El exjefe de crisis de Obama explica los grandes errores de Rajoy

Brett Breuen, que gestionó la política de medios durante la invasión rusa en Crimea, asegura que los partidos políticos se equivocan al atacar a los movimientos populistas

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El coordinador de los gestores del gabinete de crisis de la Casa Blanca, el demócrata Brett Breuen, destapa los grandes errores en la política de comunicación de Mariano Rajoy, que no es muy diferente a la política que han diseñado los grandes políticos que se enfrentaron al populismo en Venezuela y que se enfrentan al populismo en Estados Unidos.  

Frente a los movimientos emergentes que buscan la confrontación en base al descontento social, el experto en crisis, demócrata convencido y con 12 años de experiencia diplomática, insta a los rivales a hacer esfuerzos por mostrar su lado positivo y no sólo concentrarse en los ataques.  

Fue diplomático americano y se ganó la confianza de los altos jerarcas del gobierno de Barack Obama por su estrategia en las zonas de guerra. Instaló centros de entretenimiento con ipads, consolas y computadores en los centros en conflicto para mantener entretenida a la población de guerra. El entretenimiento y la tecnología dieron resultado en el propósito de frenar la población hacia los movimientos como el Estado Islámico.  

— Mariano Rajoy popularizó las ruedas de prensa sin preguntas y las comparecencias a través de un plasma. ¿Es un error insalvable?  

— Es una de las peores cosas que se quiere hacer. Se debe analizar que cuando un periodista busca respuesta ante una situación difícil, no va a dejar de hacer preguntas incómodas sólo porque un presidente de gobierno no contesta. Al contrario: va a buscar respuestas en otras partes sólo porque él no quiso responder. Es una política completamente opuesta, por ejemplo, a lo que hace Donald Trump en Estados Unidos, que está marcando la agenda política y de comunicación cada día.  

— ¿Ha acertado el PP con la política de ataque a Podemos?  

— Yo creo que han cometido un error muy común en comunicación política: atacar al partido diciendo lo muy malos que son pero no han acertado al convencer al público y al elector los valores positivos del partido. No han sabido conectar emocionalmente con el público, algo sumamente importante en estos días. Es lo mismo que le pasa a Hilary Clinton: no basta con presentar datos objetivos sobre un programa económico. Los números y las cifras frías no emocionan a nadie.  

— Usted trabajó para la Casa Blanca y ahora es consultor. En España ha habido polémica por los políticos que terminan en grandes empresas, especialmente en las eléctricas. ¿Qué hay que hacer con las puertas giratorias?

— Yo soy partidario en desplegar una solución parecida a la que se adoptó en Estados Unidos con los congresistas. Una vez que cesan en sus funciones, no pueden trabajar en la empresa privada durante un año. También es necesario ser transparente con todo tipo de actividades y relaciones con las empresas privadas cuando se tienen cargos públicos. En Estados Unidos, si yo trabajo en la Casa Blanca, tengo que informar incluso si asisto a una entrevista de trabajo con una empresa privada. Ya la gente informa y lo hace. La ley es muy estricta con estas relaciones.  

— El populismo se ha extendido en América Latina y también en Europa. ¿Triunfará en Estados Unidos con Trump?  

— Yo creo que no, pero estoy convencido de que Hilary lo pasará mucho peor de lo que se espera. Trump hace que todos los medios lo siguen y publiquen cualquier ocurrencia que tiene, porque los medios están inmersos en una competencia. Todos los periodistas saben que si no cubren la última declaración de Trump, quedarán fuera de la línea porque todo el resto de medios lo hará.  

–¿Quién es el jefe de la campaña de Donald Trump? 

— Donald Trump.  

— ¿Qué consecuencias tendrá esa candidatura para Estados Unidos?
 

— Creo que tendrá consecuencias muy negativas. Cada vez que ataca a México o a los mexicanos causa un ambiente muy negativo en los empresarios estadounidenses que invierten en México. La economía estadounidense necesita a México para seguir siendo competitiva, no sólo por la mano de obra más barata que viene de ese país sino también por nuestras relaciones comerciales. En muchas áreas el principal país que recibe las exportaciones estadounidenses es México.  

— ¿Cómo se afronta una crisis en la Casa Blanca? ¿Se pierden los nervios? ¿Hay gritos o se decide todo fríamente y en silencio?  

— Estamos muy acostumbrados a tener crisis muy a menudo, es decir, no es nada extraordinario. Cuando se convoca al gabinete de crisis, hay una reunión con varios ministros o viceministros, diplomáticos, altos mandos militares y el equipo del Consejo de Seguridad Nacional. Se intenta conocer de forma profunda cuál es la situación y cuáles son las opciones. Previamente se elaboraron muchos informes y documentos detallados. Se valoran siempre tres o cuatro opciones diferentes. No es fácil la decisión porque a veces a cada ministerio o a cada área le conviene una opción diferente. Los intereses militares no siempre coinciden con los intereses de las empresas, por ejemplo.  

— ¿Quién tiene la última palabra?  

— En las decisiones de alto nivel, el Presidente. Pero hay decisiones de varios niveles. A veces pueden decidir directamente los consejeros de Seguridad Nacional, el adjunto o los directores, siempre que sean validadas por sus superiores.

—  ¿Cuántos años estuvo trabajando en la Casa Blanca? 

— Dos años.   

–¿Qué aprendió?

— Que quienes tomamos las decisiones en crisis tenemos falta de conocimiento en muchas competencias. En general, hay mucho desconocimiento de cómo funciona el mundo.

— ¿El trabajo en la Casa Blanca es parecido a lo que muestra la serie House of Cards? 

— Nunca he visto la serie House of Cards, porque yo viví en House of Cards.

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