Feijóo pactará con los ‘barones’ los nombres de la nueva cúpula del PP

Los barones autonómicos del Partido Popular tendrán un papel decisivo en la formación de la nueva cúpula de la formación que a partir de abril tendrá a Alberto Núñez Feijóo como nuevo presidentes. Así lo asegura la agencia Europa Press, que revela que la idea del mandatario gallego pasa por conformar un equipo transversal que visualice su idea de «sumar» y contar «con todos».

Entre los nombres que figuran sobre la mesa para formar parte de la nueva ejecutiva se encuentra el del ahora eurodiputado Esteban González Pons. A falta de conocer qué cargo puede ocupar, desde Europa Press apuntan que el dirigente servirá mejor al nuevo líder del PP desde Bruselas, donde ya se ha hecho un hueco y es «respetado por los socios europeos».

En este sentido, Feijóo no tiene el perfil internacional de Pablo Casado y necesitará contar con figuras potentes en Europa. Por eso, algunos dirigentes del PP creen que el presidente de la Xunta podría optar por designar a Pons portavoz en Bruselas u ofrecerle otro cargo que pueda compatibilizar con su trabajo en Europa, opciones que podrían darle un asiento en las reuniones del barón gallego con su núcleo duro. Sin embargo, otras voces del PP sitúan a Pons en una responsabilidad de alto nivel como la Secretaría General, a pesar de que ha trasladado a personas de su confianza que está «feliz» en la capital belga.

Los requisitos para el nuevo secretario general

Para reforzar sus argumentos, destacan el hecho de que en la cumbre que los barones y Pablo Casado mantuvieron del 23 de febrero en Génova se acordó de madrugada llamar a González Pons para presidir el Comité Organizador del XX congreso del PP que se celebrará en Sevilla los días 1 y 2 de abril.

De cara al nombramiento de un nuevo secretario general, fuentes del Partido Popular apuntan que Feijóo buscará una persona «discreta», «leal» y de «confianza», con un perfil «opuesto» al de Teodoro García Egea, a quien atribuyen una «obsesión» por dominar el partido «a toda costa».

Algunas de las fuentes consultadas creen que ese puesto podría recaer en una mujer y que podría ser una persona de Andalucía, para reforzar el tándem Feijóo-Juanma Moreno. Hay quien incluso se atreve a poner nombres encima de la mesa y desliza el de la exministra de Trabajo Fátima Báñez, con raíces onubenses. En su día fue la persona que eligió la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría para ser la secretaria general del PP si ganaba el congreso del partido de 2018, en el que finalmente se impuso Pablo Casado.

En todo caso, desde Europa Press aseguran que fuentes del partido dan por hecho que Feijóo escuchará a los ‘barones’ al renovar la cúpula del PP y, en esas conversaciones tendrán más peso autonomías como Andalucía o Madrid, aunque consideran que el presidente de la Xunta intentará buscar el «equilibrio territorial» en el Comité Ejecutivo.

«Feijóo lleva muchos años gobernando Galicia. Sabe hacer equipos», asegura a Europa Press un veterano dirigente del partido, que cree que intentará trasladar a Génova algunas formas de trabajar que ha experimentado con éxito en la comunidad gallega, en donde cuenta con seis vicesecretarías y el secretario general.

Recuperar a exaltos cargos con Rajoy y Aznar

Además, las previsiones también apuntan a que Feijóo quiere recuperar para la cúpula del PP a personalidades formadas que trabajaron en los gobiernos de Mariano Rajoy y José María Aznar. En el Senado, algunos creen que pueden tener un papel más activo Rafael Hernando o José Manuel Barreiro. «Se reventó un escalafón. Ahora se va a contar con gente con experiencia y que ha ganado elecciones», sostiene un senador. «Se habla de que va a recuperar a la generación perdida», comenta otro parlamentario, que cree que lo que va a primar Feijóo es a personas con experiencia y preparadas en sus respectivas áreas.

En cualquier caso, fuentes regionales del PP señalan a Europa Press que la llegada de Feijóo a la Presidencia del PP ya se empieza a notar porque se está teniendo más en cuenta a los territorios. «El trato que teníamos era muy malo, con poca sensibilidad», admite en privado un cargo autonómico, que subraya que el equipo de Pablo Casado relegó a muchos veteranos dirigentes y «colocó a afines en muchas provincias».