Baltar y Diego Calvo rectifican para esquivar la caída de Pablo Casado
El presidente de la Diputación de Ourense y el del PP de A Coruña habían mostrado su apoyo al presidente del partido en plena crisis, pero ahora se echan atrás
Pablo Casado ahonda en su soledad. La implosión en la cúpula del PP, con una cascada de dimisiones que llegaron hasta su número dos, Teodoro García Egea, aleja también a los últimos apoyos que le quedan al presidente. Sucede en Madrid, con Andrea Levy y Javier Maroto reclamando el congreso extraordinario que convocará la junta directiva del próximo 1 de marzo. Y también en Galicia, donde desconcertados cargos que habían respaldado a Casado en medio de la crisis, tocan ahora a retirada.
Lo ha hecho José Manuel Baltar, que el fin de semana se posicionó con Génova y reivindicó su “lealtad” a Casado a pesar de que Ourense fue la única provincia gallega que no lo apoyó en el congreso, sino a Soraya Sáenz de Santamaría. El presidente de la Diputación prefiere ahora no manifestar su respaldo a Génova. Se limita a reclamar que este tipo de cuestiones “se resuelvan en el ámbito interno”. «Dentro de los órganos del partido, que para eso se les dio legitimidad en un congreso», señala el barón ourensano.
El mismo camino ha recorrido Diego Calvo, que en días atrás sonó para incorporarse al equipo de Casado y hacer de puente entre Génova y las demandas de los barones territoriales. Pero para entonces la guerra ya había estallado y no cabían armisticios.
El vicepresidente del Parlamento gallego y líder de los populares coruñeses pidió hoy por redes sociales que Casado se haga a un lado y se celebre un congreso, compartiendo el manifiesto que surgió de la militancia gallega con esas mismas demandas.