¿El PP quiere de verdad ganar en Andalucía?
Los populares logran las alcaldías en las grandes ciudades, pero fracasan una y otra vez para gobernar la autonomía
En las elecciones municipales de 2011, el PP superó al PSOE en Andalucía en 300.000 votos. Los populares consideraron que se trataba de un cambio de ciclo. El PP pasaba a gobernar por mayoría absoluta las ocho capitales andaluzas, y a gobernar cinco de las ocho diputaciones provinciales, con sólo Sevilla, Jaén y Huelva en manos socialistas, gracias a acuerdos con IU.
Pero además, el PP gobierna en las grandes aglomeraciones urbanas de Andalucía, y el PSOE sólo es fuerte –y lo es mucho– en las llamadas ciudades agrarias y en el campo. Gráficamente, aunque hay distinciones, la parte oriental de Andalucía, es del PP, y el PSOE conserva la occidental.
El fracaso de Javier Arenas
El PP, sin embargo, después de rozar la gloria con Javier Arenas en las elecciones autonómicas de 2012, con 50 escaños –ganó los comicios– no pudo gobernar. Los 47 diputados del PSOE encontraron un socio en IU, que logró 12 escaños.
Ahora, el PP tiene de candidato a Juan Manuel Moreno Bonilla, secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad desde 2011 a 2014. Está bien considerado, y su discurso plantea cambios importantes para acabar con la especie de régimen en el que se ha convertido el Gobierno del PSOE desde la recuperación de la democracia.
Un secretario de Estado, candidato en Andalucía
¿Pero es el mejor candidato? El periodista y escritor andaluz Fede Duran, colaborador en distintos medios andaluces, asegura que «se ha instalado la percepción, desde el PP, de que el objetivo es no perder mucho, respecto a 2012, y ejercer un trabajo de fondo, desde el poder de las ciudades y las zonas urbanas, trabajando con los distintos sectores económicos y sociales».
Ese trabajo, sostiene Duran, podría dar sus frutos, de forma discreta, porque la batalla que se produce en Andalucía ahora es «entre el PSOE y Podemos, y no se cuenta al PP».
El PSOE, hacia el Partido Nacionalista Andaluz
A pesar de ese trabajo, más callado, más discreto que el de Arenas, no se constata que el PP pueda ser una alternativa. El economista Joaquín Aurioles, profesor de la Universidad de Málaga, entiende que la red clientelar circula en varias direcciones, y que el PP no plantea cambios profundos en las estructuras económicas andaluzas.
En esa especie de división de intereses, Andalucía, con todos sus problemas, pero también con sus potencialidades, camina hacia otro mandato del PSOE, según los últimos sondeos.
De hecho, como algunos expertos señalan, Andalucía se podría convertir casi en el único reducto de los socialistas y el PSOE podría cambiar sus siglas por las del Partido Nacionalista Andaluz, si Pedro Sánchez no levanta el vuelo, volcado ahora en el conflicto de Madrid, después de fulminar a Tomás Gómez.