Feijóo y Urkullu buscan fecha para aplazar las elecciones
El aplazamiento electoral gana fuerza por el temor a un pico de contagios en abril y tiene como principal escollo el vacío legal para aplicarlo
La expansión de la epidemia por el Covid-19 pone en jaque la celebración de las elecciones en Galicia y el País Vasco el 5 de abril. Aunque ni Alberto Núñez Feijóo ni Íñigo Urkullu –este último sobre todo– quieren aplazar los comicios, el temor a un pico de contagios en abril hace que esta posibilidad gane fuerza. El lehendakari, de hecho, ya anunció que estudiaba legal y jurídicamente cómo retrasar las elecciones en caso de que fuera necesario y el presidente de la Xunta podría anunciar en los próximos días una consulta sobre el procedimiento a seguir al Gobierno central. El lunes mantendrá una reunión con los líderes de los principales partidos para analizar la situación en Galicia tras el impacto del coronavirus.
Que se activen los mecanismos de consulta no quiere decir que la decisión esté tomada, pues dependerá de la propia evolución de la epidemia. Las propias características de la crisis provocada por el coronavirus hacen que sea precipitado tomar una determinación tan pronto y también estimar una fecha para volver a convocar a la ciudadanía a las urnas, que sería en todo caso a partir de junio, según las fuentes consultadas.
¿Cómo se aplazan unas elecciones? Nadie lo sabe
El gran escollo, sin embargo, es que no existe ninguna normativa, estatal o autonómica, en la que esté previsto el aplazamiento de unos comicios ya convocados. “No existe nada previsto en ninguna ley, no existe un procedimiento para aplazar unas elecciones”, ratifican en la Junta Electoral Central.
Ni la Constitución ni la ley electoral prevén esta posibilidad, que es jurídicamente compleja pues afecta a derechos fundamentales y no debería despacharse a través del decreto-ley. Las opciones pasan porque el Gobierno declare el estado de alarma por emergencia sanitaria o que intente una reforma de la ley electoral (LOREG) por la vía rápida.
El Gobierno necesita consenso
La modificación exprés de la LOREG no parece sencilla, pero sería más adecuada que la declaración del estado de alarma, aunque este se pueda aplicar solamente sobre una parte del territorio. En cualquiera de los dos casos, el Ejecutivo de Pedro Sánchez requeriría del consenso de las fuerzas políticas y de la previa petición de los gobiernos autonómicos de Galicia y el País Vasco.
Los motivos para el aplazamiento son muchos y no solo de salud pública. La anormal campaña electoral y el desincentivo a la participación de los ciudadanos que supondría votar bajo normas de prevención de contagio son algunos de ellos. La celebración de las elecciones también obligaría a extremar las medidas de prevención con los integrantes de las mesas en los distintos colegios.
El PSOE, en contra; Galicia en Común, a favor; el BNG pide unidad
Las especulaciones sobre un posible aplazamiento han hecho que los partidos se pronuncien. El menos partidario de retrasar las elecciones fue el líder socialista Gonzalo Caballero, quien aseguró que en España se han celebrado comicios en «situaciones muy complejas», como las generales del 2004, tres días después de los atentados del 11M en Madrid. El candidato del PSdeG también puso como ejemplo que en el País Vasco se votó durante años “con la amenaza de una banda terrorista”.
El BNG, por su parte, asegura que trabaja con el único escenario de que las elecciones se celebren el 5 de abril. Fuentes de la formación nacionalista entienden que hasta el momento no hay motivos para aplazar las elecciones, si bien su posición respecto a la epidemia será la de ofrecer unidad a la Xunta para minimizar los afectados.
Galicia en Común manifestó que “la suspensión de elecciones no puede ser una cuestión de oportunidad política”, en palabras de Martiño Noriega. Sin embargo, el candidato a la Xunta, Antón Gómez-Reino, matizó que lo fundamental “no es la disputa política” sino “garantizar la salud de la ciudadanía gallega”. Fuentes de la formación aseguraron que no se opondrían a un aplazamiento electoral.