Ahora Madrid frena en seco el contrato del «programa informático sin fin»
El gobierno de Manuela Carmena paraliza la última licitación de nueve millones de euros para continuar con el desarrollo de un software que gestiona la recaudación de impuestos
El gobierno de Manuela Carmena ha ordenado paralizar la última licitación de Ana Botella relacionada con el programa informático Mástil ( TIL), que gestiona la recaudación de impuestos. Con más de una década de trabajos y todavía en fase de desarrollo, es conocido entre los trabajadores como «el programa informático sin fin».
Justo antes de abandonar el Palacio de Cibeles, el gobierno de Ana Botella sacó a licitación un tercer contrato de nueve millones de euros para la nueva fase del programa informático que se inició hace diez años y que ha acumulado, al menos, 18 millones de euros facturados en externalización de servicios.
El programa sigue en fase de desarrollo diez años después de su inicio. Indra ha sido la última empresa en gestionar un proyecto en el que también participa Informática del Ayuntamiento de Madrid, la empresa pública que cuenta con más de 500 trabajadores.
Ahora, el gobierno de Manuela Carmena ha paralizado la licitación publicada a última hora por el PP. El nuevo ayuntamiento quiere enterrar el modelo de externalizaciones millonarias que no da resultados y analiza un nuevo sistema con software libre.
Dudas sobre la remunicipalización
El gobierno local ha anunciado que no se harán nuevas licitaciones del programa Mástil, según ha confirmado la propia Manuela Carmena a los representantes de Somos Sindicalistas esta semana. El concejal encargado del área de informática, Pablo Soto, aún no ha desvelado detalles pero el nuevo equipo de gobierno ha mostrado sus dudas sobre la capacidad de Informática del Ayuntamiento de Madrid asumir el desarrollo de un programa informático de esta envergadura.
El sindicato que se reunió esta semana con al alcaldesa ha reconocido que la situación de Informática del Ayuntamiento de Madrid es precaria, pero ha culpado a los gobiernos anteriores de desmantelar la empresa pública con la intención de dar contratos a las compañías privadas.
Compañías insatisfechas
Hasta ahora, el paso por el programa informático interminable también ha sido un dolor de cabeza de todas las compañías que lo han gestionado. El proyecto comenzó en 2005. Una Unión Temporal de Empresas (UTE) asumió los trabajos pero fue incapaz de finalizarlo. Pidieron aumento presupuestario y prórroga y, a pesar de las concesiones municipales, abandonaron los trabajos después de haber facturado casi siete millones de euros por una labor incompleta, según reconoció el ex gerente de Informática del Ayuntamiento, Jorge García Reig en el pleno municipal de marzo de 2013.
En 2009, cuando se debió terminar el proyecto, Indra asumió el trabajo pero los avances han sido escasos, según denuncian a este diario los trabajadores de la Agencia Tributaria de Madrid. La compañía asegura que el proyecto le genera pérdidas y no parece interesada en continuar. Su retirada está cantada.