Feijóo recupera la mayoría absoluta en las encuestas con el Covid-19
La oposición rechaza las elecciones en julio por las que el PP de Alberto Núñez Feijóo porfía, después de que sondeos internos le devuelvan los 41 escaños
Después del acuerdo entre el PNV y el Gobierno de Pedro Sánchez que permitió asegurar la prórroga del estado de alarma, todo parece apuntar a que las elecciones autonómicas vascas y gallegas se celebrarán en el mes de julio. El lehendakari Íñigo Urkullu ya ha dicho públicamente que esa es la fecha que quiere. El PP gallego es más comedido en sus declaraciones, pero evidencia que deben ser «cuanto antes», de cara a facilitar la gobernabilidad.
Las negociaciones de los nacionalistas vascos permitirán la celebración de comicios aún en el hipotético caso de que la cuarentena se prolongue hasta entrado junio (entre la convocatoria de los comicios y la cita con las urnas deben pasar, obligatoriamente, 51 días, en los que se llevará a cabo la presentación de candidaturas y la campaña). Los de Alberto Núñez Feijóo están confiados. La crisis del Covid-19 ha jugado en favor del presidente autonómico, que ha visto su imagen reforzada (incluso a pesar de la vuelta a escena de Marcial Dorado). Encuestas internas manejadas por las formaciones del arco parlamentario gallego correspondientes al mes de marzo devuelven al político de Os Peares una amplia mayoría absoluta de 41 escaños, la misma que tiene en este momento y que consiguió en las últimas autonómicas, celebradas en otoño de 2016.
Las cifras pre-pandemia
De este modo, los conservadores gallegos ven como, al menos en la teoría, se disipan los temores que se presentaban en su horizonte electoral a principios de año. Las últimas encuestas publicadas antes del estallido de la pandemia del coronavirus en España otorgaban una posición de debilidad a un PP gallego acosado por el avance del bloque progresista conformado por el PSdeG, el BNG y la izquierda rupturista, que se presenta a estas autonómicas bajo la marca de En Común.
Los sondeos previos a las elecciones del 5 de abril –que no se llegaron a celebrar, precisamente, por la emergencia sanitaria y la declaración el estado de alarma– reflejaban una bajada de los apoyos de los populares gallegos en las provincias de A Coruña y Pontevedra. También bailaba un asiento por la provincia de Ourense, histórico granero de votos del PP gallego. Todas las encuestas internas que realizaba el partido lo situaban en una horquilla entre los 37 y los 39 escaños, cuando la mayoría absoluta en el Parlamento gallego está en los 38.
Subida a partir de marzo
Los sondeos publicados en aquella altura otorgaba representación en el Pazo do Hórreo ni a Vox ni a Ciudadanos, sin embargo, y eso es algo que Feijóo tenía muy presente, ambas formaciones tenían capacidad para abrir una fuga en su caladero de votos, dificultando la obtención de la mayoría absoluta que el líder popular pretende (la intención de voto al PP gallego bajaba en algunas encuestas hasta el 43,7%).
Sin embargo, la gestión de la crisis del Covid-19, unido a la sobreexposición mediática del presidente de la Xunta y al peso que ha ganado a nivel estatal (el CIS llegó a incluir una pregunta en su barómetro de abril que posicionaba a Feijóo como hipotético presidente del Gobierno central) parecen haber jugado a favor del heredero de Manuel Fraga. Las encuestas internas que manejan los partidos apuntalan de nuevo la mayoría absoluta del PP gallego. «Si a finales de diciembre había una preocupación real en el partido por no ser capaces de retener los 38 diputados ante un PSOE impulsado por Pedro Sánchez y un BNG en subida, en este momento, la sensación es de total optimismo. Hay mucha confianza«, comentan fuentes no oficiales del PP a este medio.
Feijóo vuelve a los números de 2016
Esas mismas fuentes apuntan a que una de las últimas encuestas internas, realizada en la primera quincena de marzo, con la crisis del Covid-19 ya presente, vuelve a adjudicar al PP de Feijóo los 41 escaños, recuperando los diputados que, en anteriores sondeos, perdía en A Coruña y Pontevedra.
La encuesta daría una subida mínima al PSOE de Gonzalo Caballero, que pasaría de los 14 sillones conseguidos en 2016 a 15 (ganando uno por la provincia de Pontevedra y lejos de los 21 escaños que llagaron a atribuirsele en el mes de febrero). El gran salto lo daría el BNG de Ana Pontón, revalorizado tras la vuelta al Congreso de la mano de Néstor Rego. La formación nacionalista doblaría su representación, de los 6 a los 12 diputados (subiría en todas las provincias, con especial incidencia en A Coruña y Pontevedra). El gran perjudicado sería el espacio rupturista, que pasaría de los 14 escaños firmados en 2016, cuando se presentó bajo la marca En Marea y logró ser segunda fuerza, a siete.
A nivel informal, entre los grupos de la oposición se reconoce que la crisis del Covid-19 ha impactado en el escenario electoral a favor del presidente gallego que, además, ha logrado sacar del debate diario polémicas que salpicaban a la Xunta y que, desde el PP reconocían, podían pasar factura, como el caso del paritorio de Verín.
¿Elecciones? No en julio
En marzo, el secretario xeral de los socialistas gallegos, Gonzalo Caballero, fue el último de los líderes políticos en avenirse a la suspensión de las elecciones programadas para el 5 de abril. Una vez declarado el estado de alarma y el confinamiento, la posibilidad de pasar por las urnas se desvaneció. Ahora, tanto el PSdeG, como el BNG y En Común rechazan los comicios en julio. Al menos, rechazan que se pongan en marcha sin tener en cuenta la alerta sanitaria y recuerdan que el presidente Feijóo se comprometió a negociar la fecha con la oposición.