Covid-19: Guerra total entre Feijóo y Pedro Sánchez
Feijó arrecia sus críticas contra Sánchez por su plan de desescalada. Además, el estado de alarma podría frenar una hipotética cita con las urnas en Galicia
Desde el inicio de la crisis sanitaria del Covid-19, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, defendió por activa y por pasiva que la actitud del Gobierno autonómico sería siempre la de la “lealtad institucional” para con el Ejecutivo central. No obstante, este miércoles, el dirigente popular elevó exponencialmente su tono al protagonizar la comparecencia más crítica que se recuerda desde el inicio de la pandemia contra Pedro Sánchez. El motivo no es otro que el plan de desescalada presentado el martes por el dirigente estatal. Feijóo fue tajante: “Galicia no puede avalarlo”. Tildado de “confuso y discrecional”, el líder autonómico tiene claro que el plan de reactivación no se adapta a la realidad de la comunidad.
Además, el dirigente conservador rechaza de plano la posibilidad de que el estado de alarma se mantenga vigente durante las cuatro fases de desescalada programadas por el Ejecutivo. Aunque Feijóo no se refirió en ningún momento a este hecho, el mantenimiento de la alerta podría interferir a la hora de convocar unas hipotéticas elecciones gallegas en el mes de julio.
Galicia exige la rectificación
Se espera que esta jornada de jueves, el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, solicite ante el Senado la rectificación del plan estatal de desescalada. Galicia no es la única comunidad que se ha opuesto a la propuesta de Sánchez. Lo cierto es que el plan ha recibido una cascada de críticas entre las que también destacan las de Cataluña, País Vasco o la Comunidad Valenciana, que, como Galicia, defienden que el proceso de desconfinamiento debe hacerse por áreas sanitarias o por otros departamentos sanitarios más acordes con la distribución de los servicios de salud de cada autonomía que las provincias. “No tiene sentido basar la desescalada en una figura administrativa del siglo XIX”, manifestó Feijóo, quien también aduce que el plan de desescalada de Gobierno central no tiene en cuenta al rural (el Gobierno gallego asegura que hay 140 municipios en la comunidad, la mayoría del ámbito rural, libres de Covid-19).
“No hay ninguna justificación sanitaria para que un ciudadano de Pontevedra no pueda salir de la provincia hasta junio. Dos provincias en la misma situación epidemiológica no deberían verse sometidas a una restricción que va a durar dos meses más”, insistió el presidente gallego en su comparecencia, en la que también cargó con fuerza contra Sánchez por la “falta de diálogo”, un hecho, por cierto, que podría costarle los apoyos necesarios para poder sacar adelante la prórroga del estado de alarma (los grupos nacionalistas en el Congreso evidenciaron su distancia ante el plan y la postura que adoptará Pablo Casado tampoco está clara, tras las voces dentro del PP que le solicitan que rechace otra moratoria).
Elecciones en julio
A lo largo de su comparecencia, el líder gallego se mostró muy reticente ante la posibilidad de que el estado de alarma se prolongue durante todas las fases marcadas por Sánchez para la desescalada hasta el mes de junio. «España no se merece seis semanas más de estado de alarma«, esgrimió, a la vez que recordó que existen otras figuras de ordenamiento jurídico que «amparan» los planes de reactivación sin tener que recurrir a la prolongación del decreto aprobado en marzo.
Aunque en ningún caso quiso vincular este hecho a la posibilidad de que Galicia pase por las urnas en verano, lo cierto es que el propio decreto mediante el que el Gobierno gallego suspendió las elecciones autonómicas que estaban previstas para el 5 abril (junto con las del País Vasco) indica que la nueva convocatoria electoral se debería producir «en el plazo más breve posible una vez levantada la declaración del estado de alarma y la situación de emergencia sanitaria«.
Al contrario que el lehendakari vasco Íñigo Urkullu, que ya ha manifestado de forma pública su deseo de celebrar elecciones autónomicas en julio, Feijóo se mantiene en silencio. «La cita electoral no está en la agenda», repite en cada comparecencia ante las preguntas de la prensa. No obstante, este miércoles, y ante el mismo interrogante, el presidente gallego concedió que las elecciones deberían realizarse «en el momento de mayor certidumbre sanitaria«, algo que, ante el riesgo de un rebrote del virus en otoño, parece claro que será en verano.
Las bazas de Feijóo
En todo caso, de querer celebrar las elecciones gallegas en el mes de julio, Feijóo necesita tiempo. En primer lugar, porque precisa que el estado de alarma quede desactivado y, en segundo lugar, porque según el informe de la junta electoral, el proceso debe volver a empezar de cero. Esto es, el presidente tendrá que publicar un decreto de convocatoria electoral al que le seguirían, en los 54 días siguientes, de nuevo, la presentación de posibles coaliciones, candidaturas y proclamación de aspirantes. Los comicios deben celebrarse antes de acabar septiembre, fecha en la que expira la legislatura.
Dentro del PP son muchas las voces que quieren unos comicios en julio. En primer lugar porque la menor incidencia del virus en Galicia ha reforzado la figura de Feijóo, precisamente, en el área donde más críticas estaba ganando, la sanitaria (la crisis del paritorio de Verín fue vista como una alarma dentro de la formación, que temía una pérdida de votos en el rural, el histórico granero de los populares gallegos). También indican que unas elecciones a corto plazo con un presidente gallego con especial relevancia mediática neutralizaría un hipotético trasvase de votos del PP gallego a Vox o, en menor medida, a Ciudadanos.
Por último, las últimas encuestas internas que maneja el PP, correspondientes al mes de marzo, reflejarían una mejoría en la intención de voto, de modo que Feijóo podría asegurarse el mantenimiento de la mayoría absoluta, una posibilidad que no estaba garantizada en anteriores inquéritos.