El PSOE se reivindica como el garante de la estabilidad en España
Pedro Sánchez rechaza una gran coalición con el PP, pero se erige en el único que puede llegar a acuerdos para facilitar el próximo Gobierno
Más allá de las críticas a Podemos, por su programa económico, por sus contradicciones o por los mensajes trasladados en el pasado más inmediato, el PP y el PSOE han comenzado a admitir que en la política española habrá, a partir de ahora, tres grandes actores, con apoyos electorales similares, y que se deberá llegar a algún tipo de acuerdos para garantizar la estabilidad. El PSOE, que se ha ido recuperando lentamente, según muestran las recientes encuestas, tras el cambio en la secretaría general, reivindica su papel para estabilizar el país.
Pedro Sánchez, el líder socialista, ha defendido ese papel, pero desde el rechazo a una gran coalición del PP, a pesar de que ese sea el deseo mayoritario entre determinados círculos políticos y económicos en Madrid.
Acuerdos en las grandes cuestiones
«El único partido que puede llegar a acuerdos es el PSOE, no puede Podemos, porque intenta construir pactos sociales de rechazo, y tampoco puede el PP, porque está deslegitimado», ha asegurado Sánchez, reclamando para los socialistas un papel de puente, capaz de acordar las grandes cuestiones que atenazan a España, des del punto de vista institucional y económico.
La gran coalición, sin embargo, no se vislumbra desde la sede del PSOE, en la calle Ferraz de Madrid. «No sé cómo decirlo ya. El PSOE votó en contra de Juncker (el presidente de la Comisión Europea) y fuimos ampliamente criticados, y no habrá una gran coalición porque no es bueno ni para el sistema democrático ni para los españoles, por tanto no habrá gran coalición. Pero si queremos afrontar una reforma constitucional, tiene que haber un pacto entre los grandes partidos, y también si queremos abordar pactos por la educación y por la energía», ha espetado Sánchez, en un desayuno informativo.
La defensa del Senador en Barcelona
El secretario general del PSOE ha vuelto a defender una reforma de la Constitución en clave federal para resolver, entre otras cuestiones, el encaje de Cataluña. Y ha defendido que el Senado se pueda trasladar a Barcelona.
La cuestión es que todo lo que reivindica el PSOE sólo se podrá llevar a cabo tras las elecciones generales, y siempre que la fragmentación del Congreso obligue a todas las fuerzas políticas a recomponer el puzzle, con acuerdos en diferentes sentidos, y con fuerzas distintas, no únicamente el PP y el PSOE.