Un héroe de nuestro tiempo
"Frente a lo que le achacan los dirigentes del PP, el actual candidato por parte de Unidas Podemos a la presidencia de la Comunidad de Madrid sí trabaja, pero en otras cosas que no son las propias de sus cargos"
En cualquiera de los programas televisivos de búsqueda de nuevos talentos, siempre aparecen magos, ilusionistas y, en contadas ocasiones, algún que otro mentalista (habitualmente, los mentalistas suelen ser hombres; seguramente porque a las mujeres la capacidad de seducción, seducción inteligente, eso sí, les viene de serie).
Mentalista: Persona que utiliza la agilidad mental, principios de magia escénica o sugestión para hacer una ilusión de lectura mental o influencia en la conducta.
En resumen, el mentalista utiliza la agilidad mental para generar ilusiones. El mentalismo es, por lo tanto, un conjunto de habilidades de relación y sugestión que, bien utilizadas y combinadas, permiten dar la apariencia de poder controlar los comportamientos ajenos sin que exista connivencia pactada con el espectador.
“Por eso, el propagandista actúa principalmente por medio de la palabra impresa, mientras que el agitador lo hace de viva voz”. Lenin.
Obra fundamental en la deriva revolucionaria de la Rusia zarista lo supuso el emblemático libro ¿Qué hacer?, de Lenin. El título lo aprovecha el líder ruso, como muchas otras cosas a lo largo de su vida, de la novela utópica homónima de Nikolái Chernyshevski, escrita en 1862 y que fue libro de cabecera de Alexander Uliánov, el muy amado hermano mayor de Lenin. El panfleto de Vladimir Iylich Uliánov data su elaboración entre el final del año 1901 y el inicio del siguiente 1902, publicándose en el mes de febrero de este último año. Esta obra plagada de airadas propuestas, donde el revolucionario bolchevique desgrana con ímpetu actuaciones muy concretas sobre cómo organizar un proceso revolucionario, estuvo muy influida no solo por Chernyshevski sino también, a través de este, por los gnósticos rusos, el ocultismo y el Movimiento Espiritual Clandestino.
“Y una de las condiciones esenciales para esa extensión indispensable de la agitación política consiste en organizar denuncias políticas omnímodas”. Lenin
Pero volvamos al mentalismo. Y así, tres son los fundamentos para su dominio por parte de un habilidoso aprendiz de nigromante escénico: observa con detalle, convence generando confianza y practica entrenando la mente. De este modo, el mentalismo es pura práctica, como casi todo en la vida.
Observando el comportamiento de Pablo Iglesias Turrión, auto reconocido vástago ideológico de Lenin, en las entrevistas que realiza, máxime en estos momentos en los que confluyen el excesivo interés mediático con su desmedido afán de notoriedad, podemos detectar cómo realiza muchas de las prácticas que son propias del mentalismo. Pura práctica, como casi todo en la vida.
Observa con detalle: De este modo, realiza juicios inmediatos y precipitados, no titubeando nunca ante las preguntas del entrevistador. Utiliza un lenguaje corporal muy estudiado, así como una “puesta en escena” acorde con la imagen que desea imprimir en el interlocutor. Mira fijamente y acompasa sus movimientos a los del entrevistador, para favorecer una impresión de franqueza y honestidad. Hace uso de expresiones fácilmente entendibles para la audiencia y que parezcan haber sido muy elaboradas con anterioridad, así como intelectualmente sólidas. Finalmente, contesta siempre orientando las respuestas para que se formulen preguntas enlazadas y que provoquen que pueda después trasladar sus propias opiniones.
Iglesias sí trabaja, pero en otras cosas que no son propias de sus cargos
Convence generando confianza: Al contestar, retoma lo preguntado para hacer sentirse integrado a su entrevistador. Las respuestas siempre tienen “melodía” y en los mítines utiliza una cadencia propia de un ritmo musical de rap. Incorpora, en momentos puntuales, imágenes emotivas para provocar emociones, tanto positivas como negativas. Intercala en las respuestas elementos que favorezcan una imagen de escucha por su parte, pero, en realidad, hace uso de una última frase como enlace para su propia respuesta.
Practica entrenando la mente: Su discurso, siempre el mismo en períodos de tiempo concretos, mantiene reiterada e insistentemente un orden muy similar, lo que evidencia una preparación exhaustiva. Actúa constantemente de modo “natural”, mostrando una única mano, pero teatraliza momentos de especial dramatismo apoyándose en ambas. A lo largo de las intervenciones, “siembra ideas” para orientar las posibles preguntas posteriores; ya, por último, hacia el final de la conversación, introduce alguna información enigmática orientada a favorecer que se le siga teniendo en mente con posterioridad.
“Sin teoría revolucionaria tampoco puede haber movimiento revolucionario”. Lenin.
En realidad, aunque sea cierto que en la vida mucho es la práctica, también resulta pertinente la frase que se atribuye al psicólogo Kurt Lewin, “nada hay más práctico que una buena teoría”, afirmación que podríamos completar, en este caso, con aquel aforismo de Oscar Wilde que ratifica que “la naturalidad es la más difícil de las poses”. Frente a lo que le achacan los dirigentes del PP, el actual candidato por parte de Unidas Podemos a la presidencia de la Comunidad de Madrid SÍ trabaja, pero en otras cosas que no son las propias de sus cargos.
Nota: las citas aportadas en esta inserción pertenecen, cómo no, a la obra “¿Qué hacer?”, de Lenin.