviso, la utilización de agua de la traída para regar jardines o zonas verdes, llenar piscinas, limpiar vehículos o espacios al aire libre o cualquier otro uso que no sea esencial para personas o animales.

En Xove, por su parte, se ha restringido el agua de las duchas y lavapiés de las playas, llenado de piscinas, lavado de coches, riego de jardines y baldeos de calles, al tiempo que se ha apelado al «civismo» de los vecinos para reducir el consumo. También se revisará la red para evitar pérdidas.

Con anterioridad a la decisión de la Oficina Técnica da Seca, el municipio de Barreiros emitía ya el pasado 28 de julio un bando en el que se prohibía el uso del agua de la traída para usos no esenciales. La medida se implantaba entonces por el «importante consumo existente en Barreiros», derivado del incremento de población por las vacaciones, «muy por encima de lo habitual».

Embalses al 80%

La activación de estas medidas, sin embargo, no supone un hecho excepcional. Tal y como recuerda Gonzalo Mosqueira, el volumen de agua en los embalses de abastecimiento gallegos está al 80%, mientras que el año pasado era del 79%. «No estamos en una situación peor, como en otras zonas de España», ha explicado el gerente de Augas de Galicia.

En cuanto a las precipitaciones, se ha activado la sequía prolongada en el norte de la comunidad porque las precipitaciones han sido inferiores a lo habitual. Sin embargo, esto no afecta a toda Galicia, ya que en julio, en el sur, «llovió dentro de la media, e incluso en algún punto más». «Tenemos la suerte de que los frentes que entran desde el Atlántico lo hacen por Galicia», explica Mosqueira, lo que mantiene en cierta medida las precipitaciones.

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