Transformación digital: ¿en qué lugar nos encontramos?
Que Galicia ocupe el penúltimo puesto de todas las autonomías en el proceso de transformación digital, medida en cuanto a la implantación del comercio electrónico, es especialmente preocupante
Es innegable que la pandemia del Covid-19 ha provocado multitud de cambios y ajustes en nuestra rutina. Quizá uno de los más destacables sea el del teletrabajo. En marzo de este año, El País informaba de que casi tres millones de personas ocupaban un puesto de teletrabajo, un aumento de casi el 75 % respecto a los tiempos previos a la pandemia. De hecho, según La Vanguardia, las ofertas de empleo con modalidad de teletrabajo se triplicaron entre mayo de 2020 y abril de 2021.
Pero no son solo grandes cambios los que ha producido el Covid-19. Muchos establecimientos hosteleros, muy afectados por la pandemia, han realizado un ajuste mínimo pero muy significativo como es el prescindir de la carta física en favor de la digital o poner un mayor enfoque en los pedidos a domicilio. Podemos observar estos cambios incluso a nivel personal. Según Cinco Días, la mayoría de los españoles adoptó en 2020 la tarjeta de crédito como principal método de pago, con un 60 % afirmando que el cambio de hábito será permanente.
Esta última modificación es pequeña en sí, pero da pie a un avance muy relevante. Informa Portaltic que, ya sólo entre junio y agosto de 2020, las compras online aumentaron un 15% respecto a los tres primeros meses del año. Si bien las generaciones más jóvenes siguen siendo las que más gastan en el comercio electrónico, el aumento entre las generaciones mayores es muy llamativo. Los nacidos entre 1946 y 1964 consumen un 12% más respecto al periodo de enero a marzo de 2020, convirtiéndose así en el 37% de los consumidores online.
«Es indiscutible que se está produciendo un cambio de paradigma quizá impulsado por la pandemia»
Visto desde otra perspectiva, de acuerdo con el diario Empresa Exterior, en 2020 se produjo un aumento de casi el 50% en el consumo online, el mayor crecimiento en la última década. Es indiscutible, por tanto, que se está produciendo un cambio de paradigma quizá impulsado por la pandemia, pero cuyos resultados van más allá de las necesidades relativas al Covid-19. Volvemos a la preferencia por la tarjeta de crédito o a la normalización del teletrabajo incluso tras haber superado los momentos más cruciales de la pandemia.
Todo esto apunta a un proceso que ya está afectando, modificando y mejorando nuestra sociedad: la transformación digital. Esta digitalización implica más comodidad y eficiencia para todos en cualquier ámbito de nuestro día a día, pero, por rápido que suceda, no podemos considerarlo un cambio que ocurre de la noche a la mañana. Cuando hablamos de transformación digital, es importante no hablar sólo de lo que es y las ventajas que supone, sino también de cómo se está desarrollando actualmente y si no habrá que impulsarla todavía más.
¿Es España una sociedad digital?
En el estudio “Una medida para estimar el nivel de transformación digital”, publicado por la Revista Dyna, se recoge la siguiente frase del premio Nobel de Economía Joseph E. Stiglitz: “Lo que medimos es relevante, puesto que guía nuestras acciones”. La medición y calificación del grado de digitalización en el que nos hallamos son deberes esenciales, ya que nos indican el camino que falta por recorrer y los posibles obstáculos que debemos sortear.
Porque sí: a pesar de los avances que han tenido lugar desde principios de la pandemia, España continúa por detrás de muchos países en términos de transformación digital. En materia de teletrabajo, por ejemplo, los empleados que operan desde esta modalidad apenas conforman el 15% del total nacional, mientras que la media europea se sitúa en el 21,5%.
El comercio electrónico también es prueba de esto. Los autores del estudio, de la Universidad de Sevilla, han puesto el foco de su trabajo en las compras digitales, ya que se trata de un elemento clave en la digitalización que afecta a todos los ámbitos de la sociedad, desde el profesional hasta el personal. Con una franja de medición del 0 al 1 y datos obtenidos a partir de Eurostat, España se sitúa entre el 0,5 y el 0,6 de grado de transformación digital a nivel europeo.
