Ciutadans se prepara para liderar el flanco antinacionalista en Cataluña
El partido debe decidir si Albert Rivera, que encabezará la lista a las generales, debe ser antes el candidato al Parlament
¿Con cebolla o sin cebolla? Es un debate, y ahí estará Albert Rivera.
Rivera, el líder de Ciutadans, ha tenido siempre clara una premisa: si le llama un medio de comunicación, allí estará. Sea un programa de entretenimiento, como El Hormiguero, de Pablo Motos –en el que improvisó un debate con el presentador sobre cómo debe ser una tortilla española, con cebolla o sin cebolla, qué ganó claramente—o entrevistas en profundidad en uno de los grandes periódicos nacionales.
Y con esa idea de cómo debe ser la política, en un momento en el que los aparatos de partido no saben cómo reaccionar, Rivera ha conseguido ser uno de los políticos mejor valorados en toda España, con un proyecto ambicioso y no exento de riesgo que le llevará a encabezar las listas en las elecciones generales.
Candidatos en 500 municipos de toda España
Para ello, ha puesto en marcha un proceso de integración de pequeños partidos regionales y locales, supervisado por el vicesecretario general de la formación, José Manuel Villegas, que le posibilitará –una decisión ya aprobada por el consejo general de Ciutadans—presentarse además en las elecciones autonómicas de Aragón, Castilla-La Mancha; Castilla-León; Murcia; Canarias; La Rioja; y País Vasco, y en 500 municipios en las elecciones a los ayuntamientos en toda España. Y también en Andalucía, en las autonómicas adelantadas al 22 de marzo.
El objetivo es poder ser una tercera gran fuerza en España que le permita estar presente en la que puede ser una legislatura constituyente. Sin embargo, la irrupción de Podemos, podría dejar en un segundo plano a Ciutadans, pero tendrá una presencia que puede ser de vital importancia a la hora de establecer pactos postelectorales.
Pese a esa expansión, desde la periferia al resto de España, una operación que no se ha dado en toda la democracia –la operación Roca fue un intento del nacionalismo catalán de CiU que resultó un fracaso—Ciutadans no se olvida de que su verdadero objetivo es Cataluña.
¿El PSC y el PP a rebufo?
Y aquí, como apuntan varios de sus dirigentes, el partido sí pretende jugar fuerte: el objetivo es liderar el flanco antinacionalista, para llegar a poder gobernar la Generalitat a medio plazo con el concurso de otras fuerzas políticas, con lo que quede del PSC, el PP, e, incluso, Podemos.
¿Es una quimera? Las últimas encuestas muestran un duelo entre CiU y ERC por la primera posición, con un empate a 34-36 diputados. Ese fue el resultado del último sondeo del Centre d’Estudios d’Opinió, (CEO) de la Generalitat. Como tercera fuerza aparecía ya Ciutadans, que pasaría de los actuales 9 escaños a 16-17 diputados. Y por debajo, el PSC, con 13-14; PP, con 11-12, y Podemos, que entraría en el Parlament con 9-11 escaños.
Es decir, Albert Rivera, que debe decidir, con la ayuda del núcleo duro de la dirección del partido, si debe ser primero candidato al Parlament, (Artur Mas ha convocado elecciones, inicialmente, para el 27 de septiembre) y luego candidato a las generales (noviembre-diciembre), es consciente de que puede liderar un flanco antinacionalista que tenga como bandera la regeneración democrática de Cataluña. Hay una oportunidad.
Los cuadros y profesionales para gobernar
Para ello, los dirigentes consultados del partido admiten dos cuestiones: la primera la falta, en estos momentos, de una estructura amplia de cuadros, para poder hacer de Ciutadans un partido de grandes dimensiones. Pero la otra cuestión, la falta de expertos o de miembros de la sociedad catalana que estén dispuestos a responsabilizarse de tareas de gestión –si se forma parte del Govern—no sería un problema. «Hemos comprobado que hay mucha gente patriota, que quiere participar cuando se la necesite», asegura un miembro destacado del partido.
Rivera es un político peculiar. Se deja querer por los medios, pero eso le ha llevado a depender también en exceso de ellos. Y ahora, según admiten personas vinculadas en los últimos años al proyecto de Ciutadans, «la atracción de Madrid es muy grande».
La voluntad de cambiar el relato de fondo en Cataluña
Ciutadans, un proyecto político, pero que tuvo un componente netamente intelectual desde sus inicios, impulsado por profesionales como Francesc de Carreras o Arcadi Espada, quiere cambiar el relato de fondo que existe en Cataluña. «Nos dicen, que no nos deje Rivera, que no se vaya», admite un colaborador del partido. Eso implica que se ha interiorizado, incluso en militantes del partido, que «irse al Congreso, a Madrid, supone dejar Cataluña, como si fuera algo totalmente distinto».
Y el objetivo, precisamente, es trabajar en Madrid, «para cambiar Cataluña, desde aquí, desde Barcelona, pero con la ayuda de la política española».
Ese es el reto. Similar al que se ha impuesto Societat Civil Catalana, la entidad que preside Josep Ramon Bosch, que desea cambiar la cultura nacionalista imperante en Cataluña, con un discurso transversal, sin dejarse apropiar por un determinado partido político.
Lo importante: la posición de liderazgo de los no nacionalistas
Ciutadans es consciente de que no podrá, a corto plazo, cambiar sustancialmente el equilibrio de poder en Cataluña, pero cuenta con otras fuerzas, como el PSC, o el PP. Con los socialistas existen contactos, pero todo dependerá de los resultados. Y si Ciutadans está en una posición de liderazgo, un PSC disminuido o el PP catalán, que sigue en horas muy bajas, podrían dar su apoyo a la formación de Rivera.
El problema para el partido es repartir el juego, buscar otras caras que conecten con la sociedad catalana. Al margen de Rivera, destaca la diputada Inés Arrimadas, –a quien le falta más recorrido–es la secretaria de juventud.
De 2.000 a 10.000 afiliados en un año
Una pieza fundamental es Matías Alonso, aunque para tareas estrictamente de partido, y como portavoz. También se ensalza la labor de Carmen de Rivera, como secretaria de relaciones con los agentes sociales, y Juan Carlos Girauta, eurodiputado, abogado y periodista, –miembro habitual antes de su candidatura europea y su ingreso en Ciutadans de tertulias en medios de comunicación–.
Por ahora, las cosas le sonríen a Rivera. El partido ha aumentado su afiliación de 2.000 a 10.000 en el último año. Ciutadans entiende que le ha llegado la hora, en la política española, pero, principalmente, en la política catalana.