Crisis política en Reino Unido por la quiebra del financiador de Liberty en la compra de Alcoa
Boris Johnson ordena investigar a Greensill Capital tras revelarse que el ex primer ministro David Cameron buscó el apoyo de su Gobierno para salvar a la financiera
El Gobierno británico ha encargado una investigación independiente acerca de la firma financiera anglo-australiana Greensill Capital, empresa implicada en el proceso de venta de la planta de Alcoa situada en San Cibrao (Lugo). La «revisión», ordenada por el primer ministro Boris Johnson, se anuncia tras conocerse que el ex primer ministro David Cameron buscó apoyo del Ejecutivo para esa empresa.
Liberty, que tenía a la quebrada Greensill como principal financiador, está siendo analizada con lupa en España por sus problemas de solvencia ya que opta a hacerse con la fábrica de aluminio primario de Alcoa en San Cibrao.
Fuentes oficiales británicas indicaron este lunes que la investigación solicitada por el primer ministro responde al «interés significativo» que suscita este asunto. En las últimas semanas, medios locales han destapado que el exmandatario tory contactó con el actual titular de Economía, Rishi Sunak, para tratar de facilitar el acceso a fondos de emergencia para la firma (que en marzo se declaró en bancarrota) para la que Cameron trabajó después de dejar el Ejecutivo (2016).
La respuesta de Cameron
Las mismas fuentes oficiales agregaron que Johnson quiere asegurar «que el Gobierno es completamente transparente en este tipo de actividades» y esa investigación «indagará también en cómo se fraguaron contratos y cómo los representantes de empresas interactuaron con el Gobierno».
Ante esto, Cameron ha aceptado que debería haberse comunicado con el Gobierno «solamente mediante los canales formales» en lugar de con mensajes de texto a Sunak y ha reconocido que hay «lecciones importantes que aprender».