El exjefe de seguridad de la ERA carga contra Adif y Renfe por no evaluar el riesgo de la curva de Angrois
El responsable de la Agencia Ferroviaria Europea sostiene que, tras suprimir el sistema de control de velocidad ERMTS, tendrían que haber analizado tanto el riesgo de la curva como la velocidad de servicio para evitar el descarrilamiento
El exjefe de seguridad de la Agencia Ferroviaria Europea (ERA), Christopher Carr, ha indicado este jueves en el juicio por el accidente del tren Alvia que el riesgo del descarrilamiento «no se percibió y no se mitigó». En su declaración ha ratificado que, según las normas comunitarias, Adif y Renfe tendrían que haber evaluado tanto la peligrosidad de la curva de Angrois y la velocidad de servicio.
En opinión del directivo de la ERA, el ERTMS «habría reducido por completo el riesgo». «Si no se puede hacer esto hay que evaluar y gestionar correctamente el riesgo. Hay otras medidas que pueden reducir a un nivel aceptable», ha añadido.
Según ha apuntado Carr, actualmente responsable del departamento ejecutivo de la ERA, la propuesta original para la línea, que cubría la curva con el sistema de velocidad ERTMS, «sería una buena forma de mitigar este riesgo», ya que «si por cualquier motivo el conductor no reaccionase el sistema intervendría». «Sería una buena forma de reducir este riesgo», ha señalado.
En este sentido, ha precisado que en el proyecto original «se había identificado el riesgo y hay que identificar si está en un nivel aceptado en la primera evaluación que se hace y poner las medidas necesarias para mitigarlo».
Las señales de velocidad no son suficientes
En este sentido, interrogado sobre si habría servido con una mejor señalización, ha advertido de que «el problema es que incluso aunque haya las señales adecuadas se está dependiendo en su totalidad del maquinista».
Carr ha señalado que se podrían haber adoptado «tres soluciones» para reducir este riesgo que «no requerían enormes esfuerzos». «En este caso teníamos un riesgo catastrófico pero se podían tomar al menos tres medidas que no requerían enormes esfuerzos», ha expuesto, en referencia al ERTMS en todo el trazado –como contemplaba el proyecto original–, programar una velocidad de salida con el ERTMS –en el proyecto modificado– o un sistema de control «puntual» con balizas Asfa, que fue «lo que se hizo después» del accidente.
Causas del accidente
El exjefe de seguridad de la Agencia Ferroviaria Europea también ha criticado que la omisión de investigación de accidentes ferroviarios (CIAF) hiciese referencia a descarrilamientos anteriores y dijese que «no era lo mismo» porque «no había una curva», como en Angrois.
En relación a la investigación de las causas Carr ha señalado que hubo «una serie de fallos en el sistema». Desde su punto de vista, «hay que llegar a la causa real del accidente», lo que entiende que no hizo la CIAF, que únicamente señala al «error humano» del maquinista. «Que el maquinista no controló la velocidad lo sabemos todos», ha dicho.
Pero lo que «hay que saber», ha avisado, es cómo es posible que haya «una curva, una línea de alta velocidad y que el maquinista sea el único sistema» de protección. «Estas causas fundamentales son las que tienen que ser evaluadas y en mi opinión no se evalúan» en el informe oficial del Estado español, ha concluido.
Documentos de la ERA
Al comienzo de su declaración, Carr, responsable del departamento ejecutivo de la ERA en la actualidad, ha ratificado tres documentos que constan en la causa y que recogen las ideas que ha sostenido este jueves.
Son, en concreto, el correo electrónico que envió en su día a la plataforma de víctimas, el informe de asesoramiento que la ERA escribió a petición de la Comisión Europea tras una reunión que esta tuvo con la plataforma de víctimas y la respuesta que emitió a las preguntas que le envió el juzgado de instrucción.