El PSOE exhibe frente a Rajoy su capacidad de formar gobierno
Jordi Sevilla reclama que se respete a quien consiga más apoyo parlamentario, con la idea de inyectar presión sobre el PP para no repetir de nuevo las elecciones
Los mensajes se cruzan. Los dirigentes del PSOE buscan cómo superar una situación endiablada para sus intereses. Y juegan con una cierta ambigüedad. Exhiben, de hecho, su gran baza en estos momentos: la capacidad de formar gobierno, porque todo pasará por los socialistas, o bien un Ejecutivo del PP, o un acuerdo de izquierdas con Podemos. Pero el PSOE persiste en una idea que el PP no quiso ni contemplar tras el 20 de diciembre: que ante la posibilidad de un bloqueo institucional, permita un gobierno de Pedro Sánchez. ¿Cómo?
Distintos dirigentes socialistas no consideraron ningún error las palabras del ex ministro y coordinador económico del PSOE, Jordi Sevilla, que este miércoles se descolgó defendiendo que se deje gobernar al partido que logre mayor apoyo parlamentario. Su apuesta se consideró como un supuesto apoyo al PP, si logra ser la lista más votada.
Pero lo que Sevilla quiso transmitir es que el acuerdo de los socialistas con Ciudadanos no se debe despreciar, que, aunque las circunstancias han cambiado, Pedro Sánchez consiguió una suma con el partido de Albert Rivera superior a los diputados del PP, una vez que Mariano Rajoy no quiso someterse a la sesión de investidura porque sabía que estaba solo. Lo que quería entonces el PSOE era una abstención del PP, o, posteriormente, de Podemos.
La aparente calma del PP
¿Es una quimera? En una situación en la que el PSOE es consciente de que Podemos puede superarle en la noche del 26 de junio, los socialistas quieren constatar que son la llave de cualquier gobierno que se pueda formar en España. Las distintas voces socialistas pretenden mantener todos los escenarios abiertos. Si Sevilla dejaba claro que será el parlamento quien decida, como marca la Constitución en un régimen parlamentario, la cabeza de lista en Cataluña, Meritxell Batet quiso recordar que «se parte de cero», y que el acuerdo con Ciudadanos no tendría por qué repetirse, pensando más en un gran acuerdo de izquierdas.
En las filas del PP se vive una calma aparente. Los dirigenes consultados insisten en que todo pasará por una «abstención del PSOE» en el último momento, y después de que Pedro Sánchez presente su dimisión si queda superado por Podemos. Pero al segundo siguiente, los mismos dirigentes admiten que Rajoy no tendrá los apoyos suficientes si no se asegura, por lo menos, los votos de Ciudadanos, que siguen defendiendo –se les deberá recordar tras el 26J– que no harán presidente a Rajoy.
La frase de Sevilla, por tanto, cobra todo el interés hasta el último día de campaña. «Para evitar terceras elecciones, si no hay mayorías, debería dejarse gobernar al candidato que consiga mayor apoyo parlamentario». ¿Y quién será? Sánchez puede jugar a derecha y a izquierda, siempre, eso sí, que acabe por delante de Pablo Iglesias. A eso se agarran los socialistas.
¿Hacia un ‘frente popular’?
Batet, en un almuezo en el Círculo Ecuestre, incidió en esa cuestión, al mostrarse «convencida» de que el PSOE acabará por delante. Los sondeos de los propios partidos indican, según distintas fuentes, que el PSOE podría recuperarse en el último tramo de la campaña, al marcar una tendencia alcista. Los indecisos son todavía muy numerosos. El problema para los socialistas, como admiten ellos mismos, es «mantener la tensión hasta el final, con la posibilidad de que todo esté abierto».
El mundo económico, sin embargo, considera que sigue siendo el momento de Rajoy, o, en todo caso, del PP. Pero, aunque augura un gobierno del PP –ya se verá con qué apoyos– al mismo tiempo se prevé que el próximo ejecutivo español tenga una corta vida y vislumbra una especie de «frente popular» a medio plazo.
Es lo que desea, precisamente, Podemos, cuya primera aspiración en estos momentos es superar al PSOE.