Alvia: el jefe de maquinistas dice que todo dependía del «factor humano» en el tramo del descarrilamiento
El juicio por el tren de Angrois afronta una jornada clave, con la declaración del jefe de maquinistas, que advirtió a Renfe años antes de la peligrosidad de la curva
Declaración de peso en el juicio por la tragedia del Alvia que se desarrolla en la Cidade da Cultura. Este jueves, el jefe de maquinistas José Ramón Iglesias Mazaira, que ya había avisado del riesgo de la línea en la que murieron 80 personas tras el accidente, insistió en que “no había visto nunca” un salto tan importante de velocidad, en el que se tenía que reducir de 200 a 80 kilómetros por hora en un punto “donde se podía dividir la atención” del maquinista.
Esta división de la atención, según ha argumentado, se debía a que en ese punto en el que había que reducir de 200 a 80 kilómetros por hora, el maquinista también debía ir pendiente de la transición del sistema de seguridad ERTMS al Asfa y además «coincidía» con la proximidad de una «zona neutra», a las puertas de la estación de Santiago. Tal y como estaba estructurado en ese momento ese punto, todo dependía «del factor humano».
Aviso a sus superiores en 2011
Mazaira ha afirmado en su declaración en la sexta jornada del juicio por el siniestro que vio «ese escalón muy importante de velocidad» en una línea en que «las señales no le obligan (al maquinista) a ningún tipo de restricción» en apenas un mes, por eso dio el aviso a sus superiores. «Me parecía importante recordarles en la vía ese cambio de velocidad», ha destacado.
En concreto, se percató de esta circunstancia a partir de que los trenes comenzaron a circular por la vía 1, «a finales de noviembre» de 2011, puesto que en ella la señal avanzada estaba siempre en libre. Su informe lo envió el 26 de diciembre.
Cambio normativo
Mazaira apuntó a una conversación con el responsable de la gerencia de seguridad en la circulación de Renfe, Ángel Lluch, que «demuestra» que el informe con el que avisó del riesgo antes de la curva de A Grandeira «se estaba siguiendo».
«Sí llegó» y «se estaba tratando», afirmó el jefe de maquinistas. A preguntas de las partes, indicó que «por parte de la gerencia de seguridad se me pidió información para poner un comunicado informativo para que adecuaran esa curva de transición de equipos«, que era el primero de tres avisos que contenía su informe.
«Aporté el documento entero y comenté que me gustaría que incluyeran para que los maquinistas fueran conscientes de ese escalón de velocidad tan importante», subrayó.
La «respuesta» que le dieron es «que eso no se iba a trasladar porque estaba amparado normativamente«, ha destacado. Por ello, ha llamado la atención sobre que «se tenía que hacer un cambio normativo, como se hizo más tarde«, que implicara la colocación de señales laterales para avisar al maquinista de que debía reducir la velocidad.
A cuestiones de la propia jueza –matizando el interrogatorio de la abogada de la plataforma de víctimas– sobre si cree que era posible haber hecho ese cambio normativo que conllevase la instalación de señales antes del siniestro, Iglesias Mazaira ha respondido que sí.
Todo dependía “del factor humano”
«Se demandaba ese cambio, el cambio de señalización se demandaba«, ha hecho hincapié. Puesto que, en su opinión, tal y como estaba configurada la línea, en ese punto dependía del factor humano «exclusivamente».
«¿Quién le dijo que no se podía tratar ese punto?», le ha preguntado el fiscal, a lo que Mazaira ha apuntado directamente al responsable de la gerencia de seguridad en la circulación de Renfe, Ángel Lluch.
«El informe lo mandó y como el primer punto era un tema técnico puro me llamó una persona de Dimetronic para que aportara más información sobre qué ocurría en esa transición. Esto demuestra que esa información que yo aporté se estaba siguiendo», ha expuesto en su comparecencia.