Cuando Vox estaba «contra Galicia»: el salto de Feijóo a Madrid rompe su discurso en la Xunta
El presidente de la Xunta avala el pacto de Mañueco con Vox por la mañana y denuesta los populismos por la tarde; el PP gallego responsabiliza a Pablo Casado del acuerdo y Feijóo, al PSOE
Las crónicas del día siguiente a las elecciones en Castilla y León sacaban dos conclusiones: la necesidad de un pacto con Vox para investir a Mañueco debilitaba a Casado y, por otro lado, chocaba con la doctrina que Alberto Núñez Feijóo intentaba impartir en el partido para alejarse del discurso de la extrema derecha, apoyado precisamente por el presidente de Castilla y León y por el de Andalucía, Juanma Moreno.
Feijóo hubo de tragarse el sapo del acuerdo con la formación de Santiago Abascal ya como único candidato a presidir el PP y virtual presidente del partido, aunque antes de su proclamación formal, tal y como pidió al propio Mañueco. El dirigente gallego se esforzó en recordarlo este viernes, en el que avaló por la mañana el acuerdo y luego se distanció de él todo lo que pudo, hasta el punto de acabar diciendo que no cree en «gobiernos pactados en despachos» ni en gobiernos con «populistas» y «nacionalistas».
Por el camino, el secretario general del PP gallego, Miguel Tellado, ofreció una rueda de prensa en la que responsabilizó de la entrada de Vox por primera vez en un gobierno autonómico a Pablo Casado. «Un Comité Ejecutivo presidido por Casado es el que otorgó autonomía a Alfonso Fernández Mañueco para decidir», dijo Tellado en un momento de cabreo entre los barones populares con el presidente del partido por criticar el acuerdo ante sus compañeros del PP europeo.
Feijóo y Vox
La fama de centrista y moderado no le cayó a Feijóo del cielo. En su momento, apostó por un acuerdo entre PSOE y PP para la investidura de Pedro Sánchez, evitando que Podemos llegara a los ministerios. En las últimas autonómicas dijo que no pactaría con Vox, al que calificó en más de una ocasión como «populista» y «euroescéptico». «Vox está en contra de las comunidades autónomas, por tanto, está contra Galicia», sentenciaba.
Cabe esperar que si está en contra de las autonomías, Vox también estará en contra de Castilla y León, la primera en la que formará parte del Gobierno. Del mismo modo, si Sánchez no debería pactar con «nacionalistas y populistas», cabría pensar que el PP está cometiendo ahora un error similar.
El dirigente gallego, sin embargo, culpó a Pedro Sánchez de la tesitura en la que se vio Mañueco, pues al no ofrecer los socialistas una abstención tenía que echarse en los brazos de Vox o repetir elecciones. «Al PP europeo le gusta la estabilidad institucional, que los partidos de Estado puedan pactar, y lamentablemente el PSOE no tiene interés en ser un partido de Estado, ya que gobierna con partidos que ni siquiera creen en él, así que comprendo la decepción de mis colegas en el PP europeo», resolvió Feijóo.
En su primer acto de campaña en Valencia, aseguró que el PP nunca será un partido «populista». “A veces es mejor perder el gobierno que ganarlo desde el populismo”, sentenció.
Como todos, Feijóo cabalga sus contradicciones, sin que por ello sea menos moderado que antes, sin que ofrezca garantía alguna de que el PP no será la puerta de entrada de la extrema derecha a las instituciones. Lo más seguro ahora es que empieza a sufrir el llamado desgaste, antes incluso de convertirse en presidente del PP. Castilla y León ha dado munición a sus rivales políticos.