Vero Boquete, entre la paz de la Quintana y el paisaje de Porto do Son
La futbolista compostelana buscó refugio en la Praza da Quintana, al abrigo de la Catedral, para tomar algunas de las decisiones importantes de su vida
Verónica Boquete tiene una Galicia para perderse. Y también una Galicia para encontrarse. Cerca de las calles de San Lázaro donde daba patadas al balón, delante de la casa de su abuela, la futbolista compostelana que se convirtió en emblema del crecimiento del fútbol femenino en España tiene su “lugar especial”. Es la Praza da Quintana, flanqueada por el muro barroco que guarda la cabecera románica de la Catedral y descubre la Porta Santa y el Pórtico Real.
“Desde la Casa da Parra, a primera hora de la mañana o a última de la tarde, sin gente, con la catedral a su lado… es un lugar especial para mí. Me transmite paz. Allí tomé alguna decisión importante en mi vida”.
Praza da Quintana / Xunta
La Casa da Parra, que debe su nombre a las frutas pétreas de su puerta barroca, se ubica en la parte superior de la plaza. Desde allí se observa la Quintana dos Mortos, lugar de enterramiento hasta 1.780. A partir de entonces se comenzó a dar sepultura en el monasterio de San Domingos de Bonaval, otra de las joyas de Santiago, la ciudad turística por excelencia de Galicia.
Vero Boquete tomó decisiones importantes para su vida al abrigo de la Catedral. Pero tiene otro lugar para “desconectar, recargar las pilas y disfrutar de unas vacaciones en familia”. Es Porto do Son, en la cara sur de la Ría de Muros y Noia.
Vero Boquete en Porto do Son / imagen cedida por Verónica Boquete
En el pequeño municipio se despliegan más de una decena de playas y un paisaje natural mágico, coronado por el estuario del Tambre y el Castro de Baroña, un espectacular asentamiento de la Edad de Hierro que se levanta frente al mar.
“La naturaleza es vida y los gallegos tenemos mucha vida gracias a nuestra tierra”, afirma Verónica Boquete.