Fernández-Couto patina con las Sociedades de Fomento Forestal
La previsión del director xeral de Ordenación e Produción Forestal es que hasta final de año se duplique el número de Sociedades de Fomento Forestal existentes
Queda solo mes y medio para que acabe el año y al director xeral de Ordenación e Produción Forestal, Tomás Fernández-Couto, empiezan a fallarle los números, por lo menos en lo que a sus previsiones se refiere. Y es que el pasado mes de abril, en el marco de unas jornadas en Melide, no dudaba en asegurar que Galicia cerraría el año con diez Sociedades de Fomento Forestal (Sofor) constituidas, cuando desde la creación de esta figura, pensada para reordenar y promover la gestión conjunta del monte, apenas se han creado cinco, la última en 2015.
Para el próximo ejercicio, los pronósticos de Fernández-Couto son aún más halagüeños, pues cuenta con duplicar la cifra prevista para este ejercicio y finalizar 2018 con una veintena de Sofor constituidas. Sin embargo, este modelo, voluntario y en el que los socios –propietarios del monte o no– responden con sus aportaciones, no acaba de conquistar a sus posibles beneficiarios, sobre todo por la elevada fiscalidad a la hora de comercializar la producción. La Xunta contribuir a disipar sus dudas con una rebaja impositiva a partir del próximo año, así como con la simplificación de la normativa actual en esta materia, medidas que incluye el Gobierno autonómico en su propuesta para acabar con los incendios en Galicia.
La Xunta promete rebajar la fiscalidad de las Sofor en 2018 y simplificar la normativa que las regula
El director de la Escola de Enxeñaría Forestal de la Universidade de Vigo, Juan Picos, ve las Sofor como un modelo «difícil y poco intuitivo» para quien tiene una explotación en funcionamiento. No obstante, cree que tiene una importante ventaja para los propietarios particulares que se han visto afectados por los incendios. El hecho de que la Xunta incentive su creación, facilita una vía para que los dueños del monte se puedan agrupar, aunque más adelante decidan modificar la tipología de la sociedad. A esto habría que sumar la posibilidad de incorporar las tierras de propietarios desconocidos a modo de incentivo, apunta lel profesor.
El foco en la meta
Para Picos, uno de los grandes errores de concepción de esta fórmula es el hecho de que la Xunta haya puesto «más esfuerzos en el medio que en el fin». Con ello no desprecia lo «meritorio» de plantear una alternativa novedosa para agrupar a los propietarios, pero considera que también se deben fomentar el resto de fórmulas ya que, de lo contrario, podrían provocar una reversión de los procesos de concentración iniciados en los últimos años bajo Sociedades Agrarias de Transformación (SAT), cooperativas o comunidades de bienes, por citar algunas. «No queremos hacer Sofor; queremos que la gente se agrupe», concluye.