El PNV deja en evidencia la estrategia de Feijóo con Madrid

El PNV consigue con la negociación de los presupuestos una compensación tres veces superior al ahorro anunciado por la Xunta por cumplir el déficit

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Nadie alberga dudas sobre la capacidad de negociación del PNV, que a derecha e izquerda ha cuajado pactos haciendo valer los diputados con los que cuenta en el Congreso. Este miércoles ha dejado una muestra más de la competencia del partido nacionalista en estas lides. Las conversaciones entre Montoro y el consejero de Hacienda del País Vasco, Pedro Azpiazu, para desatascar las cuentas de Rajoy han derivado en una compensación de 1.400 millones.

Esa cuantía será rebajada del cupo, el dinero que paga el País Vasco por las competencias no transferidas. A cambio del apoyo en los presupuestos, ese cupo se renueva, como mínimo, por cinco años más y atendiendo a viejas demandas del PNV, como la devolución de 1.400 millones por discrepancias en el cálculo en los ejercicios comprendidos entre 2007 y 2015.

El País Vasco se ahorrará este año 344 millones del pago del cupo, tres veces más de lo que ahorrará Galicia por cumplir el déficit

Además, se fija una compensación de 344 millones para este ejercicio, con lo que el cupo se rebaja de los 1.300 millones a los 956 millones. Es tres veces más que la cuantía que prevé ahorrar la Xunta por el cumplimiento del déficit a través del Fondo de Facilidad Financiera, un premio articulado por el Gobierno para las comunidades cumplidoras que permite financiarse a coste cero. Feijóo cifró en 112,5 millones el ahorro para este año. Las críticas se agravan por el recorte de algo más de 400 millones en las inversiones del Estado en Galicia.

Alfonso Rueda no ha querido entrar a valorar el fondo del acuerdo, que incluye un «cronograma» de inversiones en la «Y vasca» ferroviaria para que esté operativa en 2023 y conectada con Francia en 2025, y bajar la factura eléctrica. «La obligación del Gobierno es intentar completar las mayorías para poder llegar a un acuerdo tan importante como es aprobar los presupuestos, y esto es lo que se ha hecho», zanjó el vicepresidente de la Xunta.

Miguel Tellado defiende que el pacto entre PP y PNV es bueno para Galicia porque favorece la acción del Gobierno: «Es bueno para todos»

Pero toda la oposición se lanzó en bloque a criticar “el servilismo” de Feijóo con Madrid. Ana Pontón, que entre otras reivindicaciones reclama una tarifa energética gallega compensatoria a la elevada producción de la comunidad, fue rotunda en su valoración. “Es la diferencia entre tener el presidente de una nación o uno cautivo del PP”, dijo la portavoz nacional del BNG.

El PP respondió a estas críticas afirmando que el acuerdo beneficia «a Galicia y a España», basándose en que la estabilidad de un Gobierno con las cuentas aprobadas beneficia a todos. Miguel Tellado recordó que el 11% de la inversión de esos presupuestos recaerá en territorio gallego y acusó a Pontón de caer en «soflamas de nacionalismo acomplejado».

Leiceaga, por su parte, reclamó a Feijóo que “haga valer el peso de Galicia”, acusándolo de “docilidad” mientras su partido “se entrega a los intereses particulares” de una comunidad. El portavoz socialista cree que el pacto con el PNV está en las antípodas de la “solidaridad”.

Leiceaga cree que el acuerdo rompe los principios de solidaridad en el Estado

Y En Marea cree que el Gobierno gallego es incapaz de “conseguir una financiación justa” y que se conforma con “ir a rebufo” del PP en Madrid. «Para sacar una buena posición del PP hay que estar en contra del PP, esa es la gran conclusión del acuerdo después de que el PNV”, afirmó Luis Villares.

En Marea, sin embargo, cuenta en el Congreso con los mismos diputados que el PNV. Su posición ideológica y su alineamiento con Unidos Podemos le impiden, a priori, entablar conversaciones con los populares. El BNG tampoco lo hizo, aunque sí negoció cuando tenía diputados en el Congreso con el PSOE. En Marea descartó en su momento preservar su independencia e irse al Grupo Mixto, como hizo Compromís. Beiras insinuaría poco después que de seguir ese camino, la formación se habría roto, dando a entender que los diputados gallegos de Podemos se hubieran quedado con Pablo Iglesias.  

El PNV se preocupó de recordar que el único compromiso es respecto a las cuentas de este año, por lo que quedan tres por negociar si Rajoy completa la legislatura. 

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