Economía Digital se vuelca en el seguimiento del 1-O
Economía Digital sigue todo lo relacionado con el 1-O pendiente de las medidas que tomen los Mossos d’Esquadra en las escuelas que ya han sido ocupadas
Economía Digital se volcará en las próximas horas en el seguimiento del referéndum de este domingo. Este diario lo ha hecho en los últimos años respecto a todo el movimiento soberanista, con un compromiso con el orden constitucional, al margen de señalar las reformas que necesita España, después de un periodo largo con más luces que sombras desde la recuperación de la democracia con las primeras elecciones de 1977. Aunque se trata de un diario centrado en la información económica y empresarial, el análisis de la situación política en el conjunto de España y en Cataluña en particular, ha sido extenso y detallado. Y se llega, con este esfuerzo acumulado, a la jornada previa al referéndum del 1 de octubre, con una principal incógnita: la actuación de los Mossos d’Esquadra, y, a partir de ellos, del resto de cuerpos de seguridad.
Este sábado será determinante para saber hasta qué punto los colegios electorales estarán abiertos el domingo. Miles de personas, padres, niños y colegiales, ocuparon en la tarde el viernes muchos centros educativos con el objeto de mantenerlos abiertos, practicando todo tipo de actividades, y con el ánimo de dormir dos noches. En los grupos de washaps, los escolares iban preguntando quién se quedaba a dormir, con el entusiasmo de muchos padres. La práctica habitual de los Esplais –muy popular en Cataluña– es decisiva en estos momentos, porque muchos padres y niños están habituados a juegos, actividades lúdicas y manifestaciones plásticas.
La práctica de los Esplais ha servido para ocupar colegios, por parte de padres y niños
Los cuerpos de seguridad, la Guardia Civil y la Policía nacional, estuvieron pendientes de la actuación de los Mossos d’Esquadra. El mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, finalmente, tomó una decisión y ordenó a los agentes que el domingo a las seis de la mañana desalojen, siempre sin violencia, y cierren los centros de votación. La orden precisó que no se podrá utilizar la fuerza ante “la desobediencia pasiva”, según una instrucción interna. “Deberá imperar la contención y la mediación para contribuir a facilitar el mantenimiento de la paz social y la convivencia”. Y, si ocurre que se desborda la situación, se pedirá apoyo a la Policía Nacional y la Guardia Civil.
¿Pero sucederá realmente esa posibilidad? ¿Desalojarán los Mossos las escuelas ocupadas?
El Govern de Carles Puigdemont mostró, a lo largo de este viernes, toda la determinación para que el 1-O sea, realmente, un referéndum. Con la muestra de una urna, –la partida de urnas se ha comprado a una empresa china–, el trío formado por Jordi Turull, Oriol Junqueras y Raül Romeva, ofreció los datos de la jornada: se llama a votar a 5.343.358 millones de catalanes, con un censo que no se ha mostrado; habrá 2.315 centros de votación, y sólo en la ciudad de Barcelona se destinarán 207 espacios electorales.
Los cuerpos de seguridad consideran que es Barcelona la llave de todo. Si se impide votar en la capital catalana y en las principales localidades del área metropolitana, no habrá en ningún caso un resultado mínimamente aceptable para nadie, y el soberanismo deberá aceptar que el referéndum quedará para mejor vida.
Pero en determinados foros, y públicamente a través del propio Junqueras, se prevé que votará más del 50% de la población catalana. Si eso se puede acreditar, significaría un problema de máxima envergadura para, no sólo el Gobierno español, para el propio Mariano Rajoy, sino para todo el estado español.
Al margen de las medidas del Gobierno central, Puigdemont quiere contar, quiere cifras en el 1-O
Rajoy, de hecho, recibió un apoyo unánime en la cumbre de líderes de la Unión Europea, en Tallín. Fue significativo el presidente francés, Emmanuel Macron, al ver como su único interlocutor a Rajoy, señalando que es el garante de la legalidad. Otro mensaje lo ofreció el presidente del Parlamento europeo, Antonio Tajani, al apoyar a Rajoy, pero reclamándole también que abra una vía política de diálogo para resolver el tema catalán.
Con esas cuestiones sobre la mesa se llegará a este domingo, pendiente el Gobierno español de la decisión de los Mossos d’Esquadra.
El Gobierno cree que la jornada podrá ser una exhibición del soberanismo, convertida en una gran manifestación contra el PP, pero que, en ningún caso, se podrá hablar de referéndum. Para Puigdemont todo dependerá de cómo y en qué medida se pueda votar. El soberanismo quiere cifras, quiere contar. Otra cosa será las garantías de ese recuento.
Y todo se dejará para los próximos días, con la posibilidad cada vez más cercana de una declaración de independencia, que precipitaría una acción rápida y contundente del estado.