Feijóo defiende un estado de alarma que permitirá elecciones en verano

Feijóo cambia su hoja de ruta y se abre a una prórroga del estado de alarma que, si solo se extiende 15 días, le daría margen para celebrar elecciones

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Cambio de guión en menos de 48 horas. El pasado domingo, el presidente de la Xunta y líder del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo, dejó claro, en su comparecencia ante los medios tras la reunión de presidentes autonómicos, que la nueva prórroga del estado de alarma por la que suspiraba Pedro Sánchez era inviable. El mandatario gallego fue duro con el dirigente socialista, en la línea de los últimos tiempos. Se preguntó si el estado de excepción se prolongaría más allá del otoño en caso de un rebrote del Covid-19 e insistió en que los derechos constitucionales de los ciudadanos no se pueden restringir indefinidamente. Fue tal su oposición a otra prórroga del estado de alarma que, el lunes, la gran mayoría de medios estatales lo colocaron en el mismo escalón que al catalán Torra y al lehendakari vasco Urkullu. Si bien no es de lo más habitual, en esta ocasión, Feijóo parecía coincidir con el presidente de su partido, Pablo Casado, en el hecho de que el Gobierno no merecía un sí de su formación. No obstante, este martes, el político de Os Peares cambió de tercio. 

Sobre el mediodía, horas antes de que Sánchez amarrase in extremis el sí a la nueva prórroga del estado de alarma con Ciudadanos y, previsiblemente, PNV, Feijóo se abrió a una nueva moratoria. No lo hizo en una declaración pública, como acostumbra. Fue a través de un escueto tuit en el que indicaba que, si bien rechazaba una prórroga sine die del estado de alarma, comprendía que el Gobierno necesitaba “tiempo para organizarse”. El conservador explicaba, además, que había llegado a esta conclusión tras recibir una llamada de la vicepresidenta primera, Carmen Calvo

Prórroga de 15 días

Así, con tan solo dos jornadas de diferencia y en medio de la negociación del reparto de 16.000 millones de euros de fondos adicionales del Estado a las comunidades para la lucha contra el Covid-19, el líder gallego modificó su discurso, allanando el camino a Sánchez. No fue el único de los grandes barones populares que dio un vuelco. También lo hizo la madrileña Isabel Díaz Ayuso y el andaluz Moreno Bonilla

No obstante, el apoyo de los dirigentes populares está condicionado: el estado de alarma no puede prolongarse más allá de otros 15 días, es decir, debe levantarse antes de que acabe mayo. La fecha no es baladí. Aunque ajustado, con esos tiempos, Feijóo aún mantendría un mínimo margen para convocar elecciones autonómicas en el mes de julio, la fecha, a priori, deseada.

Elecciones en verano

Durante todas las jornadas en las que Feijóo se posicionó radicalmente en contra de demorar el fin del estado de alarma, la oposición gallega lo acusó de estar tratando la crisis sanitaria desde una perspectiva electoral. Para comprender la acusación hay que remontarse al inicio de la cuarentena. Tanto Galicia como el País Vasco tenían previsto celebrar elecciones autonómicas el 5 de abril. No obstante, la pandemia chocó de lleno con la cita electoral y obligó a sus dirigentes a suspender los comicios. El decreto gallego por el que paralizó la contienda especifica que las elecciones deberán producirse «en el plazo más breve posible una vez levantada la declaración del estado de alarma y la situación de emergencia sanitaria«.

Pero, además, y según los informes de la junta electoral, el proceso tendrá que empezar de cero. Esto quiere decir que, para que Galicia vaya a las urnas, además de que el estado de alarma ya no esté vigente, el presidente autonómico tendrá que publicar un decreto de convocatoria electoral, al que habrá de seguirle la presentación de posibles coaliciones, candidaturas y proclamación de aspirantes. Y todo esto teniendo en cuenta que, si no se aplica ninguna fórmula excepcional, los comicios deberán celebrarse antes de acabar septiembre, fecha en la expira la legislatura

Margen mínimo, pero margen

Aunque muy ajustado, si el estado de alarma se levanta a finales de mayo tras una última prórroga de 15 días, Feijóo tendría tiempo para poder poner en marcha la maquinaria electoral. La fecha límite para poder convocar las elecciones gallegas en julio sería el 2 de junio. De esta forma, los comicios podrían celebrarse el 26 de julio y se daría cumplimiento al precepto legal de que haya, como mínimo, 54 días entre la convocatoria y la cita con las urnas

El margen de maniobra, con todo, es escaso ya que Feijóo se ha comprometido a negociar con la oposición la fecha de la cita electoral (si bien ha dejado claro que, como presidente, la última palabra es suya).

Urkullu, más libre

Si bien Feijóo nunca ha expresado de forma pública que quiere elecciones en julio (la fecha con la que, no obstante, trabajan de forma oficiosa en la oposición), Urkullu sí que lo ha hecho. El lehendakari argumenta que es el período más acaído ante el temor a un posible rebrote en otoño.

No obstante, el vasco tiene las manos más libres que Feijóo ya que, legalmente, y según el decreto por el su autonomía paralizó las elecciones del 5 de abril, no necesita el fin del estado de alarma para volver a convocarlas. En su caso, el texto especifica que lo único imprencindible es el fin de la emergencia sanitaria. Eso sí, por lo menos hasta ahora, conseguir el apoyo del Gobierno para realizar unos comicios con el estado de alarma activo se antoja complicado.

El PP gallego, confiado

Fuentes no oficiales del PP gallego consultadas por este medio indican que, si bien la preferencia dentro de la formación pasa por celebrar los comicios en verano, en este momento «hay mucha confianza«. «Las encuestas internas que se manejaban en el mes de diciembre daban una victoria muy ajustada a Feijóo, con pérdidas de escaños en Pontevedra y A Coruña que podían poner en riesgo su mayoría absoluta. Entonces había preocupación pero, ahora mismo, no existe», explican. El peso mediático de Feijóo frente a sus rivales y el hecho de que el virus haya tenido un impacto menor en la comunidad gallega, ha vuelto a situar al alza al mandatario gallego.

«A diferencia de diciembre, las encuestas que se manejan del mes de marzo aseguran la mayoría absoluta, por lo que hay margen si, en último caso, los comicios se dilatan», indican. «En cualquier caso, las elecciones gallegas coincidirán con las vascas», opinan.

Sobre el cambio de decisión, a última hora, del presidente gallego con respecto al estado de alarma, indican: «En estos momentos, él va muy por libre con respecto a Casado. Ya lo demostró a principios de año cuando se opuso radicalmente a presentarse a las elecciones gallegas bajo la fórmula de una coalición con Ciudadanos«. Precisamente, así se presentó ante la ciudadanía en la precampaña de las elecciones abril que nunca fueron. Como «un candidato libre«.

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