El miedo del PP a las municipales complica la sucesión de Feijóo
Los malos resultados que obtiene tradicionalmente el PP en las ciudades amenazan al sucesor del presidente si decide dejar la Xunta para irse a Madrid
Alberto Núñez Feijóo intenta compaginar una sucesión calmada en Galicia con la crisis que sobrecogió al PP y que precipitó la salida de Pablo Casado. Dinamitado el plan de pasar el testigo en la última fase de la legislatura, el presidente de la Xunta trata ahora de cuadrar su papel en el Gobierno gallego con el encargo, prácticamente ineludible, de pacificar su partido, erosionado por el enfrentamiento público entre Casado e Isabel Díaz Ayuso, pero también por la pérdida de poder territorial y de votos de los últimos años.
La opción que cobra más fuerza actualmente es la de mantener durante un tiempo prudencial su puesto como presidente autonómico, compatibilizando ambas responsabilidades y permitiendo ordenar el relevo, que deberá producirse a medio plazo. Ese periodo permitiría mitigar parcialmente la desestabilización que provocará su salida y atar lo mejor posible la sucesión, tanto a nivel jurídico como dentro del propio partido. Feijóo no quiere otro congreso acelerado en Galicia y eso conlleva o bien un dedazo o bien compatibilizar cargos. La otra opción sería renunciar a liderar el PP, lo que nadie entendería en el partido a estas alturas.
Pesimismo demoscópico
Al margen de los problemas de higiene interna que supondría la salida de Feijóo y la designación de un sustituto, las municipales del año que viene suponen otro obstáculo para la sucesión. No son los comicios más favorables para el PP gallego que, si bien tiene una enorme fuerza en los pequeños concellos, sufre en las ciudades. De hecho, no gobierna en ninguna de las siete urbes y solo mantiene la Diputación de Ourense en manos de José Manuel Baltar.
Los sondeos internos contribuyen al nerviosismo porque las cuentas no salen. A falta de un año en el que pueden pasar muchas cosas, entre ellas que se marche Feijóo, los populares no recuperarían ninguna de las urbes ni tampoco las diputaciones que están en manos socialistas. Las encuestas dicen que el BNG continúa creciendo, mientras que el PSdeG podría, como mínimo, mantener sus posiciones con Valentín González Formoso al frente.
Unos resultados parecidos a estos supondrían un toque de atención al sucesor del presidente gallego, que se encontraría con un revés electoral nada más llegar al cargo.
Un congreso en el horizonte
Independientemente de la fórmula que escoja Feijóo, el PPdeG debería afrontar un congreso a final de legislatura por simple responsabilidad democrática. Las necesidades del partido pueden obligar al dirigente de Os Peares a señalar previamente a un sucesor, lo que mostraría sus preferencias y condicionaría de manera relevante la cita.
De recoger un mal resultado en las municipales, además, podría animar la batalla interna y que el partido afrontase un congreso con más de una candidatura fuerte y con riesgo de descoserse antes de las elecciones.