El soberanismo se conjura para la insurrección tras la Diada
Puigdemont niega que “cualquier instancia judicial española” pueda inhabilitarlo y arenga al soberanismo para la insurrección entre la Diada y el 1-O
El soberanismo llega a la Diada, este lunes 11 de septiembre, con un ejército de unos 40.000 voluntarios muy cohesionados, dispuestos a actuar de motor para arrastrar a los que se muestren tibios. La ANC llega con 400.000 inscritos en los diferentes tramos que se manifestarán en el centro de Barcelona, además de todos los que se sumen en las últimas horas. Los dirigentes soberanistas, con esos instrumentos, se han conjurado para la insurrección tras la Diada, y a la espera de cómo trate de impedir el referéndum el Gobierno de Mariano Rajoy.
Es el momento de la verdad. Esos 40.000 voluntarios son el alma de la ANC, la entidad que dirige Jordi Sànchez, un activista profesional, pero también un político hábil que querrá negociar a partir del 2 de octubre y que ha pedido que no se rompan todos los puentes. Pero eso queda lejos en estos momentos.
El soberanismo está dispuesto a movilizaciones constantes, a tomar la calle, en un desafío mayúsculo a Mariano Rajoy, que se juega su propia continuidad en la presidencia del Gobierno si el independentismo logra que se pueda votar el 1 de octubre.
Los 40.000 voluntarios que tiene la ANC son clave para organizar las algaradas y ocupar las calles
Fuentes del Govern que preside Carles Puigdemont insisten en esa idea, en la que ya no hay vuelta atrás, aunque se pueda acabar en una derrota completa, si el Gobierno aplica e impulsa toda la maquinaria del Estado. El termómetro será la Diada de este lunes, con el horizonte, a corto plazo, del próximo jueves por la noche. Será cuando el Govern inicie la campaña electoral del referéndum. Y el reto es que el Gobierno de Mariano Rajoy impida los diferentes actos. En TV3 el anuncio sobre el referéndum se sigue emitiendo: una vez tras otra.
El presidente Puigdemont incita a esa insurrección. En su discurso en la víspera de la Diada, negó que “cualquier instancia judicial o política española” pueda inhabilitarlo, a él o al resto de miembros de su gobierno. Y que sólo lo podrá hacer el parlamento catalán.
Puigdemont insistió en que está todo preparado para el 1-O. “El referéndum es legal, porque se basa en una ley aprobada en el Parlament”, insistió, tras afirmar que los referendos “unen, no dividen”.
Esa es la tesis, la que ha pretendido difundir el soberanismo desde los últimos cinco años: unir los valores de la democracia con el proyecto independentista, con el derecho de los catalanes a decidir su futuro, aunque su autogobierno esté ligado a la Constitución española.
Puigdemont asegura que sólo el Parlament le podrá «inhabilitar»
La investigación de la Guardia Civil con su registro en el semanario El Vallenc, en Valls (Tarragona), tras la pista de las papeletas del 1-O, ha sido el último acicate del soberanismo para reforzar esa tesis. La premisa, adoptada ya desde la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut en 2010, pero también desde antes, es que el Estado español tiene carencias democráticas, y que el movimiento soberanista debía imponerse para crear un estado mejor y con mayor calidad democrática.
De nada han servido los casos de corrupción que se han conocido desde entonces, en particular la confesión de Jordi Pujol, o los desmanes de buena parte de sus hijos. El independentismo mantiene su vigor, con unas pocas consignas que se repiten y que actúan de palancas para seguir adelante.
¿Servirán para mantener la tensión y garantizar las movilizaciones?
Los principales dirigentes del movimiento deberán tomar decisiones en las próximas horas, cuando el Gobierno de Mariano Rajoy y la Fiscalía comience a estrechar el cerco. Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, pero también Jordi Sànchez, y un estrecho círculo en el que figura el expresidente Artur Mas, David Madí, y por parte de los republicanos un hombre central, que lleva la logística y que no entiende de amenazas por parte del Estado, Xavier Vendrell, ex consejero efímero en el gobierno tripartito, independentista desde su más tierna infancia y que tiene cómo única ambición política en su vida que Cataluña sea algún día un país independiente.
También la secretaria general de ERC, Marta Rovira, una “dura”, según fuentes conocedoras de las distintas reuniones, que reclama seguir adelante, sin mostrar fisuras.
Puigdemont y Junqueras ya ignoran por completo la Constitución española en sus proclamas
¿Hasta dónde pueden llegar? Quien está en un segundo plano es Oriol Junqueras, que ha dejado todo el protagonismo en los últimos días a Puigdemont.
Pero Junqueras, este mismo domingo, en La Sexta, aseguraba que Cataluña se acogerá “al derecho internacional, que es el que reconoce el derecho de autodeterminación”. ¿Les suena de algo la Constitución española? Puigdemont y Junqueras han comenzado a ignorarla por completo.
Ese es el escenario que se va a encontrar Mariano Rajoy, justo después de la Diada. Fuentes del PP indicaban, en las últimas horas, que las medidas más eficaces podrían llegar justo después de la Diada. La Fiscalía entrará de lleno. Pero el Govern está dispuesto a desobedecer todas las medidas.
Y es aquí cuando puede llegar un apoyo de las instituciones europeas a Rajoy, aunque todo está pendiente de cómo y en qué circunstancias ese ejército de voluntarios pueden arrastrar a una parte sustantiva de la sociedad catalana a las calles. En el centenario de la revolución rusa, insignes expertos recuerdan que el vuelco a la situación lo provocaron sólo unos 40.000 bolcheviques perfectamente coordinados.