El turismo asume otro batacazo en Semana Santa
El sector deposita sus esperanzas en el verano ante el bajo nivel de ocupación y el número de establecimientos que continúan cerrados
La ausencia de turismo internacional y, sobre todo, las restricciones de movilidad entre comunidades en España hacen que buena parte del sector turístico dé por perdida la Semana Santa. La crisis del coronavirus que estalló hace un año se está haciendo eterna para los empresarios, que depositan sus esperanzas en el verano y en un proceso de vacunación que va más lento de lo esperado.
«El deseo en todo el sector es el de evitar una cuarta ola de la pandemia con una intensidad similar a las anteriores», aseguran en el Cluster de Turismo de Galicia, donde explican que «la mayor parte de los alojamientos están cerrados y la hostelería con una actividad muy reducida».
En la entidad creen que no podrá hablarse de un comienzo de recuperación del sector hasta el periodo estival, si la situación sanitaria acompaña, pues la Semana Santa se limitará a viajeros de la propia comunidad que se desplazan mayoritariamente en coche y en grupo de convivientes. Por lo tanto, afrontan una festividad familiar o de pareja y con mayor interés por el turismo rural.
Aeropuertos sin vuelos
Los aeropuertos gallegos, de hecho, carecen de vuelos programados con visos de canalizar un importante flujo de visitantes. Según trasladan desde Aena, la única terminal con esta oferta en la actualidad es Compostela, pero aun así únicamente contará estas fechas con las frecuencias habituales a Ginebra y Basilea.
Por ello, el Clúster prevé que, «como ya se vio en el puente de San José», el turismo rural registre actividad, puesto que «la mayor parte de los establecimientos» de esta oferta «estarán abiertos y algunos de ellos ya tienen todas sus plazas reservadas».
«Afortunadamente, el turismo rural en Galicia ofrece unas condiciones muy favorables, por cuanto se trata de una actividad muy poco masificada y al aire libre, en entornos pequeños, en los que es más fácil garantizar la eficacia de las medidas de prevención», añaden.
La hostelería sigue pesimista
No hay más optimismo en las asociaciones hosteleras. Sara Santos, de Hostelería Compostela, reconoce que para la zona será «una semana normal y corriente», con más del 80 por ciento de los establecimientos cerrados y con una ocupación que ronda el 15 por ciento entre los que están abiertos. «Santiago, que es ciudad turística, sin vuelos extranjeros, los nacionales con cierres… es muy difícil. Entonces es muy nefasto«, lamenta.
Jacobo García, secretario de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Lugo, ha señalado que en esta zona están abiertos sobre el 30% de los hoteles, con unas reservas y ocupación cercanas al 10%.
Sin procesiones
Los cierres perimetrales o la ausencia de procesiones en Semana Santa, de especial importancia en puntos como Viveiro, sitúan las previsiones «a la baja», sobre todo porque las reservas se están produciendo más «a última hora» debido a la constante revisión de las restricciones por el contexto sanitario.
También quiso diferenciar la situación de los establecimientos como los hoteles en el centro de Lugo que aquella oferta orientada al turismo rural o más hacia la costa, que están condicionadas por el toque de queda o las posibilidades de movilidad entre municipios.
Otros eventos que se ven afectados son primeras comuniones, bodas o banquetes, la mayoría relegados «más hacia septiembre y octubre», además de los citados actos litúrgicos por la festividad que se celebrarán en el interior de los templos.
«La gente se mueve pero no para meterse en la Iglesia, sino por las procesiones», considera, para confiar en que el avance de la vacunación contra la covid-19 posibilite un verano «mejor que el del año pasado».