Ciudadanos rompe el monopolio del PP en la derecha gallega
Los populares pierden más de 200.000 votos en su peor resultado histórico para incredulidad de Feijóo, que se consuela con frenar a la extrema derecha
Las encuestas internas del partido ya hacían temer lo peor. Podían perder la mitad de los diputados y aunque Galicia aguantaba mejor, no daba para grandes florituras. Se cumplieron los pronósticos en lo tocante al batacazo. El PP ha sacado su peor resultado histórico en una comunidad que tenía como fortín. El PSOE gana por primera vez unas elecciones a los populares con su mejor resultado desde 2008, siendo la fuerza más votada en A Coruña y Pontevedra.
La fuga de votos no la capitalizó Vox, con quien Pablo Casado se empeñó en disputar la bandera de la unidad de España abandonando progresivamente el centro político donde tan cómodo se siente Alberto Núñez Feijóo. Es Albert Rivera quien más rentabilidad ha sacado de las 203.000 papeletas que se le escaparon a los populares, logrando representación por A Coruña y Pontevedra. Beatriz Pino y Marta Rivera de la Cruz tendrán escaño. Por primera vez en 40 años, la derecha gallega cede asientos para diputados que no pertenecen al PP.
Los votos de Vox
Feijóo se consoló aludiendo a la resistencia de Galicia a la extrema derecha. Tenía razón en que no había cabida para Vox, pero se equivocó de pleno con Ciudadanos. Aún así, los 86.126 votos que obtuvo la formación de Santiago Abascal hubieran colocado a los populares a la altura del PSOE y lejos del que fue su peor resultado desde Alianza Popular.
El presidente de la Xunta recalcó que semejante debacle se debía a la división del voto conservador y que el PP obtenía en Galicia los mejores resultados del conjunto de España. El presumible relevo del liderazgo en la dirección estatal no entró en el relato ante la perspectiva de dos citas electorales, las europeas y las municipales, que pueden hacer estragos en el poder territorial y en las finanzas del partido. Sin embargo, Feijóo se preocupó de recalcar que el discurso centrado del PPdeG da mejores resultados que la crispación de Pablo Casado. El debate ahora dentro del partido es determinar cuánta culpa tiene el nuevo líder y cuánta la herencia de Mariano Rajoy.
¿Ciudadanos encuentra su sitio?
Ciudadanos se beneficia de la figura de Albert Rivera en una comunidad en la que apenas había penetrado a nivel institucional. No logró representación en la Xunta en las últimas elecciones autonómicas, donde Feijóo pasó el rodillo. Las municipales tampoco le dieron más que un puñado de concejales sin puesto táctico alguno para ser llave de Gobierno en las ciudades. Y para colmo de males, sufrió severas batallas internas debido a la tutela que ejercen sobre el partido desde Madrid y los fichajes estrella que cabrean a las bases. El último fue el teniente de alcalde del PP en Ourense, José Araújo.
Pese a todo, la campaña de Rivera, debate incluído con el exalcalde Francisco Vázquez en A Coruña, funcionó. Al menos para otorgarle dos diputados por Galicia, los primeros que obtiene la formación naranja en una plaza donde la hegemonía simpre ha sido del PP. Del envite sale reforzado Laureano Bermejo, el secretario de organización en Galicia, que necesitaba de un buen resultado para sofocar la disidencia interna.
Galicia es de izquierdas (por ahora)
A pesar de los tópicos tradicionalmente atribuidos a Galicia, los votos de la izquierda y centro izquierda fueron mucho más numerosos que los que sumó la derecha. Entre PSOE, En Común, BNG y En Marea alcanzan las 870.000 papeletas, mientras que PP, Ciudadanos y Vox se quedan en las 715.000. El voto útil fue para el PSOE. Esta vez, la divida era la derecha.