“No podemos andar con remilgos jurídicos, hay que intervenir las tierras”
Juan Picos, director de la Escuela de Ingeniería Forestal, pide valentía para empujar las conclusiones que salieron de la comisión de incendios y aboga por la intervención de la tierra para ordenarla y producir
La asunción de los incendios como un problema recurrente y que toma nuevas formas, cada vez más virulentas, aviva el debate sobre las medidas a tomar. No es un discusión nueva, pero adquiere una nueva urgencia cuando arden miles de hectáreas en verano, especialmente si las llamas alcanza núcleos de población y consumen viviendas.
Estos elementos confluyeron en la última oleada de incendios, que han calcinado hasta el momento 32.000 hectáreas. «Dos evoluciones extremadamente desfavorables» han propiciado «un evento singular», el cual «no está documentado» y sobre el que «hay razones muy probables» de que «nunca se haya dado antes» en Galicia, explica Juan Picos, director de la Escuela de Ingeniería Forestal de la Universidade de Vigo respecto a los incendios.
Se refiere a un cambio climático «de fondo» en el que la vegetación está en peores condiciones vitales; y el cambio socioeconómico, que ha provocado una acumulación de masa forestal. «Cuando chocan esos dos trenes, el choque es muy fuerte», apuntó.
Este análisis nos coloca ante una doble perspectiva. El cambio climático exige una solución “global”; para el tren socioeconómico «se puede actuar localmente». La medida que pone sobre la mesa el científico es la intervención de la tierra para gestionarla y ordenarla y el consumo local como forma indirecta de «prevención».
Intervenir la tierra sin remilgos
Juan Picos fue uno de los expertos que participó en la comisión de incendios del Parlamento de Galicia a raíz de la ola de fuegos de 2017, así como también lo hizo en la anterior de 2007.
«Antes de una tercera comisión parlamentaria, el paso valiente es empujar las conclusiones que salieron de la segunda», ha manifestado en una entrevista con Europa Press, preguntado por la validez de esas conclusiones en un contexto en el que se revelan, año tras años, incendios que arrasan miles de hectáreas. Picos señala, sin embargo, que se puede volver a llegar a la misma conclusión de que el «problema» es el «abandono» del rural y que ya no hay población «no que viva en el rural, sino del rural», por eso apunta a pasos más allá: «No podemos andar con excesivos remilgos jurídicos, hay que empezar, aunque suene políticamente incorrecto, por la intervención de la tierra» para ponerla a producir y ordenarla y gestionarla.
Otra de las cuestiones que pone encima de la mesa es un cambio en la sociedad en los hábitos de consumo. «Una vez que hemos admitido que el abandono es una amenaza, el consumo también tiene que tener posibilidades preventivas, que seamos conscientes que cuando compramos con origen local, ayudamos a que personas mantengan una explotación y está haciendo una prevención (de incendios) indirecta. Esta decisión está en nuestros bolsillos, comedores escolares, hospitales», ha incidido.
Por ello, ha señalado que hay que «replantearse» la ley de contratos públicos si esta hace inviable favorecer las concesiones con productos locales. «La única manera de parar el segundo tren es que puedan mantenerse negocios viables (en el rural), hay que eliminar esas barreras (legales) que nos hemos autoimpuesto», ha trasladado.