Alfonso Rueda, tan lejos y tan cerca: los puntos débiles del favorito de Feijóo para la sucesión
El vicepresidente de la Xunta tiene el respaldo de Feijóo para presidir el PP y el Gobierno gallego, pero la reacción de A Coruña y Ourense, que intentan evitar el 'dedazo' y piden un congreso, complican la sucesión
El derrocamiento de Pablo Casado abrió un escenario imprevisto en Galicia, en el que Alfonso Rueda se convirtió, de un día para otro, en el mejor posicionado para ponerse al frente de la Xunta y del PP ante la sucesión anticipada de Alberto Núñez Feijóo, que afrontaba su teórico último mandato en San Caetano. El funcionario de Administración Local pontevedrés, licenciado en derecho en la Universidade de Santiago, ha ejercido como número dos del dirigente de Os Peares durante su periplo en la Xunta y tiene varias características clave para tomar el testigo: experiencia de gestión y trayectoria en el partido, donde fue secretario xeral y, ahora, presidente del PP de Pontevedra.
Además es el candidato previsible, continuista, en un proceso que Feijóo prometió ordenado y tranquilo pero que está requiriendo de ciertas dotes de improvisación y muchas llamadas. La negociación para que el nuevo presidente de la Xunta ocupe también el puesto de presidente del partido sin necesidad de pasar por un congreso está provocando el atasco y dando síntomas de división, pues tanto el presidente de los populares ourensanos, Manuel Baltar; como el de los coruñeses, Diego Calvo, se han mostrado públicamente favorables a celebrar el cónclave.
Según las fuentes consultadas, entre los partidarios de la primera fórmula estarían el propio Rueda y Miguel Tellado, en defensa de un mensaje de unidad muy del gusto de Feijóo que allanaría el siempre complicado camino de los populares hacia las municipales. Sin embargo, no hay, de momento, el consenso suficiente para aplicar este método, que requeriría una reunión del comité ejecutivo para nombrar al nuevo presidente entre sus miembros.
Los poderes y los puntos flacos de Rueda
Cuando Manuel Baltar se pronunció pidiendo un congreso para elegir el próximo candidato del PP a la Xunta, aparentemente con la idea de postularse, la posibilidad de un sucesor de Feijóo por aclamación saltó por los aires. Como apuntó el propio barón ourensano, Rueda genera bastante acuerdo como presidente en San Caetano para acabar la legislatura, pero también alguna debilidad para batirse en duelo en un congreso.
Si bien es un presidente provincial, lo cierto es que Pontevedra no es la mejor plaza para el PP, donde no controla la diputación ni tiene gran representatividad en las dos ciudades, Vigo y Pontevedra. Nada hace pensar por el momento que la situación vaya a cambiar en las municipales del año que viene, aunque queda todavía mucho tiempo. Además, lidiaba con cierta división interna que Rueda logró apagar parcialmente, dando un paso decisivo en la victoria de Marta Fernández Tapias sobre Javier Guerra en el congreso del PP de Vigo.
En Ourense y Lugo no tiene gran predicamento, especialmente si Baltar decide presentarse para optar a la sucesión. En A Coruña, explican cargos de los populares, también se granjeó alguna enemistad durante su etapa como secretario xeral de los populares gallegos, entre 2006 y 2016.
Además del aval de Feijóo, Rueda tiene a su favor contar con algunos conselleiros afines, como el de Medio Rural, José González; la de Mar, Rosa Quintana; o el de Sanidad, Julio García Comesaña.
El principal problema del político pontevedrés, en realidad, es que no ha generado el suficiente consenso como para evitar la división actual en el partido sobre la celebración o no de un congreso. De hecho, se especula con la posibilidad de que varios candidatos, alguno también por A Coruña además de Baltar, puedan optar a la sucesión.
Desde el sector favorable a un congreso apuntan también que la persona que ocupe la presidencia de la Xunta y la del PP, sea Rueda u otro, partirá con demasiada ventaja sobre el resto.
Feijóo dijo este viernes que tanto el pacto en la cúpula como el congreso son válidos para abrir la nueva etapa, que comenzará a partir de mayo.