La Fundación Barrié sale a flote con los alquileres al Santander
La fundación de José María Arias logra un resultado de 1,1 millones el año de la absorción del Popular, tras reducir a la mitad su patrimonio desde 2016
Velocidad de crucero en los ingresos de la Fundación Barrié de la Maza tras dos años más que convulsos en la entidad, en su día accionista de referencia del Banco Pastor y de su sucesor, el Popular, hasta su quiebra y absorción por el Santander. La entidad presidida por José María Arias, en un ejercicio especialmente complicado como fue el 2018, cuando el banco de Ana Patricia Botín se quedó con el Popular, presenta excedente en su actividad, que ya no está apoyada en el pulmón de los dividendos del Popular, pero sí en los alquileres de inmuebles al Santander.
La Fundación Barrié anota un excedente de su actividad, resultado homologable a los beneficios en una empresa al uso, de 1,1 millones antes de impuestos al cierre de 2018, ligeramente por encima del millón de euros que había obtenido un año antes, en 2017. En ese ejercicio parte del sostén fueron los dividendos de lo poco que le quedaba del Popular tras las ampliaciones de capital ahora judicializadas, al sumar un millón de euros en ingresos financieros, que se han visto reducidos a apenas 230.000 por otras participaciones. Y es que, ahora, la estructura de ingresos se sustenta exclusivamente en los alquileres.
Deterioros y dividendos
La fundación que dirige José María Arias anotó 1,2 millones de deterioro en sus instrumentos financieros durante 2018, y afrontó menos indemnizaciones y gastos de personal. En concreto, la fundación ingresó por dividendos el año pasado unos 213.000 euros, frente a los 975.000 euros de 2017. Fueron los alquileres del Santander, que se ha subrogado en los que tenía contratados con el Popular, lo que dio vida a la fundación.
La absorción del Banco Popular por el Banco Santander llevada a cabo en 2018 conllevó la firma de una cesión del contrato de arrendamiento, quedando el Santander subrogado en todos los derechos y obligaciones derivados del mismo, con plenos efectos a partir del día 24 de septiembre de 2018.
Casero del Santander
Como casero, la fundación recoge en sus cuentas del año pasado el importe correspondiente a los ingresos por arrendamientos al Banco Popular y su sucesor, que ascendió a seis millones de euros, frente a los 5,9 millones de 2017. Según el contrato en el que se ha subrogado el Santander, el arrendamiento de los inmuebles se mantendrá como mínimo 20 años, prorrogables hasta un máximo de 40 años, con opción de recompra.
Los inmuebles objeto de la operación, que ahora son pulmón para la fundación, son la antigua sede Cantón Pequeño y un edificio en la calle Orillamar, ambos en A Coruña; un edificio en el Polígono de Bergondo y la antigua sede de la calle Colón, en Vigo. La Fundación Barrié, en su plan de inversiones, proyecta para este ejercicio unos ingresos de siete millones de euros, de los que 6,5 millones corresponden a rentas. Entre gastos de explotación e inversiones, la institución se dejará este ejercicio unos 5,5 millones. Según esos cálculos, habrá al cierre de 2019 excedentes de nuevo.
El gran golpe de 2016
El gran golpe para la Fundación Barrié se produjo en 2016. Ese fue el momento de las ampliaciones de capital que minoraron su participación en el Popular, fruto de la absorción del Pastor. La entidad llegó a ser un accionista relevante del Popular, con algo más del 7%.
Al no acudir a las ampliaciones, ese paquete se vio reducido progresivamente, y el impacto en el patrimonio derivado de esa minoración fue más que relevante. La fundación contaba a 31 de diciembre de 2016 con un patrimonio neto de 302 millones, que se vio reducido un año más tarde a 141,1 millones. Encajó, por tanto, una minoración en su patrimonio de 160 millones.