El PSOE gana dos veces en Andalucía: humilla al PP y supera su complejo con Podemos
Susana Díaz logra el objetivo, y repite los 47 diputados de 2012, con margen para buscar acuerdos con Ciudadanos, IU, o con el propio PP
Para alguien que aterrizara de Marte, o de un país más cercano, tal vez Francia o Alemania –no los países nórdicos, que lo han experimentado—la victoria de este domingo de Susana Díaz sería poco comprensible.
El PSOE vuelve a ganar en unos comicios después de 33 años en el poder. Y lo hace para lograr un doble objetivo: iniciar el decisivo ciclo electoral en toda España dejando al PP tocado, y superar el complejo respecto a Podemos, que amenazaba con dejar a los socialistas en un rincón.
Los mismos diputados que en 2012, y con el PP muy tocado
Lo ha conseguido Susana Díaz, una militante socialista desde su más tierna edad, que conoce su partido a la perfección, y, principalmente, Andalucía, una comunidad que se resiste a dejar en la estacada a los socialistas, pese a todos sus problemas de gestión, pese al paro, –diez puntos por encima de la media española—y pese a los casos de corrupción.
Los datos son claros: 47 diputados, los mismos que alcanzó José Antonio Griñán –a quien le debe la vida el PSOE andaluz porque decidió convocar las elecciones en 2012 meses después de la victoria del PP, para que sufriera un primer desgaste en el Gobierno—y sólo unos 125.000 votos menos.
El PSOE logró este domingo 1.406.673 votos, el 35,44% de los sufragios, por 1.527,923 de 2012.
Una seria derrota para Rajoy
La otra cara de la moneda es el PP. Tras la victoria de Javier Arenas, con 50 diputados en los anteriores comicios, aunque no pudo gobernar, Mariano Rajoy tomó cartas en el asunto, y apostó por Juan Manuel Moreno, un andaluz con responsabilidades en el Ministerio de Sanidad, que dejó Madrid para hacerse con las riendas del partido en Andalucía, pese a los intentos de María Dolores de Cospedal de apostar por otro candidato, José Luis Sanz, secretario general entonces del PP andaluz.
Y el batacazo ha sido enorme. Es un serio toque de atención para Rajoy, que le puede mostrar lo que puede suceder en las elecciones generales. No se trata sólo del candidato, sino de la propia erosión que sufre el PP en toda España: de 50 a 33 diputados, del 40,67% de 2012, al 26,75% ahora. De 1.570.833 votos, a 1.061.644 votos.
Parlamento de Andalucía | ||
% | Diputados | |
PSOE | 35,44 | 47 |
PP | 26,75 | 33 |
Podemos | 18,84 | 15 |
Ciudadanos | 9,28 | 9 |
IU | 6,89 | 5 |
UPyD | 1,93 | 0 |
PA | 1,53 | 0 |
El otro objetivo, el PSOE también lo ha superado. Podemos logra 15 diputados, y 588.962 votos, pero no es alternativa de gobierno. No amenaza al PSOE andaluz, que domina todos los resortes de poder de la comunidad. Podemos irrumpe con fuerza. Partía de la nada, pero ese porcentaje, el 18,84% en Andalucía podría ser similar en toda España. El PSOE, por ahora, respira.
Díaz en Andalucía, y Pedro Sánchez dirige el PSOE
Los socialistas vivieron la jornada con nerviosismo, pero acabaron eufóricos. Hace cuatro años que no ganan nada. Y en mayo se celebran elecciones municipales y autonómicas, y a finales de año las generales. Justo antes, se convocarán las elecciones catalanas, si es que Artur Mas no se lo piensa mejor. Y ahí los socialistas saben que tienen un problema enorme.
Pero eso llegará. Susana Díaz se queda en Andalucía, y Pedro Sánchez probará suerte en las generales. El partido se relajará ahora. Ha parado ese doble golpe, respecto al PP y a Podemos.
Sin socio de gobierno, pero abiertos a todos
El problema es que Susana Díaz ha perdido a su socio hasta ahora, Izquierda Unida, que pasa de 12 escaños a cinco diputados, y que no son suficientes para la gobernabilidad.
Izquierda Unida, en todo caso, también puede decir que ha resistido la embestida de Podemos, y eso se trasladará ahora al conjunto de España, donde tratará de exhibir algo de orgullo, con el liderazgo de Alberto Garzón.
El bipartidismo tocado, pero sigue ahí
La otra lectura también es que el bipartidismo no muere del todo, aunque el PP salga muy tocado. Los populares son conscientes de que el electorado lo tienen todavía, aunque esta vez se haya quedado en casa.
Esa es la explicación que algunos expertos mantenían con urgencia. Con una participación de cuatro puntos más respecto a 2012, del 60,78% al 63,37%, con la irrupción de dos nuevos partidos, ¿dónde están los 500.000 votos perdidos del PP? Con gran probabilidad, se han ido a la abstención.
El ‘sacrificio’ del PP andaluz
Susana Díaz, en su comparecencia, contenta, pero sin alardes, dejó claro que quiere intentar gobernar con apoyos concretos, con la geometría variable de la que hizo gala Rodríguez Zapatero en su segundo mandato. Puede esperar. Tiene a su disposición, además, dos opciones: buscar algún acuerdo con Ciudadanos, que con sus 9 escaños tienen la llave de la mayoría absoluta, o ver cómo reacciona el PP.
Rajoy defiende que la oposición debe facilitar el gobierno al partido más votado, porque sabe que le puede ocurrir lo mismo en las elecciones generales.
Por ello, el partido que dirige un derrotado Juan Manuel Moreno en Andalucía, puede facilitar la investidura de Díaz con una abstención en la segunda votación, en la que se exigen sólo más ‘síes’ que ‘noes’.
Habrá tiempo. Por ahora, el PSOE respira con ganas.