La fundación de los Jove: una grandiosa colección de arte al servicio de la integración
La Fundación María José Jove destina entre 2 y 3 millones al año a una obra social que tiene como rasgo distintivo la educación e integración a través del arte
“Éramos, y seguimos siendo, un equipo pequeño que con esfuerzo y, sobre todo, mucha ilusión, trabaja para promover la inclusión en nuestra sociedad de las personas con diversidad funcional y la mejora de la calidad de vida de la infancia”. Así arranca Felipa Jove, la vicepresidenta de Inveravante, el balance del último año de la fundación que lleva el nombre de su hermana, María José Jove, fallecida antes de lo debido, a los 37 años de edad.
Un año después nació la institución que recogería el legado de su compromiso social, con su hermana Felipa como presidenta y cabeza visible. Lejos de las cifras grandilocuentes de la Fundación Amancio Ortega y sus debatidos donativos, la obra social de los Jove parece pasar más desapercibida, pero lo cierto es que moviliza entre dos y tres millones al año (2,68 millones en 2016) en sus actividades, cifra casi análoga, ligeramente superior, a la destinada por la Fundación Paideia Galiza de Sandra Ortega.
La institución se financia por las aportaciones de la familia, los donativos de particulares y los ingresos procedentes de la Residencia Universitaria Rialta, ubicada a un suspiro del campus de la Universidade da Coruña y con 532 habitaciones disponibles. A este equipamiento destina la fundación más de la mitad de su presupuesto, reservando el resto para cuatro líneas de actuación fundamentales: promoción cultural, educación, salud y tiempo libre responsable.
Las aportaciones de la familia y los ingresos de la Residencia Universitaria Rialta sostienen la actividad de la fundación
Ubicada en el edificio WorkCenter de A Grela (A Coruña), con una escultura de dos metros de Francisco Leiro recibiendo a los visitantes, la Fundación María José Jove tiene entre sus rasgos distintivos una magnífica colección de arte. La fue reuniendo Manuel Jove, el empresario que vendió Fadesa tres años después del fallecimiento de su hija, entonces vicepresidenta del grupo inmobiliario.
La fortuna de Jove reunió a Picasso, Dalí, Kandinsky, Léger, Maruja Mallo, Miró, Colmeiro, Rusiñol, Díaz Pardo o Seoane, en la que probablemente es una de los colecciones privadas más importantes del Estado, con un recorrido que arranca en el Romanticismo y llega hasta hoy, porque Jove sigue comprando, al principio más por criterio propio, y ahora con más vocación de comisariado.
Este patrimonio, cedido por Jove a la fundación, ha movilizado numerosos proyectos de la institución, que ha explorado la educación a través del arte mediante programas de alfabetización para adultos o la expresión artística en personas con discapacidad. También desarrolla el proyecto mirar conTacto, donde abre la colección a personas ciegas o con déficit visual para experimentar la percepción de las obras a través del tacto.
En un mundo donde se explora el papel que puede jugar la música, la danza o los animales en la discapacidad, la fundación ha abierto algunos de estos caminos en Galicia. Por ejemplo, desde el año pasado tiene en marcha un proyecto conjunto con la Fundación Profesor Novoa Santos y el Centro Canino De Montegatto en el que perros de terapia actúan como facilitadores terapéuticos en la Unidad de Rehabilitación Infantil y Atención Temprana del Hospital Teresa Herrera de A Coruña.
La educación emocional, la formación, el deporte y el arte forman parte del ADN de la fundación
Una institución proclive en talleres y actividades de corta duración, como conferencias, impulsa algunos de los programas pioneros en Galicia en este ámbito. El compromiso con la salud quedó refrendado el año pasado, con la firma de un convenio con el Sergas para la creación de una Unidad de Hospitalización de Onco-Pediatría y un Área de Rehabilitación Integral Cardiovascular Infantil en el Hospital Teresa Herrera-Materno Infantil de A Coruña. La fundación aportó 200.000 euros.
Junto a las actividades vinculadas a la educación y promoción cultural (talleres, cursos, exposiciones, conferencias…) y los programas destinados a la infancia, dos vertientes que conforman el ADN de la fundación, una buena parte del presupuesto se destina a actividades deportivas, un campo transversal a toda la actividad. El programa Esfuerza, dirigido a personas con diversidad funcional, es otro de los emblemas de la fundación. En dos ciclos anuales, invierno y verano, ofrece a los usuarios actividades gratuitas y monitorizadas de vela, piraguismo, fitness o natación, que han conseguido durante los últimos ocho años un fuerte arraigo en la ciudad. Sirva como ejemplo que los usuarios de Esfuerza palean junto a miembros de la Sociedad Deportiva As Xubias.
La fundación es uno de los proyectos que más mimo recibe por parte de los Jove. En el patronato están, junto Manuel Jove, sus dos hijos, Felipa y Manuel Ángel.