Arco Iris denuncia que con el impuesto a la contaminación de la Xunta las emisiones «salen gratis»
Los ecologistas critican que el impuesto deja libre de tasas a cualquier emisión por debajo de 100 toneladas, una cantidad que costaría casi dos millones de euros según comisiones internacionales
La organización ecologista Arco Iris ha denunciado la «insostenibilidad» del impuesto de contaminación atmosférica (ICA) que la Agencia Tributaria de la Xunta mantiene en vigor desde hace unos años. Según los criterios de dicho impuesto, cualquier emisión por debajo de 100 toneladas de óxidos de nitrógeno y/o óxidos de azufre quedaría libre de abonar tasas.
«En base a este disparate legal, un foco de emisión que produjese hasta 200 toneladas de ambos GEI (gases de efecto invernadero), pagaría la módica cantidad de cero euros por contribuir de forma voluntaria y desinteresada al cambio climático», critica la organización en un comunicado.
Para explicar la problemática con un ejemplo práctico, Arco Iris expone que «el potencial de calentamiento global de los óxidos de nitrógeno es 300 veces superior al CO2. Por tanto, un foco que emitiera 100 toneladas de N2O causaría una carga GEI equivalente a 30.000 tn. de CO2. Para hacernos una idea, esa es la carga contaminante de CO2 emitida durante todo el año 2019 por la metalúrgica MEGASA-Narón».
Casi dos millones de euros en otros países
Las emisiones no salen tan baratas en otros países. Según las comisiones internacionales en esta materia, como la Stern-Stiglitz, el precio medio por tonelada de CO2 emitida en 2020 es de 60 euros, lo cual se traduce en una tasa de 1.800.000 euros a abonar si se aplicasen dichos precios a esas 100 toneladas de N2O. «En Galicia esto mismo saldría totalmente gratis»; denuncian desde Arco Iris.
Es por ello que la asociación ecologista ha exigido a la Xunta que de «todo tipo de explicaciones acerca de si va a mantener este anómalo, anacrónico y obsoleto sistema de gravar las emisiones contaminantes», en un planeta que «se encamina de forma irreversible a una economía circular y sostenible, uno de cuyos pilares es sin duda la reducción drástica de los GEI».