Feijóo activa la transición en la Xunta y el PP gallego ante su marcha a Madrid
Se da por hecho que anunciará este miércoles su candidatura a presidir el PP. Será, previsiblemente, el primer presidente gallego que abandona su cargo de forma voluntaria
Feijóo activa la maquinaria para trazar la hoja de ruta con la que dará el salto a la política estatal. Se da por hecho que la tarde de este miércoles el presidente gallego anunciará su candidatura a presidir el PP estatal, tal y como le han reclamado de forma pública en la última semana las baronías del partido.
Todos los integrantes de la Junta Directiva del PP gallego se desplazarán al multiusos Fontes do Sar, en Santiago de Compostela, la ubicación elegida precisamente para el congreso que le revalidó al frente de la formación en Galicia el pasado mes de julio.
A pesar de que el presidente de la Xunta descartó su salto a la política estatal en 2018, cuando se abordó la sucesión de Mariano Rajoy, su nombre nunca dejó de estar en las quinielas para un eventual desembarco en Madrid. La guerra entre Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado, y la caída de este, lo lanza a la política nacional justo 13 años y un día después de la victoria electoral que le permitió recuperar la Xunta para el PPdeG al primer intento. Al frente del PP gallego, el sucesor de Manuel Fraga, lleva algo más de 16 años.
Pero, Feijóo no solo activará esta tarde la maquinaria precisa para su salto a Madrid. También comienza una etapa de transición tanto en la Xunta de Galicia como en el PPdeG. Un relevo que, al menos de forma pública, trata de ser tranquilo. La impresión general es que «todos» en el partido están concienciados en la necesidad de ser «responsables» y no generar «ruido»; mientras que en el entorno de Feijóo se limitan a recordar que la actuación de su jefe de filas «nunca» se caracteriza por las prisas sino por la «reflexión» y la «sensatez».
Fuentes de la formación gallega inciden en que la «prioridad» en clave de partido, y compaginada con sus tareas presidenciales, es ahora la del cónclave extraordinario de Sevilla. Por delante, a riesgo de recibir duras críticas de la oposición, que ya ha empezado a atizar al mandatario gallego, queda una campaña interna que le llevará a recorrer agrupaciones por todo el territorio nacional.
Cambio de relato
A la espera de que confirme formalmente su candidatura, nadie duda que se implicará «a fondo», igual que ven «fuera de dudas» que, pese a que impulse de alguna manera la «descentralización» del PPdeG, no consentirá «ningún reino de taifas«.
Para el próximo sábado los populares tenían ya previsto un acto en materia de igualdad, como es habitual en el fin de semana previo al 8M, en el que iba a participar Feijóo. Salvo cambio de agenda, este acto, ya anunciada su candidatura, le permitiría dar un mensaje en clave de «relato».
El nuevo «relato» de quien proclamó su compromiso con «Galicia, Galicia, Galicia» (lema electoral con el que se presentó a las autonómicas de 2020) tendrá que empezar a diseñarse este miércoles, aunque su entorno ya ha trasladado en los últimos días que «si se ve abocado» a dejar la Xunta «no es porque quiera» si no porque está en juego el futuro de un partido «clave» en la «alternancia» constitucional del panorama político español.
Un relevo ‘tranquilo’ en la Xunta
El de Os Peares quiere marcar sus tiempos. El relevo tanto en la Xunta como en el PP gallego debe producirse, pero será ‘tranquilo’, según sostienen la mayoría de las fuentes consultadas. Sin embargo, hay distintas claves a tener en cuenta.
No en vano, ser presidente del PP nacional no es compatible, según los estatutos de la formación, con liderar la formación autonómica. Legalmente sí es compatible y «no descartable», sostienen las fuentes consultadas, que exista «un periodo de transición» con duración sin determinar. En el partido hay quien ve muy difícil esta opción y la «mala prensa» que daría.
Son quienes ven un salto rápido al Senado –opción que podría llegar igualmente tras un periodo de transición «breve»– y que Feijóo se centre en la oposición en Madrid como la vía «más lógica» zanjado el cónclave popular. Uno de los dos actuales senadores por designación autonómica, Elena Muñoz o Juan Carlos Serrano, tendrían que renunciar y facilitar su entrada en las Cortes.
Sucesión ‘exprés’ en el partido
Pero si para la Xunta dispone de un plazo que puede ampliar más o menos, en el partido la sucesión deberá ser inminente. Las vías son varias, van desde la gestora, pasando por un nombramiento interino, un congreso extraordinario o un nuevo presidente señalado por un Comité Ejecutivo que, remarcan, está «plenamente validado» desde julio.
La vía del Comité Ejecutivo cobra fuerza en una formación que tiene la vista puesta en las elecciones municipales y, tras la crisis madrileña, quiere evitar el «ruido» a toda costa.
Dimisión “histórica” en la Xunta
Descartado un adelanto electoral, cuando decida dimitir se producirá un hecho histórico en la comunidad, ya que Feijóo se convertirá en el primer presidente autonómico que deja el poder por voluntad propia –todos sus antecesores se fueron tras perder unas elecciones a excepción de Gerardo Fernández Albor, expulsado por una moción de censura–. El Estatuto prevé el escenario.
Si dimite el presidente, con él cesarán los miembros de su Ejecutivo, aunque seguirían en funciones hasta la toma de posesión del nuevo Ejecutivo. El sucesor tiene que ser diputado.
En el Legislativo, el presidente de la Cámara, en este caso Miguel Santalices, llamaría a consultas a los tres grupos (PPdeG, PSdeG y BNG). Solo el PPdeG tiene una amplia mayoría absoluta que le permite presentar una propuesta con éxito. Y culminada la ronda, Santalices tendría que formular la propuesta y en un plazo máximo de 30 días tras el cese debería ratificarse la sucesión. Habría un debate de investidura y nuevo Gobierno.
Rueda, el mejor situado
La mayoría de las fuentes consultadas tienen claro que en la sucesión de Feijóo en Galicia el cargo mejor situado es Alfonso Rueda, el actual vicepresidente primero. El político lleva al lado del dirigente autonómico desde que estaba en la oposición a la Xunta, tras la derrota electoral de Manuel Fraga en 2005 y el Gobierno bipartito de Emilio Pérez Touriño y Anxo Quintana.