Cerrojazo en Fin de Año: la Xunta recorta horario a bares y restaurantes y prohíbe reuniones nocturnas
El conselleiro de Sanidade anuncia que la hostelería cerrará a las doce entre semana y a las dos de la madrugada los fines de semana y se abre a negociar con el sector un horario hasta las tres como máximo en Fin de Año
«Con este ritmo de contagios, desde la Xunta tenemos que tomar medidas». Así justificó el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, la nueva batería de restricciones que Galicia estrenará este jueves y que mantendrá en vigor hasta, como mínimo el 18 de enero.
Las nuevas medidas impactan de lleno en los sectores de la hostelería y el ocio nocturno. Y es que bares y restaurantes se verán obligados a echar el cierre a partir de las 0.00 horas, excepto las noches de los viernes y los sábados, que podrán hacerlo una hora más tarde (a la 1.00). También el ocio nocturno verá recortado su horario de funcionamiento, toda vez que solo podrá abrir hasta las 2.00 horas.
Todavía está pendiente de aclarar, eso sí, cuáles serán las restricciones para la noche de Fin de Año, toda vez que la consellería baraja permitir un rango hasta las 3.00 horas o el cierre definitivo en el caso de que el sector lo considere «inviable».
Un «toque de no queda»
Además, tal y como ha anunciado García Comesaña tras la reunión del comité clínico, el consumo en barra quedará totalmente prohibido a partir del jueves, mientras que el certificado Covid-19 podrá ser exigido en estos establecimientos durante todo el día.
Una vez finalizado el horario de atención al público en la hostelería, la Xunta ha decidido implantar el denominado «toque de no queda». Estará instaurado entre las 2.00 y las 6.00 de la mañana. Se trata de un periodo en el que quedarán totalmente prohibidas las reuniones entre individuos, una medida que tiene como objetivo frenar posibles botellones y aglomeraciones fuera del horario de apertura de la hostelería.
«Nunca hubo tantos contagios y positivos como estamos viendo estos días», ha destacado García Comesaña, que ve en la variante ómicron la «parte positiva de que puede estar ocasionando menos ingresos, pero aún es pronto para llegar a esa conclusión», según ha reconocido.
Según el conselleiro de Sanidade, este incremento de contagios y casos activos puede provocar un repunte de la presión asistencial en los hospitales, «obligando a detener actividad ordinaria» y en la Atención Primaria y, por extensión, «a los servicios de emergencias hospitalarias».
Sobre este último punto, García Comesaña ha avanzado que se comenzarán a dar por válidos los positivos en los test de antígenos sin necesidad de someterse nuevamente a una PCR para evitar aglomeraciones en los centros de salud.