Si bien nos encontramos por encima de muchos países, incluyendo Portugal, Italia y Grecia, la diferencia respecto a Alemania, Suecia o Reino Unido (que ocupa el puesto más alto en nivel de digitalización, entre el 0,8 y el 0,9) sigue siendo abrumadora. El estudio toma la franja de 0,3 a 0,4 como el punto clave en la transición de una sociedad tradicional a una digital, así que podemos afirmar que España ha dejado de ser una sociedad tradicional. Sin embargo, sigue habiendo espacio y, sobre todo, necesidad de más avances.
«Somos una Comunidad mínimamente digitalizada, estamos por debajo de la media nacional»
Galicia, la segunda comunidad menos digitalizada
El estudio va un paso más allá y centra su análisis en España, examinando el nivel de transformación digital en todas sus comunidades autónomas. De nuevo, se toma como objeto de estudio el comercio electrónico, calculando el grado de digitalización mediante la franja de 0 a 1. Al contrario que el análisis a nivel europeo, los datos en los que los investigadores se han basado proceden del Instituto Nacional de Estadística.
La franja de 0,3 a 0,4 sigue siendo la más importante para determinar el comienzo de la transición a una sociedad digital. En el caso de las comunidades autónomas de España, la única que se encuentra en ese tramo es Canarias, lo cual significa que el resto y, por tanto, España en su conjunto son una sociedad digital propiamente dicha. Los autores del estudio, sin embargo, hacen hincapié en las circunstancias específicas que afectan a Canarias. Recordando que el análisis es en base al comercio electrónico, conviene destacar que los costes de transporte y las fechas de entrega en el archipiélago pueden desincentivar el consumo online, lo cual explicaría su baja posición en el ranking.
Teniendo esto en cuenta, que Galicia ocupe el penúltimo puesto es especialmente preocupante. Si bien nos encontramos por encima del 0,4 y, en consecuencia, somos una Comunidad mínimamente digitalizada, estamos por debajo de la media nacional, y todavía más de Madrid y Cataluña, que se sitúan por encima del 0,6. Ninguna comunidad autónoma supera el 0,7 de transformación digital, por lo que es cierto que España en general tiene mucho camino por recorrer, pero el caso gallego requiere todavía más urgencia.
La buena noticia es que, incluso si los avances suceden con lentitud, ya están sucediendo. Por ejemplo, la Xunta, según informa La Voz de Galicia, invertirá 3,7 millones de euros en la transformación digital del sector pesquero. También hay casos más pequeños, como el Concello de Vigo que, según cuenta El Español, planea digitalizar más de 130.000 páginas del Archivo General Municipal, garantizando así una mayor accesibilidad y mejor conservación de la documentación.
«Estoy harto de ver a nuestra tierra de última en todos los rankings que sean sinónimo de progreso y desarrollo»
Es innegable, de nuevo, que la pandemia del Covid-19 ha sido una gran impulsora de estos cambios. Lejos de deshacerlos una vez se declare el fin de esta etapa, deberíamos aprovechar el empujón que nos ha dado y no reducir ni un poco el ritmo. Hablar de futuro cuando lo hacemos también de transformación digital es un error, porque ha quedado demostrado que la transformación digital es el presente. En el caso español y, sobre todo, el gallego, esto significa que debemos realizar un esfuerzo extra para alcanzar el nivel de digitalización de otros países y Comunidades.
Es triste contemplar una vez mas, que España se encuentra por debajo de la media europea en transformación digital, y especialmente destaca la enorme diferencia con los que van en cabeza. Pero lo que es todavía más triste es el bajo nivel de transformación digital que sufre, y cuando digo sufre lo hago en el más amplio espectro del sufrimiento, nuestra amada tierra gallega. Algunas veces pienso que esto a nadie le importa, pero yo estoy harto de ver a nuestra tierra de última en todos los rankings que sean sinónimo de progreso y desarrollo.
Alguien tendrá que dar la cara y explicarnos a todos los gallegos qué es lo que está pasando, porque no creo que seamos más tontos que los demás, ni peor formados, ni que nos afecte para esto el clima templado y lluvioso.
Tengo la impresión de que en el resto del mundo civilizado circulan por una autopista a 120 kilómetros por horas, que en España vamos a 80 y en Galicia no pasamos de 50, mientras vamos haciendo caravana. Llamadme inconformista si queréis, pero yo no sé por qué diablos tenemos que aceptar esta situación. Pongámonos a trabajar para corregirlo, ¡ya!