El retorno de envases: el viejo sistema de reciclaje se impone de nuevo
El pago de un depósito por envase se expande en países de Europa, EEUU y Australia. Lo promueven la izquierda y los ecologistas contra los fabricantes, que gestionan la recogida selectiva en el contenedor amarillo y critican el coste y las complicaciones logísticas
La devolución de botellas de gaseosa o de leche a los establecimientos donde se compran los envases vuelve a ser una imagen habitual en el norte de Europa. El modelo de retorno, que fija un depósito de entre 10 y 20 céntimos por envase, también podría ser una realidad próxima en España donde muchos municipios y algunas autonomías valoran el cambio de sistema para garantizar un mayor índice de reciclaje de envases y un menor coste en el procesamiento de la basura.
El nuevo sistema Retorna, adoptado por Alemania desde 2003, y que ha sido aplicado en 80 regiones de Europa, Estados Unidos y Australia, ha disparado el índice de reciclaje de envases. La razón es evidente: el consumidor que no devuelva la lata de Coca-Cola o el brick de leche perderá entre 10 y 20 céntimos. La cantidad sólo será devuelta en los establecimientos con el depósito del envase.
El sistema es promovido por Retorna, una asociación sin ánimo de lucro que reúne a sindicatos (CCOO y Unión Sindical Obrera), organizaciones ecologistas (Greenpeace, Ecologistas en Acción y Ecologistes de Catalunya, entre otros) y asociaciones de usuarios como la Confederación de Consumidores y Usuarios Cecu y Asgeco.
La conciencia del retorno vale 20 céntimos
Los promotores del esquema, también conocido como sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR), aseguran que los índices de reciclaje de botellas se ha elevado en Alemania hasta el 98,5%, un nivel imposible de alcanzar, aseguran, si la recogida es voluntaria como el caso de los contenedores amarillos, el sistema aplicado en España desde hace 17 años por la ley de residuos aprobada por el gobierno de José María Aznar (PP).
Los cálculos de los promotores del sistema estiman que en España se arrojan a los contenedores 51 millones de botellas de bebidas cada día. Son 18.000 millones de botellas al año, una ingente cantidad que no sólo termina en las plantas de reciclaje sino también en las incineradoras y en los vertederos.
«El actual modelo es insostenible ambientalmente y económicamente. Sólo uno de cada tres envases se recicla en España. Sólo con un depósito se garantiza que los consumidores se preocupen por devolver los envases», explica César Sánchez, promotor de Retorna.
Los envasadores
Pero el nuevo sistema, que promete mayor índice de reciclaje, se enfrenta a los intereses que ha creado en casi dos décadas el actual sistema. España cuenta con el sistema de gestión de residuos conocido como Sistema Integrado de Gestión, SIG, que está dirigido por Ecoembes, una asociación conformada principalmente por los grandes envasadores entre los que se encuentran Coca-Cola, Danone, Mercadona o Nestlé.
En este modelo, el consumidor usa, desecha y se olvida mientras que en el propuesto, cada usuario tendrá que asumir una tarea adicional: reunir en casa y devolver los envases a las tiendas y supermercados.
El sistema actual, creado a raíz de la ley aprobada por el gobierno de Aznar, obliga a los productores de envases a hacerse cargo del coste de la gestión de los residuos que generan sus productos. Pero en la práctica, los fabricantes sólo asumen el coste de los envases arrojados en el contenedor amarillo. El resto debe ser asumido por los ayuntamientos. Es decir, es un modelo beneficioso para los fabricantes que rechazan el modelo de Gestiona.
Los defensores del modelo actual
Y frente a la eficacia del alto retorno, los envasadores esgrimen un argumento de peso, especialmente en tiempos de crisis: el factor económico. Los gestores de Ecoembes aseguran que el nuevo modelo de reciclaje costaría ocho veces más que el actual. «Conllevaría unos costes de implantación de 900 millones de euros, que repercutirían directamente en el consumidor», explica Antonio Barrón, director de Marketing y Comunicación de Ecoembes.
Los envasadores, que temen que la medida reduzca el consumo de bebidas envasadas, sostienen que este tipo de envases apenas supone el 8% de los residuos generados cada día. A pesar del éxito en esta área, el beneficio ambiental no justificaría el elevado coste de implantación. Además, los fabricantes de envases niegan que el actual sistema sólo recicle el 33% de los envases y aseguran que la verdadera cifra se ubica en torno al 70%.
¿Costoso o beneficioso?
Precisamente, el tema del coste es uno de los aspectos más espinosos que están analizando los ayuntamientos y las autonomías que valoran la implantación del sistema Retorna. Catalunya es una de las comunidades que ha encargado la elaboración de un informe para decidir el cambio del sistema y ha explicado que el coste será uno de los factores que más se tomarán en consideración antes de la decisión final.
Pero los defensores del modelo de devolución de envases aseguran que el mismo sistema se pagará y comenzará a ser rentable desde el día uno de su aplicación. Los consumidores que los devuelvan no asumirán ningún coste. El resto contribuirá a financiar el sistema, que incluye una compensación económica a los establecimientos (tiendas, mercados y supermercados) que tendrán que invertir espacio y tiempo en la gestión de los envases. «No es un gasto para las superficies. La cadena de supermercados Rewe, en Alemania, genera 12 millones de beneficios netos anuales por la gestión de los envases», explica César Sánchez, portavoz de Retorna.
El PP, en contra
La política ambiental europea marca el camino hacia modelos de reciclaje más eficiente, una directriz que había plasmado el Partido Socialista con en la elaboración de la última Ley de Residuos aprobada en el Congreso de los Diputados en 2011, que contó con el visto bueno de la gran mayoría de grupos parlamentarios. Pero tras su aprobación, el PP eliminó un artículo que derribó por completo el espíritu de la ley: el que fijaba la obligatoriedad del pago de un depósito por los envases.
El actual sistema, el que apoyan los grandes fabricantes y distribuidores, también está comenzado a ser cuestionado por la nueva izquierda emergente. «Somos partidarios de una nueva gestión en el que el consumidor pague un depósito por cada envase», explica Javier Navascués, portavoz de Podemos en Rivas-Vaciamadrid, feudo de la izquierda madrileña donde el partido se opone a la nueva planta de residuos que ensaya un sistema de separado robotizado de todas las basuras. «Es ineficiente. Debemos avanzar hacia la prevención en la generación», explica el portavoz de la asociación.
Movimiento municipal
Los Ayuntamientos, con elevados gastos de gestión de basura, también se están planteando exigir nuevas reglas de juego. Los consistorios catalanes han sido los más proclives a apoyar un sistema de retorno. Han firmado mociones a favor los Ayuntamientos de Barcelona, Esplugues de Llobregat, Sant Cugat, Vic, Molins de Rei y Santa Coloma de Gramenet.
Algunos gobiernos municipales consideran que el modelo actual, en que los municipios deben asumir el coste de la gestión los envases arrojados en otros contenedores, es injusta. El Ayuntamiento de Madrid también ha aplicado medidas de recorte para espaciar los tiempos de recogidas de basuras de los contenedores de cartón, envases y vidrio.